jueves, 5 de diciembre de 2013

La despedida I


Este será el último posteo escrito en Suspendelviaje. Lectores amigos dirán que cosas así ya fueron anunciadas aquí sin mayores consecuencias. Decir que ahora va en serio sería, por lo tanto, inútil. Es tiempo entonces de cerrar las ventanas del castillo y salir de una vez a campo abierto y echar a correr bajo los pájaros entre las flores y yendo más allá de los manzanos. Agradecemos a quienes nos acompañaron en estos años, a los que participaron de nuestros concursos, a los que nos alentaron a seguir. Pero este es el último posteo escrito acá. Toda despedida anticipa encuentros futuros. El destino es un enigma que se disolverá en parte cuando cesen los gritos, las mentiras, las trampas urdidas por los podridos poderes. 
Y cuando se abran las puertas del mundo a un cielo sin nubes.  
L.

La despedida II

miércoles, 4 de diciembre de 2013


Todo preso es político

Según datos brindados por el último informe de la Comisión Provincial de la Memoria, confirmados por el Servicio Penitenciario Bonaerense, en 2012 murieron 123 presos en las distintas dependencias. En total en las cárceles de la provincia de Buenos Aires hay actualmente 28.297 personas privadas de su libertad. Menos de un tercio de ellos, 8.800 detenidos, tiene condena y sólo el 3 por ciento (929) tiene sentencia firme. O sea que resultaría imposible confirmar si casi treinta mil personas detenidas en condiciones de grave hacinamiento y tortura cotidiana son culpables. Los números confirman el perfil represivo del sistema penitenciario. Más del 50 por ciento está encerrado bajo la figura de la prisión preventiva, lo que debería constituir una excepción y no la norma. Así lo determina la Constitución Nacional aunque en los hechos eso no se cumple.El informe precisa la cantidad de muertes en 2012: 123. De ellas 77 fueron “muertes no traumáticas”. Cuarenta “muertes traumáticas” (el 32 por ciento). Dieciséis “suicidios” y seis “sin especificar”. Las comillas dan cuenta de una categorización utilizada por el propio Servicio Penitenciario para distinguir las defunciones. En los penales de mujeres están alojadas 1431 personas. Con ellas conviven ciento treinta chicos que pasan sus días junto a sus madres detenidas. La Comisión por la Memoria fue creada en 1999. Entre ese año y la actualidad el número de detenidos pasó de 15 mil a casi 30 mil personas. La aplastante mayoría de presos, dice el informe, son jóvenes y pobres. ¿Y qué dice la gente buena sobre esto? Nada. O sí. En las calles se reclama que aumente el castigo todavía más. El fervor punitivo de las mayorías no repara en detalles. Ni siquiera importa si el detenido ha sido culpable. El castigo ciego produce goce. La acusación es casi un disfrute personal. No es costumbre de este blog hablar de hechos reales. Es tiempo de ocuparnos. Porque hasta ahora, como dice un famoso y olvidado manifiesto, hemos mantenido un silencio demasiado parecido a la estupidez.
L.

martes, 3 de diciembre de 2013

Los inocentes son los culpables

La espera

No esperes más, decías, no pierdas tu tiempo. ¿Y qué debería hacer para ganar el tiempo? No hay respuesta para eso, decías, ninguna respuesta para lo invisible. Pero no pierdas más las horas, decías, no sigas en esa actitud pasiva del que no está dispuesto a actuar, del que prefiere ahogarse en la voz hueca de los otros. No es hueca la voz de los otros. Al menos es un sonido, compañía, una especie de música de fondo, algo así. Date un baño y salí, decías, dí tu palabra y rómpete, insistías, imitando al poeta, falseando como siempre las cosas. Yo trataba de justificar el lento desmoronamiento de los días. Cambiá de actitud, repetías, no dilapides en tonterías el tiempo escaso que te queda. Ir al encuentro es la mejor manera de esperar.
L.

Salmones de Alaska


Según afirma Carl Sagan en el libro Sombras de antepasados olvidados, los salmones de Alaska remontan el poderoso río Columbia, salvan heroicamente cataratas y obstáculos diversos y llegan exhaustos a desovar en un esfuerzo denodado de persistencia. Una vez terminada la tarea los salmones se desmoronan, las escamas se desprenden,  sus aletas se despedazan y a las pocas horas caen muertos. La naturaleza no es sentimental y ese final forma parte de los planes. Luego la carne rosada de los valientes salmones irá a parar a los restaurantes donde será consumida con velas y todo en cenas que no siempre acabarán de la mejor manera. Aún así no deja de impresionar esa deslumbrante marcha contra la corriente, el prodigioso acto de desove y ese movimiento giratorio tan parecido a los discos o las ruedas que siguen dando vueltas y más vueltas hasta dejar atrás, por fin y finalmente, la pura mierda de los días.   
L.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Divina tormenta


La tormenta llega para calmar la sed del mundo. Llega como una mano que libera del marasmo. La tormenta es una especie de calle a dos manos. Ventarrón de sueños. Derrumbe de arenas y castillos. La tormenta viene con sus ojos de vidrio. Como serpiente atada en un palo. Como una diosa del encanto. Viene la tormenta a barrer con un cielo lleno de dulces mentiras. Viene a limpiar el alma envenenada. La convierte en luz, chubasco, reparación. Porque la tormenta viene a reparar ofensas. Y alivia, de paso, una sed de siglos.
L.

Divina dama

Fantasmas


El éxito indiscutible y a esta altura irreversible de las tecnologías digitales hace creer a muchos incautos que ahora vivimos en un estado de comunidad estrecha, infalible y definitiva. Parecería que las distancias fueron abolidas y que todos estamos más cerca que nunca. Dos preguntas surgen de inmediato. La primera. ¿Estamos realmente más cerca? La segunda. ¿La distancia en general es algo que debería ser evitado? Estas preguntas pueden resultar pueriles, cuando no molestas, pero no dejan de ser legítimas. ¿De dónde habrá salido la idea que que la gente puede comunicarse mejor en los tiempos actuales? El mismo interrogante, pero aplicado a las ya imposibles cartas de amor, fue formulado a principios del siglo XX por Franz Kafka. Su primera conclusión fue desalentadora. Los besos que se envían por vía epistolar -dijo el autor de La metamorfosis- son bebidos en el camino por los fantasmas, es decir, no llegarán nunca a destino. Luego, en carta a Milena, su amante de entonces y de siempre, contraatacó sin apartarse de la metáfora inicial. Los fantasmas no morirán de hambre...Pero nosotros pereceremos.
L.