viernes, 31 de diciembre de 2010

La fiesta del fuego


Cuando murió mi padre y mi madre decidió con justicia la disolución del clan, me dediqué febrilmente a las hogueras. En el fondo del jardín alcé montañas de palos, libros, papeles, carpetas, bolsas y fotos con el plan de prenderle fuego a todo. No niego que había un secreto placer en mi labor de incendiario. El trabajo fue duro y puse la mayor energía en la tarea. Entonces no sabía que la fiesta del fuego se remonta a los orígenes del mundo. Ahora aprendí que si hay algo con lo que no se puede bromear es, justamente, con el fuego. Habrá una noche de burbujas en la tierra y fumarolas en el cielo. Y un pan de nubes que en la puerta del horno se quemará para siempre. Pasado el incendio quedarán huellas del tiempo como cenizas de una hoguera. Recién después (después) iré al jardín del fondo para alzar nuevas montañas de días, noches y desilusiones.
L.

Para Andrea.

Ninguno de los dos se entrega

Rumbo al lejano viento del norte


¿Y hacia dónde queda el norte? Es una pregunta común en clases de ciencias naturales y disciplinas afines. En casi todos los casos los alumnos se miran sin saber qué decir. Viven desde siempre en la ciudad pero no tienen idea de los puntos cardinales. También se han alejado del viento, del bosque, de la noche abolida por la luz. Como tantos lo hicieron en nombre del progreso. Pero, venganzas del tiempo, algunos de ellos están desilusionados y aun aterrados frente a los desastres del progreso. Por eso buscan en la ecología, en los viajes o donde sea alguna forma de eludir las maravillas que les vendieron. El progreso se ha vuelto para muchos, sobre todo para los humildes, un sinónimo de muerte. ¿Pero hacia dónde queda el norte? Antiguos marineros supieron la respuesta navegando primero con el cuerpo. Les bastaba sentir el viento en la cara para adivinar hacia qué lugar del océano debían torcer el rumbo. ¿Y cuántas estrellas somos capaces de reconocer en el cielo? ¿Y cuántos pájaros? ¿O es que ya no hay pájaros ni grillos ni mariposas ni insectos? Para saberlo hay que frenar la carrera (el cambio de año es una oportunidad de hacerlo) con vistas a recuperar la misma lentitud que hace falta para hacer el amor. Los buenos amantes raramente hablan y no se apuran jamás. ¿Pero hacia dónde queda el norte?
L.

Algunos lugares demasiado comunes


Por mail, por teléfono y por si caso me dicen que termine y empiece bien el año y que en 2011, claro, se cumplan todos y cada uno de mis deseos. Mis compañeros de oficina se despiden los viernes diciendo buenfinde. Leo en el diario que una actriz se bañó en la piscina como dios la trajo al mundo. La gente suele tener sonrisas de oreja a oreja. Una vedette cuenta en la tele que para conquistar a su novio tuvo que remarla. Un alumno me dice que conoció a una chica en Gesell y que, después de la playa, pasó lo que tenía que pasar. Una nueva lectora de este blog escribe que la felicidad son momentos. Ya fue, dice una amiga. Más vale tarde que nunca, dice otra. Y más vale (también) pájaro en mano. No quiero convertirme en defensor de un lenguaje puro, liberado para siempre de lugares comunes. No soy quién para meterme con el discurso dominante y aprobado. Recuerdo a Neruda cuando advirtió que quien huye del mal gusto cae en el hielo. Es así. Pero qué bueno sería ponerle uno o dos cubitos a la conversación programada, a lo que dice todo el mundo, a la palabra convencional. Un poco de hielo. Encima con este calor...
L.
Este post fue publicado hace exactamente un año.
La presente versión ha sido levemente modificada.

Algunos recuerdos de 2010


Un día llovió. Creo que fue martes. Llovió una hora y paró. Viajé a Lisboa invitado por la Casa Fernando Pessoa. Ahí me hice amigo de un funcionario de aduanas llamado Carlos Silva (también de Jerónimo, Inés, Patricio, María, Pauly) y caminé un largo rato por un lugar que yo me sé. A la hora del crepúsculo vi gaviotas planeando sobre el río Tajo que en portugués se pronuncia téyu. Estuve dos veces en Valeria del Mar y un millón de veces dando clases. Un día volvió a llover. Creo que fue jueves. Llovió una hora y paró. Se publicó El silencio, un nuevo libro mío que sigue a Lo inalcanzable. Ahora se vienen los mitos. Aparecieron también mis poemas finlandeses en edición de lujo realizada por iniciativa de Imprenta Ideal. Tirada: un ejemplar. Andrea viajó a Colombia y yo, como hice a lo largo de este año y seguiré haciendo hasta el fin del mundo en 2012, escribo en este blog. Imposible saber por qué lo hago. Pero lo hago. Imposible saber por qué vivimos. Pero vivimos.
L.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Y puede parecer una obsesión

