jueves, 28 de abril de 2011

Naufragios


Cada noche es un pálido naufragio. Algo lento que se hunde. Un pequeño barco. Uno grande. Ningún barco. Algo que sería y no fue. Nos preguntamos por qué la nave naufragó tan pronto. Si todo había sido bien planeado. Si el viento inflaba las velas como pechos. Si estaba escrito en la frente y en el culo que nada faltaría. Pero a último momento un tornillo no encajó en el hueco. Se dijeron cosas indebidas. Un gesto. Una maldición. Un naufragio más para anotar en el cuaderno de viajes. La misma libreta donde figura el trayecto perfecto de mañana. Con seguridad. Mañana. No habrá problemas esta vez. Todo ha sido cuidadosamente calculado, medido, organizado. La balsa construida por mujeres entrenadas. La nave, la noche, las velas encendidas uno o dos minutos antes de apagarse.
L.

Menos tu vientre

Gente absurda y maravillosa

Hay gente absurda y maravillosa. Esa gente existe efectivamente en algún punto del espacio. La gente absurda y maravillosa no abunda. No toda esa gente, además, mantiene su condición absurda y maravillosa por mucho tiempo. Con el paso de los años algunos empiezan a resignarse y aceptar el mundo previsible y seco. Es lo que hay, dicen. Nada puede hacerse. Así dicen. Y al final se pierden.
L.

Mujeres literarias


La Maga, Madame Bovary, la señorita Cora, Medea, Helena de Troya, Scarlett, Beatriz, Yocasta. Ninguna de ellas existe más allá de la literatura. Aunque muchas resultan más reales que las verdaderas. Mujeres de belleza triste o lánguida, valientes heroínas, pobres amantes, víctimas y reinas como la Cenicienta. Hay, claro, excepciones. Una amiga le reprochó a Juan Carlos Onetti la violencia de sus retratos de mujeres. Las vio como corporizaciones de ilusión perdida e inocencia prostituida. El escritor uruguayo asintió sonriente y no se defendió. Tiempo de abrazar, una de sus primeras novelas, cuenta la historia de un amor adolescente en el que había una vampiresa ninfómana -pitonisa, falsa inocente, precoz y omnívora- cuya caducidad el protagonista trata de rescatar de la devastación del tiempo y la edad. La chica es la primera de una larga serie de adolescentes seudovirginales que pueblan los libros de Onetti. Sumas sacerdotisas del amor erótico, dotadas habitualmente de una combinación mórbida de sensualidad y amarga misantropía que las hace a la vez devastadoras e inaccesibles. Mujeres literarias. Serían casi perfectas si fueran reales. ¿Quién no se enamoró para siempre de La Maga? Si andando por esas calles alguien descubre a una mujer que supera en carnalidad y encanto a las mujeres literarias...con esa debe quedarse y amarla y adorarla hasta el fin.
L.

Un hueso

Por momentos este blog parece un hueso descarnado y solo. El mismo y aburrido hueso de siempre. Todos los días la misma música. Las mismas ideas. Qué horror. Cuánta repetición. Tanto ritual inconducente y seco. Como si esto fuera un boceto de algo que nunca llega a ser. Por momentos eso parece. Un hueso sin carne ya. Pero bueno. Mejor roer un hueso pelado que ningún hueso. Eso. Un lindo y pelado hueso para morder en los momentos críticos.
L.

La voz del cuerpo


Tenemos que considerar la palabra antes de que sea pronunciada. Tener en cuenta ese fondo de silencio que siempre la rodea y sin el cual no diría nada. Deberíamos quizás develar los hilos mudos que se entrelazan con ella. Una simple conversación se ahoga si en la trama no intervienen las necesarias pausas o intervalos. Una charla fructífera se nutre, como la escritura, de silencios y voces. Una persona no deja de comunicar por el hecho de callar. Al contrario: su silencio actúa como respiración o signo abstracto de puntuación, un repliegue momentáneo que habilita el fluir de los sentidos. Además se añaden las miradas y las emociones, en especial los gestos cuya importancia es grande. En el proceso de comunicación las palabras sólo transmiten el 10 por ciento de la información que pasa de una persona a otra. Otro 20 por ciento se vehiculiza a través de las formas de expresión, por ejemplo, la entonación de la voz. Y el resto, es decir la mayor parte de las informaciones intercambiadas, emanan del conjunto del cuerpo.
 L.
Fragmento de mi libro El silencio / Se lo puede conseguir en la Feria del Libro/ Pabellón verde / Stand 1414 / Capital Intelectual. 

