Dice Stephen Hawking en El universo en una cáscara de nuez que el mundo conocido admite no una única historia sino una multiplicidad de ellas. La teoría de las historias múltiples puede demostrarse siguiendo un modelo matemático ya puesto a prueba. Si atrevidamente aplicáramos ese razonamiento a la raza humana podríamos concluir que cada uno de nosotros cuenta en su haber con historias múltiples. Ninguna de ellas podría ser considerada menos cierta que cualquiera de las demás. Aceptar el postulado nos permitiría deducir, también, que cada hombre y cada mujer tiene no un único destino sino una infinidad de destinos. Llegados a este punto cabría una pregunta perturbadora. Si nuestra vida es capaz de ramificarse por tantos caminos posibles, ¿por qué la vivimos a veces como si fuera sólo una? ¿por qué no actuar como si ante nosotros se abrieran infinitas opciones de ser lo que hasta ahora nunca fuimos?
L.
Comento en realidad un post que hablaba del silencio de los lectores. Yo los leo. Acá estoy. Los leo hace un tiempo, y pienso seguir haciendolo al menos por ahora. Les dejo un abrazo.
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