Se ruega información




Este es el último dibujo que trabajosamente pude hacer de Grusswillis. Me costó mucho terminarlo pero al final salió en una versión aceptable. Era importante hacerlo con urgencia porque mi gato volvió a escaparse. Me temo que esta vez huyó para siempre y en parte lo entiendo. Las vísperas de año nuevo son duras para todos. En los últimos tiempos lo vi rondando por los techos buscando no sé qué. Quizás a la siamesa que lo dejó en 2009 por un narcogato del barrio. O a su madre atigrada que vive de la caridad en plaza Once. O a la pequeña Naoko, una gata color café que conoció en el Jardín Japonés y que se burla cruel de sus maullidos impostados y solemnes. Mi gato se pone triste en estos días. Y si bien me di cuenta de eso ya en noviembre no supe cómo animarlo. Apenas se me ocurrió decirle que las fiestas pasan rápido, que el tiempo no existe, que si se cumple la profecía de los antiguos mayas no habrá problemas para nadie. Pero Grusswillis no sabe nada de los mayas y no tiene idea del tiempo. Se mueve por la vida por intuición y se defiende mal con sus penas gastadas. Ahora, con este dibujo, pienso empapelar la ciudad. Si alguien lo reconoce por favor avísenme. Se viene el 31 y no quisiera estar sin mi gato en un momento así. También para mí, como para el resto de la gente, estos días son difíciles. Y yo también soy la gente. Y también quiero ser feliz.
L.
La autora del dibujo es Zoe, hija de mi amigo Marcelo M.

La vida está en otra parte


Dicen que el mar es la religión de la naturaleza. ¿La playa es un templo? Enormidad que siempre está ahí, el mar, lo mejor, lo que no se acaba, el mayor alivio para el calor, el desamor y la tristeza, pies descalzos en la orilla, el mar, una solución posible para todos los problemas. Vivir en un lugar es hermoso cuando el alma está en otra parte. En la ciudad soñando con el campo. En el campo recordando la ciudad. Y en cualquier parte -cualquiera- soñando con el mar.
L.

Feliz año viejo


Los cubanos celebran fin de año de una manera especial. Cuando dan las doce no hay fuegos artificiales sino baldes de agua. Pude comprobarlo en La Habana Vieja hace tiempo. La gente arroja baldazos de agua desde los pisos altos a la vereda como quien se deshace del peso, la herrumbre y la pesadumbre del año que se va. A la luz de esa tradición me gustaría hacer un rescate del agua del pasado ya que la del mañana está por verse. Pienso incluso que deberíamos invertir la ecuación. Más que brindar por futuros invisibles e improbables alzar la copa por aguas que siguen vivas en el recuerdo también vivo de este 2010. Por los momentos felices disfrutados y atesorados. Aguas de una caminata nocturna, de un beso, un libro, una caricia, un gesto, una canción inconclusa, una ventana abierta sobre el mar. Feliz año viejo para todos.
L.

Aún todo es posible

Mujeres masculinas


A veces las mujeres necesitan ser hombres. La mutación es provisoria pero necesaria para sobrevivir. Le pasó a la poeta y monja mexicana Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XVII. Su masculinidad -si esa palabra puede usarse para describirla- no fue física ni anímica. Fue más bien una respuesta a la interdicción de orden social que le prohibía asistir a la universidad y llevar una vida creativa, independiente y solitaria. No se está hablando de ambiguedad erótica sino de necesidad. En la vida moderna y cotidiana pasa algo parecido. Si la mujer no se vuelve hombre de acción en tal o cual momento queda convertida en una pura interioridad del ser. En ese estado constante la mujer se disolvería.
L.

Las tetas de Camila


Visité recién a Maximiliano (nuevo amigo en el barrio) y entre otras cosas me mostró fotos de Camila, su ex novia. Viendo el álbum pude comprobar que la chica es preciosa y además (le dije a Maxi) tiene tetas que es algo fundamental. En ese punto coincidimos. Pasado el momento de las risas llegamos a la conclusión de que una novia, pareja o como se llame tiene que gustarnos en todo sentido. Nos referíamos a la totalidad y no a las partes consideradas por separado. Inteligencia, humor y sensibilidad son puntos centrales. Pero también las tetas. Y algo más. La mujer que amamos debe ser encantadora hasta en la forma de hablar, de caminar o de reírse. Si no hay encanto lo demás se cae. ¿O debí escribir se caen?
L.

Publicamos nuevamente este post dado que recibe diariamente varias visitas. Imposible saber por qué.

Viajar para quedarse


No viajamos para conocer nuevos lugares sino para reencontrarnos con un sitio conocido. En eso los viajes recuerdan al descubrimiento amoroso. No hay tal descubrimiento, tampoco novedad, sino un reconocer en el otro al mismo o a la misma de siempre. Hay un retorno. Se admiran sólo los paisajes que ya admiramos y olvidamos. Amor y viajes componen un signo inconsciente y remoto. De niño te conocí -dice Silvio Rodríguez- entre mis sueños queridos/por eso cuando te vi/ reconocí mi destino. Eso que parece dedicado a una mujer podría aplicarse a los lugares y los viajes.
L.

Tú tienes la llave de mi corazón

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Podemos cambiar antes


No hace falta esperar a 2011 0 2012. Podemos cambiar antes. Nunca estamos encadenados a una situación. Es posible modificar el estado de cosas. El mundo no dejará de girar por eso. En la cultura dominante la gente quiere triunfar a toda costa. Pocos se atreven a tomar distancia así sea por un tiempo limitado. La mayoría tiene miedo a perder su lugar en la fabulosa carrera hacia el éxito. Pero nada de eso importa. No hace falta comportarse o vernos apenas en función de la opinión que los otros tienen de nosotros. Hay que dar el paso y sin miedo a lo que digan los demás. Si quieres cambiar los resultados -aconsejó Einstein- no hagas siempre lo mismo.
L.