Lección de botánica


Las flores de fresno son polinizadas por el viento o las abejas. No poseen pétalos ni sépalos. Desde un punto de vista estructural las flores pueden ser masculinas, femeninas, hermafroditas y aún homosexuales. La Iglesia podría sostener, como tanta gente, que las flores bisexuales o gays no son naturales. Pero no existe nada en el mundo más natural que eso.  Estambres y pistilos hacen las veces de órganos genitales. Las flores, en general, emplean numerosas estrategias para concretar su reproducción sexual. Esto último fue descubierto por Rudolf Jakob Camerarius cuya obra De sexu plantarum epistola es material de estudio en las escuelas de botánica de todo el mundo.  Entre las flores hay apareamiento y hasta afinidad. Falta saber si también se enamoran o se angustian.
L.

Sólo me falta salir

El argentino perfecto

Es hombre o mujer de clase media, medianamente culto, se viste con formalidad menos el viernes, escucha Radio 10 o Del Plata y lee Clarín o La Nación mientras desayuna. Los fines de semana compra Perfil y la revista Noticias. Cuando regresa de la oficina en su auto se emociona distraidamente con el combustible espiritual de Ary Paluch. Con todo eso en el morral los domingos va a desenchufarse (es la palabra usada) a un country o a un barrio cerrado. El argentino perfecto no quiere interrupciones de ningún tipo. Se trata de un hombre que no mira hacia atrás sino siempre hacia adelante. No quiere piqueteros ni gente del interior ni inmigrantes. No quiere huelgas de subte o bancarios (jamás se pregunta sobre el origen de las protestas), odia las marchas en general y en particular, rechaza con fervor a los gobiernos que Clarín rechaza. De hecho el argentino perfecto piensa como Clarín le dice que piense. El argentino medio imagina un mundo ideal y sin manchas donde todo sucede según lo planificado. No hay historia para él. La expresión derechos humanos, también justicia social, le suena a caca. Públicamente se queja de putas y travestis pero secretamente demanda sus servicios en la calle Moreno o en los bosques de Palermo. El argentino perfecto añora a los militares pero no lo dice. Votó a Menem pero no lo dice. El argentino perfecto tiene el gatillo fácil. Puede matar a un chico de diez años porque lo vio con una pistola de juguete. Los argentinos imperfectos, zurditos, sucios y malos deberíamos cuidarnos del argentino perfecto. Es peligroso. Nos fulmina hasta con la mirada.
L.   

miércoles, 27 de abril de 2011

La viajera

Dice el olvido

Dice el olvido que el hecho olvidado carece de importancia. A continuación, por eso mismo, le sigue el turno a una larga fila de actos que igualmente serán olvidados. Todo queda entonces reducido a un puro presente desprovisto de significado y proyección. Es una especie de nada que rota como un trompo sin eje hasta cansarse y desaparecer. Dice el olvido que a veces se olvida de olvidar y se deprime. Va a terapia, recuerda, se destruye, y, para celebrarlo, organiza una fiesta de disfraces en Palermo Soho.
L.

Dice el recuerdo

El recuerdo dice que lo recordado ocurrió una vez y no volverá a ocurrir. No volverá a ocurrir nunca más. Eso es lo que dice toda evocación de un acontecimiento. Ocurrió algo un día que no volverá a repetirse. Eso puede doler, claro, pero así son las cosas. Y lo que llamamos presente no es más que una inconsciente fabricación de momentos igualmente irrepetibles. Nada puede hacerse para quebrar el mecanismo. O sí. Mitificar los recuerdos, poetizarlos, pintarlos, danzarlos, transformarlos, colocarlos afuera del tiempo cronológico para llevarlos de regreso al instante que es todos los instantes. Pero hacer algo así es privilegio de unos pocos elegidos.
L.

Eva y el sexo


La tradición habla de una manzana que la serpiente ofreció a Eva. La tradición añade que ella se tentó, la mordió y luego se la ofreció a Adán. Él accedió con gusto y también la mordió (a la manzana), etcétera. La cultura occidental cristiana endosa a ese "pecado original" el advenimiento del deseo sexual. Pero el Génesis bíblico dice algo diferente. Fueron las ganas de saber y entender las que impulsaron a Eva a comer el fruto del árbol prohibido, del árbol de la ciencia, del árbol del bien y del mal. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos. En semejante y algo incómoda situación ambos escucharon una Voz preguntando: "¿Qué habéis hecho? ¿Por qué os escondéis delante de mí?". Como sea. El fruto mordido les reveló la desnudez, su dios les reveló que el mundo no era el paraíso, que había que ganarse el pan con el sudor de la frente, que la vida no es para siempre. Junto a la mala noticia el relato tiene al menos la gentileza de decir qué cosa desocultó el fruto (la desnudez humana) y permitirnos suponer que eso despertó entre nosotros el instinto inagotable de la sexualidad.
L.

