miércoles, 15 de diciembre de 2010

Una novelita para la playa


Una simpática vendedora de librerías Böhm (Pinamar) me cuenta qué tipo de gente entra a ese local y qué libros piden los coquetos visitantes. Una novelita para la playa. En eso se resume todo. También horóscopos, autoayuda y basuras del tipo Qué les pasó. Cuando la vendedora les sugiere que pasen al salón del fondo y prueben con libros de Onetti, Rulfo, Coetzee, los compradores hojean un poco y ella sabe lo que va a oír. Para sufrir está la vida, le dicen. Quiero una novelita para la playa. ¿Puede hacerse algo contra eso?, me preguntó la chica. Y yo no supe qué responderle.
L.

3 comentarios:

  1. Contra la ignorancia voluntaria, nada puede hacerse.

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  2. sugiero que los deje , son quienes van a desconectarse (a propósito de tu post anterior). no vale la pena.
    aunque probablemente surta algún efecto meter al salón de fondo las novelitas de playa y llevar a Rulfo al frente del local...

    sin garantía

    Blu e

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