Con ánimo de amar I


Recorriendo este blog se observa una enorme cantidad de textos donde el amor es tema excluyente. El amor, el sexo, las parejas, los celos, la rutina, el enamoramiento. ¿Será una obsesión incurable de Suspendelviaje y sus lectores? Pero además, ¿para qué hablar tanto de algo que no se resuelve hablando? ¿Acaso no sabemos todos que una vez obtenido el amor raramente está a la altura de lo esperado? ¿O que al perderlo el sufrimiento es gigantesco? Lo sabemos pero el ánimo de amar no decae. Un viejo proverbio turco dice que mientras tengas miel en el corazón vendrá tu abeja desde Bagdad. Y así será aunque la abeja finalmente falle o nos engañe. Porque aunque los amantes se equivoquen... sus amores serán buenos.
L.

Con ánimo de amar II

La vida sin humo


La vida sin humo es como el humo sin asado. Leo la frase y trato de pensarla un poco. Supongamos que el asado es la parte carnal (física) de la experiencia. Nada sería posible sin ella. No hay arte sin vida ni amor sin cuerpo. Hasta aquí todo bien. ¿Pero cuál sería el lugar del humo que es algo nebuloso e impalpable? El humo es el olor, el encanto, lo que no pesa, la promesa de la carne inminente. ¿En qué quedamos entonces? ¿La carne o el humo? La respuesta es demasiado obvia pero la voy a escribir igual. El humo y la carne.
L.

La segunda vez


La primera vez no es lo que importa. Lo que importa es la segunda. Es en la segunda y no en la primera cuando entendemos. Vivimos la primera ingenuamente y sin darnos cuenta. Pero el verdadero asombro nace del eterno retorno a la escena inicial. No surge del conocimiento sino del reconocimiento, es decir, de la memoria.
La segunda vez es la primera. Y la tercera es la vencida.
L.

Ya es hora de partir

No debí darle la espalda


Caliente Buenos Aires. Caliente Bogotá. Ayer me visitó mi amigo Roberto. Trajo hojaldres, hizo los chistes morbosos de siempre (lo que es buen síntoma) y recitó a distancia los títulos de las películas porno que pasan en el teatro cercano a su casa. Se quedó bastante tiempo. Hasta se animó a decir un lindo piropo referido a mi culo. No debí darle la espalda. Después le conté que había comprado un pasaje para viajar a la Argentina el otro año y que pensaba renunciar al trabajo. Su comentario inicial fue ¿y ahora quién hará la página de tributario? Luego me dijo que estaba bien que saliera a vivir la vida. A sentirla, aclaré. Él, por supuesto, entendió.
Andrea

Un blog aburrido


Un lector o lectora anónimo o anónima escribió un mensaje diciendo que este blog es un bajón, que es aburrido, etcétera. No es la primera vez que ocurre. Hace más o menos un año un alumno de periodismo dijo que Suspendelviaje era "para emos", en referencia a esos chicos aplastados, oscuros, drogones y densos. Como sea. Hay blogs y lugares divertidos por todos lados. Nosotros no podemos hacer algo distinto a ésto. Sabemos que la línea adoptada nos quita popularidad, lectores, seguidores y demás alegrías (las cosas lindas de la vida). En estos tiempos todo es pum para arriba y sobre eso nada que decir. Pero también sabemos que la felicidad nunca hizo feliz a nadie. Al contrario. Seguiremos entonces en esta línea bajoneante, aburrida, oscura y recontradensa. Pesimismo en la idea y optimismo en la acción. Es nuestro lema y le seremos fiel.
Andrea y Luis

Elogio de los celos


Es cierto que los celos provocan a veces rupturas de pareja, crímenes pasionales, desastres de todo tipo. ¿Pero cómo sin tenerlos puede el amor estar perfecto? La duda fue así formulada por Sor Juana Inés de la Cruz en pleno siglo XVII. ¿Sin celos no hay amor? La respuesta es difícil. Hombres y mujeres celosos por lo general son posesivos, mezquinos, dominantes. Añoran más el poder sobre el objeto que al objeto mismo. En ocasiones se los podría considerar enfermos. Todo bien. Pero, como dice Pavese, quien no está celoso hasta de la bombacha de su novia... no está enamorado de ella.
L.

Feliz 2046

martes, 28 de diciembre de 2010

Elogio de lo inútil


Cada vez que, como ahora, me propongo escribir algo en este blog, viene la pregunta fatal, ¿para qué todo esto? Teniendo tanto y tanto que hacer, ¿por qué no suspendo el viaje y me ocupo de lo que realmente importa? Pero, pasado el ataque, vuelvo a mi actividad diaria y militante en este espacio. Porque al final, ¿qué sería del mundo si nadie se ocupara de tonterías absolutas como ésta? Todo, seguramente, sería más triste. Además de inglés y computación tiene que haber algo más en esta vida. Nadie sabe bien, por otra parte, qué cosa es útil y cuál no. ¿Sirve de algo el amor? ¿Sirven la poesía, la astronomía o la física cuántica? Todavía está por verse. Es bien sabido que el 80 por ciento del universo está compuesto de materia oscura. Nadie sabe de qué está hecha. Pero no habría cosmos sin ella. ¿Y el inconsciente? ¿Alguien lo vio? ¿Ayuda a frenar los cortes de luz y las inundaciones? No. Sin embargo todo parece indicar que ese raro submundo de la mente guía cada uno de nuestros pasos. No le hago mal a nadie escribiendo estas líneas irresponsables y disparatadas. Así que, si me permiten, voy a seguir.
L.

