Pese a mi ignorancia futbolística y global hay cosas que aprendí del mundial por pura curiosidad, viendo algunos partidos y escuchando a gente razonable como Alejandro Sabella, el técnico argentino. Lo oí decir por ejemplo que para todo equipo es importante recuperar el sentido de pertenencia. Eso es aplicable a los pueblos en general -historia, identidad, pertenencia, trayectoria- y también a las familias, a las parejas, a los individuos, a los grupos sociales. Lo otro es la interesante idea, también deslizada por Sabella el otro día, de ocupar todos los espacios. Esto último puede entenderse de muchas maneras. Yo lo veo a mi modo, es decir, pienso que en la vida cada cual debería mirar el conjunto, el horizonte a la manera de Messi cuando juega, en vez de limitarse al pequeño y empobrecido espacio donde uno se mueve a la manera de una oficina en donde se hubieran cerrado todas las ventanas. No sé. Por ahí suena demasiado ambiciosa la idea. Pero su importancia es indudable para cualquiera. También para los escritores, para los artistas en general, para la gente que a veces bloquea posibilidades justamente por no ocupar, como corresponde, la totalidad de los espacios disponibles.
L.
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