
Dice Freud que cuando uno se enamora reviste al objeto amado (de manera narcisista) con todas las cualidades propias. Esto pasa tanto en el hombre como en la mujer. Pero a la mujer le pasa un poco más. Ella tiene la necesidad de transformar a su compañero en un ser muy importante. Lo idealiza, cree que es un genio y hasta consigue que él se lo crea. Más tarde lo cuida maternalmente como a un hijo. El varón pasa a ser tratado como una figura omnipotente. Después la mujer lo protege y estimula para evitar por cualquier medio que se derrumbe. El ciclo se extiende por un tiempo hasta que la dama se cansa (como debe ser) y pide el divorcio, la separación o lo que sea. Tarde o temprano la verdad se abre paso para todos.
L. (con respaldo teórico de Marie Langer)
Cuando me enamoro me pongo muy boluda. Y después tengo que pagar caro por eso. Coincido con el post.
ResponderEliminarLulita
El enamoramiento es como mirarse al espejo. Mientras lo hacemos todo bien. El problema es cuando empezamos a alejarnos de nuestra propia imagen reflejada en el otro. Muy buena reflexión la del post.
ResponderEliminarAlexandra
Yo no entiendo, ¿hay que prestarle atención al enamoramiento? ¿puede evitarse?
ResponderEliminar