Volver a empezar


La idea de año que termina, cualquier cosa que termina, tiene su encanto. Porque de inmediato vienen la palabra cambio y la palabra renovación. Termina un año, un viaje, un amor, un ciclo más de la naturaleza. Pero dado que el tiempo es una abstracción no puede haber, no hay, final posible. Lo más hermoso del mundo, siempre, es comenzar. Y todo está empezando a cada instante.
Y hasta el mar, que es viejo, recomienza.
L.

Futuros amantes

Amor y escritura


El amor, como la felicidad, no puede ser escrito. Mientras dura sólo podemos limitarnos a disfrutar de él a pleno y sin decir palabras. No es posible "contar" una pasión. Amor y poesía -sin embargo- están misteriosamente ligados porque ambos nacen del deseo de expresar, decir, comunicar, hablar con el beso y el abrazo. Se podría añadir que escribir cuentos, mails, novelas, blogs o cualquier cosa es como hacer el amor. Nunca se sabe si la alegría propia es compartida.
L.

Los suicidas


Los suicidas están enamorados de la vida. Tanto la aman que desearían acostarse con ella, tener hijos con ella, morir junto a ella. El problema, porque siempre hay un problema, es parecido al de las mujeres que aman en exceso. La pasión desmedida es una tragedia con final anunciado. La adoración inicial se vuelve odio, los días se sobrecargan de un sentido que no tienen, la entrega total y absoluta acaba siendo intolerable. Los suicidas aman la vida. Pero le piden demasiado y ella responde solamente a la mitad de las plegarias.
Por eso se matan los suicidas. Porque quieren todo.
L.

La casa


Programas como Gran Hermano ya no tienen sentido. No vive casi nadie fuera de la casa. A todos nos vigilan vecinos atentos, voyeurs libidinosos, policías y curiosos. La intimidad pasó a ser un fabuloso espectáculo. No hace falta ningún reality para eso. Y si no miran nos exhibimos de manera igualmente obscena. ¿Qué cosa es, si no, el maravilloso mundo de las redes sociales y las maquinarias de la alegría? ¿Qué diferencia hay entre Gran Hermano y una persona que llama a otra por celular para contarle que está en el baño? Hay un desnudarse constante frente a desconocidos que también muestran sus partes para el goce colectivo. ¿Y qué queda de todo eso? Nada.
Y el que tenga dudas que mire un rato cómo duermen, hablan, cocinan, cagan o se bañan los chicos de Gran Hermano, los vecinos, la chica de enfrente y los diez mil seguidores de facebook.
L.

Suspendelviaje tuvo un hijo


Fue por culpa de una noche de aquellas. El alcohol y el deseo pudieron más que todo. Nueve meses más tarde nació un hijo no querido de este blog. ¿O sí? Los interesados en conocerlo tienen que ir a http://www.pessoa-s.blogspot.com/ La mayoría de los textos ahí reunidos pertenecen al poeta portugués Fernando Pessoa, un provocador neto, un indisciplinador de almas disciplinadas. Pero ahora, recién, se incorporaron impensadas duplicaciones o sombras del autor de Mensaje como Jerónimo Chiado y otros nombres de fantasía o realidad que irán apareciendo. Hay, entonces, dos lugares para navegar y un nuevo amante para disfrutar. Mientras tanto Pessoa (s) necesita seguidores, mujeres dispuestas a dar la teta, guarderías, pañales descartables, espíritus inquietos en general.
L.

¿Hay alguien ahí?


Por breves instantes una mujer y un hombre dialogan desde sus autos. Alcanzan a decir pocas palabras mientras el semáforo en rojo los contiene. La carrera continúa y vuelve a convertirlos en náufragos de un cuento inconcluso. La escena evoca el diálogo entablado en salas virtuales para solos y solas. Quién lo probó ya sabe. Los navegantes adoptan nombres que pueden no ser los verdaderos, una personalidad y edad que también suelen ser falsas. Se establece así un contacto flotante y efímero. ¿Hay alguien ahí? Las voces convertidas en grafismos imperfectos acuden al llamado. El espacio empieza a llenarse de onomatopeyas, signos, bromas, ruegos y ofertas calientes que el anonimato habilita. La conversación suele terminar de pronto y en el mejor momento por causas diversas. La pantalla se oscurece y los virtuales amantes vuelven a preguntarse, una vez más, si de veras hay alguien ahí.
L.

Hola cómo estás

lunes, 27 de diciembre de 2010

Para escribir bien


Para escribir bien no hay que pensar en escribir bien. Se notará el intento y eso lo arruina todo. No hay peor escritor que el que pretende hacerse el poeta o el sensible. Para escribir bien no debemos ser falsos ni retorcidos ni oficinistas. Escribir debería parecerse a bañarse, coger o cocinar. La literatura no debería ser un castigo o un deber. Para escribir bien no debemos dar rodeos. O darlos solamente en el caso de que sean estrictamente necesarios. Debemos ir al punto por más que alguien se enoje. Si la palabra exacta es culo no debemos decir trasero. Pero si el vocablo necesario es trasero jamás deberíamos cambiarlo por otro. Para escribir bien hay que hacerlo sin adornos. Eso no significa descuidar la forma. Al contrario. La forma es todo o casi todo en escritura. Importa el cómo y no tanto el qué. Para escribir bien hay que hablar y dejarse hablar por esa voz interna que todos llevamos dentro. Y recordar siempre que para un escritor no hay realidad real sino textual. Hay que meterse a fondo en el bosque de las palabras y no pensar jamás en el lector. Si lo hiciéramos sería el lector quien escribe. Y no es la idea. Para escribir bien no hay que buscar afuera sino adentro. Si somos fieles nada más que a nosotros mismos daremos por fin con un prójimo próximo al otro lado de la línea.
L.

