viernes, 31 de diciembre de 2010

Algunos recuerdos de 2010


Un día llovió. Creo que fue martes. Llovió una hora y paró. Viajé a Lisboa invitado por la Casa Fernando Pessoa. Ahí me hice amigo de un funcionario de aduanas llamado Carlos Silva (también de Jerónimo, Inés, Patricio, María, Pauly) y caminé un largo rato por un lugar que yo me sé. A la hora del crepúsculo vi gaviotas planeando sobre el río Tajo que en portugués se pronuncia téyu. Estuve dos veces en Valeria del Mar y un millón de veces dando clases. Un día volvió a llover. Creo que fue jueves. Llovió una hora y paró. Se publicó El silencio, un nuevo libro mío que sigue a Lo inalcanzable. Ahora se vienen los mitos. Aparecieron también mis poemas finlandeses en edición de lujo realizada por iniciativa de Imprenta Ideal. Tirada: un ejemplar. Andrea viajó a Colombia y yo, como hice a lo largo de este año y seguiré haciendo hasta el fin del mundo en 2012, escribo en este blog. Imposible saber por qué lo hago. Pero lo hago. Imposible saber por qué vivimos. Pero vivimos.
L.

1 comentario:

  1. "a vida é uma viagem experimental, feita involuntariamente" F.P.in "Livro do Desassossego".Só temos de crescer aprendendo, amar o quanto for preciso, viver viver viver...
    Nada nem ninguem aparece por acaso na vida de alguem, tudo tem o seu significado,o acaso não existe!
    adoro neste blog!
    Felicidades
    Carlos Silva

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