Cincuenta sombras

Hay libros pensados especialmente para los que no leen. Uno de ellos, acaso el más vendido en la Argentina y el mundo, lleva el título de Cincuenta sombras de Grey y según leí no sé dónde le ganó ya a la saga de Harry Potter con una venta que supera los treinta millones de ejemplares, o sea, más ejemplares que sombras. La historia es simple, como suele ocurrir con este tipo de libros, y no va más allá de exponer una secuencia constante de escenas de sexo explícito que al parecer están dirigidas a mujeres y madres mayores de treinta. Porno para mamás. Así dice wikipedia. Estuve hojeando el libro en una Farmacity, librería especializada en remedios y perfumes, y rápidamente entendí de qué se trata el texto atribuido a una tal E.L.James. Una joven recién graduada y un magnate de negocios ejercitan sin descanso todas las posturas imaginables sin prescindir de escenas marcadas por la sumisión, la dominación, el sadismo y cosas así. Es un libro para gente que no lee. Es un libro para calentar almas desangeladas que suponen, quizás, que las cincuenta sombras aliviarán de algún modo los días grises, opacos, gracias a una buena dosis de excitación. Por algo será que el libro se vende en Farmacity. No sé qué más decir. Podría hablar de cuáles son los libros escritos para la gente que lee. Pero sería jactancioso y no cambiaría las cosas. Más de treinta millones de ejemplares vendidos. Más ejemplares que sombras. Me da pena por los árboles que fueron talados para levantar semejante montaña de papel quemado.
L.