Bailar la vida

El problema del recuerdo


A mis alumnos de periodismo les encanta preguntar a sus entrevistados en qué momento exacto supieron que serían actores, futbolistas, escritores, lavacopas o presidentes. Es inútil que les diga que la pregunta es mala y que lo más probable es que, presionados por la situación, los reporteados "inventen" tal o cual momento para salir del paso. En el fondo subyace el problema de que en la vida no se recuerdan días sino instantes. Tampoco evocamos grandes escenas sino sutilísimos momentos interiores que, por lo general, no figuran en los reportajes y tampoco en los libros de historia o las redes sociales. Se trata de fotos borrosas que cada cual retiene secretamente en algún lugar de su pasado.
L.

El problema del deseo


El problema del deseo no está en las dificultades que impiden alcanzarlo. Poco importan las circunstancias, las piedras en el camino, el viento, el calor y las inundaciones. Tarde o temprano el sueño se realiza. El problema es que una vez conquistado el objeto del deseo nace con frecuencia el desencanto. No debemos enojarnos con la suerte, entonces, sino con nuestro propio deseo.
L.

La fuente del saber


Sólo el esclavo puede hablar con solvencia de la autoridad. Nadie más que el pobre entiende la riqueza. La mujer virgen sabe de sexo más que las putas. Un hombre sin familia podría explayarse a fondo sobre la cena de fin de año. Nadie como el hambriento para definir el significado exacto del pan. Un inquilino o un obrero raramente se confunden cuando hablan de la propiedad privada. Tampoco un preso duda sobre el sentido último de la libertad. El condenado a muerte da clases magistrales sobre la vida. Se sabe desde la carencia y no desde la satisfacción. Desde el fondo del pozo se entiende mejor
que nadie el valor del cielo, del mar, del beso y la montaña.
L.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Estamos añorando algo

Sexo y religión


En su intersantísimo ensayo sobre Sor Juana Inés de la Cruz (Las trampas de la fe), el mexicano Octavio Paz observa que el lenguaje de la poesía mística, sobre todo la española, tiene muchos puntos de contacto con el erotismo lírico y profano. Ya San Juan de la Cruz se escandalizó por la impía confusión establecida por artistas y gente de la calle entre el éxtasis divino y el acto sexual. No hace falta ahondar en la cuestión. Basta recordar los poemas fuertemente eróticos que incluye la Biblia bajo el nombre de Cantar de los cantares o descifrar líneas simples de la prosa cristiana como "resurrección de la carne" o "cuerpo glorioso" para entender mejor las cosas. Los poemas de "amor divino" de Sor Juana profundizan con atrevimiento la tradición señalada. No es raro que la poeta novohispánica llame "dulce amante" a Jesús, quien además, según se lee en el soneto 164, "entra" en ella de una manera demasiado evocadora de situaciones menos etéreas.
L.

La basura navideña


Caminando por el barrio -como un antropólogo luego de la tercera guerra mundial- descubro montañas residuales de la Navidad. Cintas de colores que fueron moños de regalos, cajas que guardaron ropa de marca, centenares de botellas de gaseosa, vino, sidra y champagne, raros dispositivos que sirvieron para lanzar bombas y cohetes al espacio, forros usados y sin usar, corpiños rotos, pedazos de asado que son presa de moscas y gusanos, envoltorios de flores ya marchitas. De todo eso emana un olor asqueroso y los únicos reyes que hacen magia para reciclar el desastre son, como siempre, los cartoneros peruanos, villeros y bolivianos, es decir, los enemigos de la patria. No pretendo negar el significado cristiano de las navidades. Pienso apenas en la terrible locura que reinaba hasta hace unas horas (parecía que el fin del mundo se acercaba) para que casi todo eso termine mal embolsado y arrojado con desprecio a la vereda. ¿Valen menos las fiestas por acabar convertidas en montañas de basura? ¿Pierde valor un orgasmo a causa de su extraordinaria brevedad? Por supuesto que no. Lo efímero vale doble justamente por ser efímero. Aún así el reciente paseo por el barrio me dejó pensando y, por qué no decirlo, un poco triste.
L.

La monja prohibida


Ser escritora y monja en México (o Nueva España como se conocía a ese país en el siglo XVII) y además ser mujer, y por si fuera poco autora de poemas amorosos, eróticos y de todo tipo de sátiras sexuales, fue y es demasiado. Todo eso se resume en la esquiva y perseguida figura de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), la que oyó en su celda de clausura un profundo oleaje y misterioso viento. Hasta donde se sabe la vida sexual de Juana Inés (nombre previo al convento) fue casi enteramente imaginaria. Amores que ella escribe sin amores, comentó un crítico. Sin amores pero con amor, deslizó otro. Todo es fantasía en la solitaria flor. Tampoco es imposible suponer que Juana Inés conoció el amor en sus formas menos abstractas. Solamente lo que toco veo, confirmó ella misma.
Si es delito ya lo digo/ y si es culpa...lo confieso.
L.

