domingo, 26 de diciembre de 2010

Sexo y religión


En su intersantísimo ensayo sobre Sor Juana Inés de la Cruz (Las trampas de la fe), el mexicano Octavio Paz observa que el lenguaje de la poesía mística, sobre todo la española, tiene muchos puntos de contacto con el erotismo lírico y profano. Ya San Juan de la Cruz se escandalizó por la impía confusión establecida por artistas y gente de la calle entre el éxtasis divino y el acto sexual. No hace falta ahondar en la cuestión. Basta recordar los poemas fuertemente eróticos que incluye la Biblia bajo el nombre de Cantar de los cantares o descifrar líneas simples de la prosa cristiana como "resurrección de la carne" o "cuerpo glorioso" para entender mejor las cosas. Los poemas de "amor divino" de Sor Juana profundizan con atrevimiento la tradición señalada. No es raro que la poeta novohispánica llame "dulce amante" a Jesús, quien además, según se lee en el soneto 164, "entra" en ella de una manera demasiado evocadora de situaciones menos etéreas.
L.

3 comentarios:

  1. Buen punto. Habría mucho para decir al respecto. Freud dice que Dios es el padre. Y todos conocemos el doble sentido de la expresión "he visto el rostro de Dios". Nadie debería escandalizarse por esto. Dios es divino y el sexo también.
    Estefanía

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  2. Toda a carga negativa que precede o sexo provem da igreja e de almas seguramente pequenas.Deus não criou o sexo como algo menor ou falha de criação.Algo magnifico só pode ter criação divina.
    carlos

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  3. en un punto dice tambien, lo estéril que le resulta su "amor" con Jesus. Fue una mujer profunda, talentosa que dejó a la vista del mundo, por siglos, la vestialidad y atraso de la Iglesia Catolica.
    e

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