Aspirinetas


Una vez leí en uno de esos diarios inútiles que uno lee a veces que una aspirineta por día salva la vida. Una pastilla redonda y rosada de esas. Con eso alcanza y sobra para no tener infartos, tristezas, gripe, impotencia, pasiones fatales. Pero lo más importante es que, dicen, se vive mucho más. Nunca consideré que la vida sea algo maravilloso. Frases como la vida es linda y sólo se trata de vivir, por caso, me dan ganas de vomitar. Sin embargo (sin embargo) por alguna razón misteriosa que no puede explicarse en un blog, cada mañana tomo una maldita aspirineta. Es algo casi religioso. Una pastilla redonda y rosada de esas. No sé si es una apuesta o una cábala o qué. Pero lo hago todos los días. Me va la vida en ello.
L.

Lección de danza

Vivir en otra parte


Se dice que los artistas se disuelven en su obra como la araña en las babas de su tela. Desaparecen. Se vuelven invisibles. Lo hacen porque no están cómodos en el mundo real o en eso que la gente llama vida. Se inventan un mundo propio, distinto, encantador. Un paraíso de mentira que les sirve de albergue o refugio transitorio. Pero eso no le pasa solamente a los artistas. Muchos de nosotros pensamos y actuamos como si la vida, la fiesta, estuviera en otra parte. Adentro del celular o la computadora, quizás, o en lejanías sin nombre. O entre los brazos del cuerpo amado y deseado. ¿Es posible que nadie esté acá? ¿Será que todos viven realmente en otra parte? 
L.

La manzana

Palabras y cosas

No hay nada más extraño al árbol que la palabra árbol. Nada más lejano al sentido del amor que la palabra amor. La palabra fuego no quema. La palabra agua no moja. Pero sin palabras (sin lenguaje) no accederíamos ni al árbol ni al amor ni al agua ni al fuego.
L.

martes, 26 de abril de 2011

Límites


La mecánica social es así. Todos, buenos y malos, avanzan sobre nosotros. Quieren cambiarnos o influir. La mecánica social es así. Ellos tienen derecho a avanzar sobre nosotros. Pero nosotros tenemos también derecho a poner límites y decir hasta aquí llegaron. No más. Poner límites. Principio básico de la existencia.
L.

Dos cosas

Dice Bradbury que hay solo dos cosas con las que uno puede acostarse: una persona y un libro. Dos cosas nada más. Podría añadirse otra similitud. Tanto la persona como el libro pueden leerse varias veces de atrás para adelante y de adelante para atrás. Y otra coincidencia más. Tanto el libro como la persona se abren para nosotros. Hay una diferencia importante. Las personas no entran en la biblioteca. Y no pueden cerrarse tan fácil como un libro.
L.

Sin intención


Lo que mata al acto es la intención. Cualquier cosa hecha con intención de hacerla se arruina, se pudre, se anula. No importa de qué se trate. Pero la intención se nota y ahí está el problema. El amante que quiere ser amante. El poeta que no deja dudas de su condición. El rey que es rey y nada más que rey hasta cuando caga. Vivir sin intención. Amar sin planes. Escribir o cantar o soñar distraidamente. Y hasta morir, claro, como si no importara.
Los dioses son dioses -dice el poeta- porque no se piensan.
L.

Último tango

Caídos del blog


Recuerdo nombres al azar. Eugenia, Max, Miguel, Jezabel, Mariano, Andrea, Mauro, Magalí. Pero son muchos más. Alguna vez entraron a este blog y se volvieron adictos. Casi enfermos. De pronto, por razones diversas, lo abandonaron. Suspendieron el viaje y se fueron para no volver. Supongo que algunos se ofendieron porque tienen sus propios blogs y nosotros raramente comentamos algo en esos espacios. No es desprecio sino falta de tiempo. Otros se enojaron gravemente por algo que leyeron y volaron, como las novias, dando un portazo. Hay un grupo, finalmente, que se desilusionó. Este resulta el más interesante. Toda decepción confirma que alguna vez hubo ilusión. Y si hubo ilusión hubo sueños, expectativas, deseo, temblor, espera ansiosa del próximo posteo. Ocurre como en una cita a ciegas. O como en cualquier encuentro romántico. Pero el posteo finalmente llega y, qué pena, no cumple con lo esperado. Es vulgar. O está mal escrito. O dice cosas inconvenientes. Entonces los enamorados del blog salen a buscar nuevos caminos para poder volver a emocionarse con algo, imaginar una vida distinta, llegar a un lugar con la esperanza de quedarse viviendo ahí, felices o casi, por siempre jamás. Tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
L.

lunes, 25 de abril de 2011

Estadísticas

Distraidamente, casi por aburrimiento, leo las estadísticas del contador del blog. Todo sin novedad. Casi doscientas visitas diarias. Palabras clave relacionadas con temas sexuales (desnudos, foto explícita, cosas así), los posteos más leídos están relacionados con el mismo y recurrente asunto. ¿Entonces Freud tenía razón? ¿El sexo es la esencia de la vida? ¿No hay otro tema que interese? Trato de considerar la cuestión más ampliamente. Lo sexual alude a situaciones de calidez extrema. Además evoca cuerpos abrazados y casi fusionados. Conclusión. Mucha soledad. Demasiada frialdad en el ambiente. Inagotable sed de contacto en un mundo que se jacta de estar más comunicado que nunca. Tanta virtualidad debe estar cansando a los visitantes de este blog. A todo el mundo en general.
L.