No queda más que viento I


Las mujeres no saben qué hacer con sus manos. La ropa les pesa como cadenas y sueñan un sueño de hombres desnudos. Algunas intentan la televisión. Pero el zum zum de las avispas puede más. Otras se ponen a tejer. Pero el vendaval enmaraña las horas y los pliegues del día enloquecen. La música termina de abrumarlas. Algunas se sacan los zapatos, otras golpean en las mesas o disparan insultos al cielo. Debe ser el viento, dicen. Debe ser la lluvia. Pero es la tempestad -vieja puta- que se traga todos los hombres a la vez.
L.

No queda más que viento II


No son fáciles los domingos. Pero a veces me gustaría que la vida fuera un domingo siempre. Hace frío en Bogotá. La lluvia no se decide a caer por completo. Humedece un poco el asfalto y luego desaparece. Leí a Lispector, dormí un poco y finalmente descubrí una canción de Spinetta. No queda más que viento, dice. No son fáciles los domingos. Nada es fácil. No queda más que viento.
Andrea

No queda más que viento III

La historia del amor I


El amor es una de las invenciones históricas más extraordinarias. Desde su origen la idea amorosa estuvo ligada a la transgresión, a la violacion de jerarquías sociales y, luego, a la grave institucion matrimonial. La errónea identificación entre amor y matrimonio es algo más bien reciente y de consecuencias por lo general funestas. Poesía y amor niegan al matrimonio y a los linajes de raza o clase. El amor es una extraña combinación de libertad y fatalidad. Su poder es capaz de paralizar nuestra voluntad y aún la inteligencia. Podemos enamorarnos de un ser indigno y perverso, lo cual confirma, para escándalo de Platón y sus discípulos, el problema de la existencia del mal y la terrible atracción que lo oscuro genera en tanta gente. ¿Amamos también nuestra perdición? El amor que nos libera deja de ser un mero conocimiento de "algo nuevo" para convertirse, mejor, en reconocimiento. Igualmente nos enfrenta a un enigma pavoroso. Cualquier amor -dice Pavese- revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.
L.

La historia del amor II


La historia del amor en Occidente puede verse como un doble proceso de liberación y sublimación. Eros es un dios creador y destructor. A veces es mortal y a veces, también, cubre de flores el jardín. Hombres y mujeres viven definidos por el signo cuerpo y el signo no-cuerpo. En Provenza, cuna del amor cortés, jamás se negó lo corporal por completo y la sublimación adquirió formas equívocas. La más curiosa entre ellas fue la ceremonia del asag, una serie de pruebas que culminaba en la contemplación de la dama desnuda. El enamorado podía tenderse en el lecho junto a ella aunque sin consumar la unión sexual (coitus interruptus). En Florencia la sublimación fue más estricta y la relación entre los amantes consistía en una suerte de copulación visual. Pero la represión es en todos los casos contraproducente y se resuelve casi siempre en estallidos o en duplicidad moral. Dante vivió fuera del matrimonio pasiones lujuriosas y Petrarca tuvo dos hijos naturales de distintas mujeres. La castidad (como se ha visto en iglesias, cuarteles y conventos) acaba por pervertir el cuerpo y el espíritu. Liberarse -en cambio- parece la opción más pura, enriquecedora y honesta.
L.

Vivir es desviarse


Vivir es desviarse, decía Kafka. Y así es en cualquier campo de la vida. Para encontrar las medias hay que buscar las llaves. Para dar con la persona justa -si es que existe- debemos desviarnos, también, de ella. Y cuando torcemos el camino llega un punto en el que ni siquiera sabemos de qué o de quién nos estamos alejando. Cambiar de rumbo es difícil. Pero sin decisiones no hay destino.
L.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Atrás de la puerta

Causa perdida


Lo que más impresiona de un trompo es la persistencia de la rotación más allá de la causa que lo originó. Es como si el juguete se independizara del impulso inicial, o, para decirlo de otro modo, como si adquiriera vida propia. El ejemplo sirve para entender una infinidad de situaciones. Bastaría pensar en los hijos (que siguen "girando" más allá del deseo de sus padres) o en las parejas que debieron separarse hace rato pero sin embargo continúan, justamente, por inercia. De pronto la causa del movimiento se diluye y cede su lugar al movimiento mismo. El fenómeno es tan evidente como desconcertante. ¿Es entonces posible olvidar los primeros principios de todas las cosas? Quizás debamos revisar la sagrada ley de causa y efecto y hasta la mismísima figura de Dios. Quizás el mundo se mueva más por las flores que por las raíces. Y metidos ya en el baile, ¿a quién le importa cuándo y cómo empezó la música?
L.

El blog se desnuda


Este blog es una insistencia. ¿Insistencia en qué? Imposible saberlo. Pero da vueltas por aquí la idea de sostener aunque no sirva para nada. ¿Y tanto esfuerzo para qué? ¿Para decir algo supuestamente importante al centenar de personas que diariamente nos visitan? ¿Para intentar un nuevo sermón de la montaña? Pareciera a veces que este blog es una militancia sin partido ni programa. O una búsqueda constante de provocar sin medir consecuencias. Pero no somos místicos. A veces perdemos la fe y pensamos levantar el campamento. Pero la sola idea de armar la carpa en otro lado, de cortar leña o salir a buscar agua nos desanima. Y entonces vuelve la idea absurda de resistir. ¿Resistir frente a qué? Imposible saberlo.
L.

