miércoles, 6 de marzo de 2013

Todo tiene que ver con todo


Nada puede analizarse en sí mismo. Nadie nada nunca. La caída de un árbol afecta al bosque y el bosque amputado ya no es el bosque. Las consecuencias de hechos mínimos se magnifican en el tiempo y el espacio. El aleteo de una mariposa, esto ya se sabe, provoca gigantescos terremotos al otro lado del planeta. Un beso en la boca se extiende a todo el cuerpo y produce cambios sutiles en el alma del que besa y es besado. Una muerte es todas las muertes. Una crisis política es a la vez espiritual y global. Nada puede decirse sobre algo sin la ayuda de lo que nada tiene que ver con ese algo. Tomar un puñado de arena en el desierto modifica al desierto para siempre.
L.

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