Los cubanos celebran fin de año de una manera especial. Cuando dan las doce no hay fuegos artificiales sino baldes de agua. Pude comprobarlo en La Habana Vieja hace tiempo. La gente arroja baldazos de agua desde los pisos altos a la vereda como quien se deshace del peso, la herrumbre y la pesadumbre del año que se va. A la luz de esa tradición me gustaría hacer un rescate del agua del pasado ya que la del mañana está por verse. Pienso incluso que deberíamos invertir la ecuación. Más que brindar por futuros invisibles e improbables alzar la copa por aguas que siguen vivas en el recuerdo también vivo de este 2010. Por los momentos felices disfrutados y atesorados. Aguas de una caminata nocturna, de un beso, un libro, una caricia, un gesto, una canción inconclusa, una ventana abierta sobre el mar. Feliz año viejo para todos.
L.
Me hiciste acordar Luis a una tía que insistía en que no debía deprimirme para mis cumples.Decía que había que festejar el año vivido.Italiana ella, coincidía con los cubanos y yo también. Feliz año viejo para todos.Para mi fue buenísimo porque me dió mucha felicidad.Asomarme a este espacio virtual fue una parte. Sobre el mañana nadie sabe.
ResponderEliminarPero para lanzar el balde de agua a las doce de la noche bien apegados a la tradición antes debimos recolectar la escarcha de la heladera y con ella, así de fría, limpiar el piso de la casa. Esa es el agua que se lanza. Luis, te deseo un buen 2011 y mucha mucha suerte. Que el viaje no se suspenda. Besos a Andrea. Abrazo, egk
ResponderEliminarMaravillosa propuesta Luis! Brindemos por el año viejo, ese que nos ha colmado de historia, que nos ha hecho seguir aprendiendo en este viaje. Gracias por tu compañía. Un beso enorme
ResponderEliminarSi, yo también brindo porque viene el nuevo año, no para que se vaya el otro,
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