Y el mundo comprendió

Todos los casados están mal casados


Lo ha dicho el misógino Pessoa (ver invitación de abajo) y es posible que tenga razón. Todos los casados del mundo, hombres y mujeres, están mal casados. ¿Pero qué sería estar bien casados? ¿Tener casa y auto? ¿Ir juntos de vacaciones a Cuba o Mar del Tuyú? ¿Tener buen sexo una o dos veces por semana? ¿Contar con el respaldo de una buena obra social? Las preguntas son capciosas y no vienen al caso. La única manera de estar bien en pareja es renunciar al absoluto y aceptar que en la vida siempre falta algo. ¿Pero algo como qué?
L.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Pessoa (s)


Ya anunciamos que Suspendelviaje tuvo un hijo que nos obligó a celebrar un casamiento de apuro. Los invitamos a conocerlo ahora, ya mismo, antes que se corrompa. En Pessoa (s) verán fotos inigualables (algunas prohibidas para almas sensibles), videos relacionados y textos especialmente intensos, polémicos y seductores de Fernando Pessoa, el mayor poeta portugués y universal del siglo XX. Los poemas, cartas y comentarios están firmados con su nombre o con el de sus casi infinitas duplicaciones o heterónimos. Los interesados o simples curiosos deben buscar en
L.

Todos los fuegos


Todos los fuegos no pueden contra mil estrellas frías. La luna dura más que un millón de soles. Y un solo recuerdo enciende corazones apagados. Pasado el furor siguen faltando respuestas. ¿Nació Cristo por fin? ¿Hay que seguir esperando? ¿Debemos renunciar?
L.

Algo pasó en el desierto


Se supone que en Navidad el mundo celebra el nacimiento de Jesús. Es verdad que una lectura atenta de documentos específicos arroja dudas sobre la fecha exacta (la Biblia no aclara el punto), el nombre y hasta la existencia del cumpleañero. Admitamos que Cristo es una figura de la que poco se sabe y que, según la broma reiterada, jamás publicó un libro. Las enseñanzas del Hijo del Hombre se reducen a unas pocas aunque significativas parábolas que se transmitieron oralmente. También existieron gestos enigmáticos. El episodio más extraño que ha protagonizado lo comenta Juan en su Evangelio (8,1-8). Luego del incidente de la mujer adúltera Jesús se inclinó y escribió con un dedo, o un palito, unas palabras en la arena. No hay pruebas de que el profeta supiera escribir. El maestro de Galilea, de origen campesino, era quizás un iletrado. Tampoco existen datos sobre el misterioso pasaje que anotó para luego borrarlo de inmediato. Qué pena. Si el mensaje cifrado hubiese llegado hasta nosotros nada o casi nada sería igual en esta tierra.
L.

Quiero verte vestida


Te vi desnuda tantas veces y tanto que de pronto quisiera, al menos esta noche, descansar un poco de tu rara y violenta obscenidad, de tu cuerpo mudo, secreto, de tu figura que se lava los pies, los muslos, los senos, los glúteos, la vulva solitaria y abismal. Evitar la exhibición completa en ambientes cerrados y la osadía brutal que me niega y que me anula. Quisiera, al menos este día, no verte a luz y contraluz, no sentir de manera tan clara tu oscura intimidad, tus olores abyectos, tu vía prohibida y ominosa. Quisiera por hoy no escuchar tu verdad con pelos y sin velos, que te vistieras aunque fuera un instante con bombachas y corpiños y medias y palabras que me alivien y me salven de tu odiosa y gloriosa desnudez.
L.

Quiero verte desnuda

La muralla


Pero el mundo no termina ni esta noche ni la de mañana ni la de fin de año. El mundo no termina jamás. Hasta podría decirse que todavía no empezó. Y que aún todo está por ocurrir. Abriremos la ventana para darle mil rostros. Y lo que pase entre una y otra puerta se vincula a lo que cada cual haga con su vida y la vida. Nada podemos esperar más allá de nuestras manos. Después de todo, dice Spinetta, tú eres la única muralla. Y si no saltas nunca darás un solo paso. Y si tú eres la única muralla, vamos, dí tu palabra y rómpete.
L.

En el umbral de tu misterio

jueves, 23 de diciembre de 2010

Como dos bocas en un beso


La soledad no es una desgracia ni un castigo. Es quizás lo más humano y esencial de cada uno. Esa condicion no disminuye por más que estemos rodeados por un millón de hombres y mujeres. Seguiremos solos en la multitud. Ni la amistad ni las fiestas ni el amor tienen la misión de combatir eso que nos constituye y nos convierte en personas. Al contrario. Buscamos amigos y amor para que alguien nos acompañe a estar solos. Para dejar que otros compartan el vacío con nosotros. Para saber que dos soledades pueden encontrarse exactamente igual que dos bocas en un beso.
L.

