No son fáciles los domingos. Pero a veces me gustaría que la vida fuera un domingo siempre. Hace frío en Bogotá. La lluvia no se decide a caer por completo. Humedece un poco el asfalto y luego desaparece. Leí a Lispector, dormí un poco y finalmente descubrí una canción de Spinetta. No queda más que viento, dice. No son fáciles los domingos. Nada es fácil. No queda más que viento.
Andrea
Como siempre, Andrea, sensible y contundente en tus cartas colombianas.
ResponderEliminarM.