sábado, 12 de julio de 2014
Ganó Brasil
Lamento no sumarme al nacionalismo barato y mezquino que se impone en estas playas pero no tengo nada contra los brasileños. Al contrario. Tengo todo o casi todo a favor. No me considero el papá de ellos y, lo siento, no sé lo que se siente. Ahí, en Brasil, viven amores míos de otros años y amigos inolvidables de hoy y de siempre. Uno de estos últimos, Carlos Noronha, murió joven haciendo una broma en un lugar verde y lleno de cascadas, próximo a Río, llamado Vizconde de Mauá. Mi nombre es Luis Carlos porque mis padres quisieron homenajear de ese modo al heroico Luis Carlos Prestes cuya columna revolucionaria se extendió a todo el país y puso en vilo al enemigo del pueblo. Brasil sufrió una cruel dictadura militar (1964-1985) que fue resistida con heroísmo por la gente. Los mejores músicos del mundo son de ese país. Chico Buarque, Elis Regina (foto), Milton Nascimento, María Bethania, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Adriana Calcanhoto, Tom Zé y Gal Costa alcanzan y sobran para demostrarlo. Y eso para no hablar de poetas y narradores como Clarice Lispector (digo lo que tengo que decir sin literatura), Drummond de Andrade (tus hombros soportan el mundo) o Manuel Bandeira (los cuerpos se entienden pero las almas no); eso sin olvidarme de Oscar Niemeyer, el brillante y sensible arquitecto de Brasilia. No conozco playas más hermosas que las brasileñas. No conozco mujeres más lindas que las de allá. Mi artista más amada es la pintora brasileña Tarsilia do Amaral. Mis escritores más queridos son brasileños. Jorge Amado, sin ser genial, dio mucho a la literatura de ese país y del mundo. João Guimarães Rosa, el Rulfo de allá, fue autor de un libro clásico llamado Grande Sertão: Veredas. En Brasil no hay miedo al cuerpo. Y la alegría, pese a lo que dice Charly García, es sólo brasileña. El carnaval carioca es la fiesta mayor del mundo. Y si esta vez las cosas no fueron bien en el fútbol sí lo fueron y lo son en la historia y lo serán en el futuro. Brasil gana por lejos en casi todos los rubros. Holanda, en cambio, sólo tiene un buen jugador llamado Arjen Robben (pedante y sucio también), rica cerveza, una zona roja donde las putas exhiben sus cuerpos como mercancía en las vidrieras y no mucho más. Perdón. Estoy olvidando a alguien que le gana a todos aquí, allá y en todas partes. Su nombre es Vincent Van Gogh y, en fin, para qué seguir. Adelante Brasil y vamos Argentina.
L.
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