Colombia, pólvora y silencio


Las novenas perdieron sentido en mi casa desde que prohibieron la pólvora. Para mi padre lo más importante era prender lucecitas, chispas, volcanes de fuego. Mi madre defiende la idea de rezar el padrenuestro, el ave maría y otras oraciones como si fueran balas disparadas por una metralleta. A eso le llama recogimiento. Mi hermana mayor es obsesiva con la Navidad. Escucha villancicos en el carro, en la casa, en el baño. Todo lo decora y todo lo añora. Mi hermano mayor y mi hermanita se concentran en la rumba, los regalos y la comida. Yo, como tengo fama de atea o agnóstica o hija del demonio, me limito a observar. Me gustaba la pólvora y me gusta el silencio. Pólvora y silencio. Acá todos se vuelven locos. Actúan como si viniera el fin del mundo. A lo mejor esperan que todo se vaya a la mierda de una vez. En el fondo hay ríos de tristeza que recorren el alma incluso del bailador más entusiasta.
Andrea

El discreto encanto de las fiestas


Es difícil sustraerse al estampido de las fiestas. Es difícil, también, sumarse a la caravana sin sufrir el impacto de la alegría impostada y casi obligatoria. Se genera en las calles un clima de fin de mundo y exasperación. Las reuniones familiares no siempre terminan bien y el sincericidio rompe botellas pasadas las doce. Papá Noel no llega y el barco de los sueños también se demora. ¿Qué hacer? Recuerdo que hace dos o tres años no tenía con quién pasar las fiestas. Había tenido invitaciones de amigos pero me parecía que fechas de esa envergadura debían ser celebradas en familia. El problema era, y es, que mi familia quedó convertida en un raro desfile de espectros. Se lo comenté así a mi analista. Le dije que prefería festejar solo en mi casa antes que brindar acompañado por extraños. Ella, mi analista de entonces, contraatacó en su estilo con una pregunta imbatible: ¿acaso existe algo más extraño y ajeno que la familia propia?
L.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Duración de las parejas


¿Cuánto dura el amor de una pareja? Nadie lo sabe. Freud estableció una franja probable que va de los 18 meses a los 3 años. Si la atracción se basa en la sorpresa (razonó) mal puede esperarse que la novedad perdure. Nada es para siempre. Por la razón que sea la misma persona que nos generó algo en un momento deja de hacerlo en otro. Surge entonces una nueva sensación basada en la seguridad y el confort que se observa en parejas duraderas. Los enamorados del amor se desesperan ante lo efímero y buscan dos caminos: cambiar de pareja asiduamente o mantener la estabilidad afectiva depositando el deseo en otra parte. Pero tampoco el adulterio resuelve la cuestión. Shakespeare pensaba que los únicos amores que duran son los que terminan en su mejor momento. Es posible. También es cierto que a veces los amantes extraen más placer del propio entusiasmo que del objeto inspirador. Ningún camino es perfecto. En este mundo, decía Wilde, hay sólo dos tragedias. La primera es no obtener lo que se quiere. La segunda es obtenerlo.
L.

La sociedad videlista


La nunca tan justa prisión perpetua recién dictada para los represores Videla y Menéndez debe servir, también, para recordar la complicidad civil de una gran mayoría de argentinos con la dictadura militar. Los que ayer decían que los desaparecidos andaban en algo y que por eso merecían ser torturados y asesinados, son los mismos que hoy la emprenden contra los bolivianos y peruanos que "ingresan descontroladamente" al país, contra los okupas, contra los pobres en general y contra los que luchan, también en general, por la justicia en todas sus formas. No hubo muchos cambios en tal sentido. La sociedad argentina sigue siendo esencialmente videlista y menemista y ojalá eso cambie alguna vez. Astiz acudió al juicio con un libro (Volver a matar) presentado por Duhalde, flamante candidato presidencial. Y Menéndez sigue hablando de "guerra" y "subversivos marxistas" mientras Videla asegura que los "guerrilleros" de ayer "hoy están en el poder". Los que aún apostamos a un país más justo celebramos las condenas concretadas. Pero no somos ingenuos y permanecemos alertas.
L.

Los mineros chilenos siguen atrapados


Peleas familiares, carencias económicas, depresiones. Esa es la realidad de los 33 mineros chilenos cuya liberación conmovió a tanta gente sensible hace dos meses. Los trabajadores ya estuvieron en España, en Hollywood y viendo un partido del Manchester United en el Reino Unido. En breve viajarán a Disneyworld, Israel y Grecia. Hay ya dos películas en marcha, entre ellas una producción dirigida por Brad Pitt. Al margen de la fiesta y las burbujas los hombres reales, los que no aparecen en los medios, están sufriendo todo tipo de problemas psicológicos, sociales y económicos. Reygadas, el minero número 17 en salir, llora constantemente y no se duerme hasta las cuatro o cinco de la mañana. Los demás muestran síntomas similares y continúan acosados por los periodistas. Franklin Lobos, el futbolista, no habla más con su familia. Carlos Mamaní, el boliviano del grupo, vive todavía con su compañera y su bebé en una casita destartalada, en las afueras de Copiapó, sin siquiera agua corriente. El resto sobrevive con pagos del seguro médico acordados después del rescate. Los mineros sienten que el gobierno de Piñera los abandonó. Es indudable que la historia de los 33 de Atacama está lejos de terminar. Luego de sobrevivir 69 días en las profundidades del desierto, y en condiciones extremas, los mineros necesitarán fortaleza para completar la transición de regreso a la vida ¿normal?
L.