De pronto sentimos que se acaba el tiempo. Sentimos, de pronto, que debemos apurar el paso, correr, saltar obstáculos, ganar la carrrera. La vida es corta, nos oímos decir. Es ahora o nunca. Pero una voz pide calma y dice. Demorar el viaje lo más posible. Y dice. Sin dificultad no hay recorrido que valga. Y dice. La desesperación por llegar nos quita el placer del traslado. Y dice que llegar es morir. Y dice, por último, que sólo el movimiento engendra movimiento. L.
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