Caliente Buenos Aires. Caliente Bogotá. Ayer me visitó mi amigo Roberto. Trajo hojaldres, hizo los chistes morbosos de siempre (lo que es buen síntoma) y recitó a distancia los títulos de las películas porno que pasan en el teatro cercano a su casa. Se quedó bastante tiempo. Hasta se animó a decir un lindo piropo referido a mi culo. No debí darle la espalda. Después le conté que había comprado un pasaje para viajar a la Argentina el otro año y que pensaba renunciar al trabajo. Su comentario inicial fue ¿y ahora quién hará la página de tributario? Luego me dijo que estaba bien que saliera a vivir la vida. A sentirla, aclaré. Él, por supuesto, entendió.
Andrea
Sentir la vida, sí, es mejor q vivirla.
ResponderEliminary esa foto...
Emiliano