Vivir por vivir


¿Vivir es durar? ¿Vivir es casarse, formar una familia, ganar un sueldo razonable, jubilarse y morir? ¿Eso es vivir? ¿Vivir es esperar las vacaciones o algún fin de semana largo para pasar unos días en la costa? ¿Eso es vivir? ¿Vivir es llenar el chango en el super a pesar de la inflación y las filas interminables? ¿Vivir es ver a Boca y Huracán el domingo? ¿Tener amantes? ¿Hacer lindas fiestas de cumpleaños? ¿Vivir es decirle a los chicos que se callen? ¿Mirar fijamente el celular durante todo el maldito día? ¿Estar al día con la cuota de Movistar? ¿Mandar mensajitos y recibirlos? ¿Eso es vivir?
L.

Ahora o nunca


El lunes es buen día para empezar la dieta definitiva, aumentar la potencia sexual e intelectual, cuidarse bien, replantear viejos esquemas, aplicar nuevos, comprar linda ropa, limpiar la cocina, matar gusanos, traer plantas a la casa y doncellas a la cama, sí, todo eso a partir de hoy, lunes de resurrección, Cristo nació ayer, abril no terminó, falta poco para el cierre del concurso, estamos en otoño, llegan ya la primavera y el verano, hoy se impone decir las cosas, esas que veníamos callando cobardemente, hacer hoy lo que veníamos postergando, guste o no a los críticos de siempre, a las novias, los padres, las familias, los curas y militares, hoy, sí, ha llegado el día, cambiar el mundo, cambiar la vida, lavarse piernas y dientes, es decir, lo de siempre, dejar todo por la mitad, no resolver ningún conflicto, callar, obedecer, no hacer ninguna dieta, seguir en fin viviendo, o casi, como lo hicimos, lo hacemos y lo haremos.
L.

domingo, 24 de abril de 2011

Agua y vino

Héroes anónimos


Internet incorporó la figura del anónimo, alguien que dice cosas fuertes, por ejemplo en este blog, y no firma, no da la cara, no da señales. No es posible criticar eso a esta altura. Ya está instalado entre nosotros. El anónimo, al fin de cuentas, es el más amado, el más deseado, el más soñado. No tiene cara ni cuerpo ni genitales ni fallas de ningún tipo. Es perfecto. Pero, qué pena, es anónimo.
L.

Una palabra

Algo distinto


En la vida hay dolor, ruptura, un deseo cierto de que en algún lugar, cerca o lejos, allá afuera, exista algo distinto, otras cosas, un mundo dentro del mundo, una esperanza, alguna manta que abrigue y desnude a la vez, nuevos países por descubrir, personas por conquistar, un sueño, un orgasmo, un rotundo y glamoroso despertar.
L.

Todos los besos

Sexo y escritura

La facilista y obvia metáfora del hombre que escribe con lápiz ya no sirve. Tampoco la de la pluma (o lapicera) que derrama su tinta en el papel. Todo eso acabó con la computadora y el feminismo. Pero al margen de los cambios tecnológicos la escritura implica siempre un desgarramiento y, de algún modo, el anhelado fin de la virginidad. En cierto momento la mano tiene ganas de agarrar, de deslizarse con urgencia sobre el teclado en una experiencia fugitiva e inmediata. Luego sobreviene un cierto grado de decepción. No todo puede decirse, no todo puede agarrarse, sólo una zona es tomada y de manera parcial. El resto se ubica en lo inalcanzable. Por eso se dice que toda escritura es erótica. Porque muestra apenas una parte. Porque se deja tomar pero con límites precisos. Porque pide siempre -como los cuerpos- segundas, terceras, infinitas veces.
L.

Sexo y lectura

Leer es posiblemente la segunda actividad humana más íntima. La primera rima con leer y por eso no hace falta mencionarla. El parecido es notable. Necesitamos abrir un libro para entrar en él y penetrar en su música secreta. El libro también nos lee. Nos desnuda al ser desnudado. Hacer el amor y leer, para colmo, puede concluir en nacimientos inesperados. En ambos casos hay una única condición. Antes de abrir el libro debemos estar más o menos seguros de su calidad. ¿Que la experiencia igual puede frustrarnos? Claro que sí. ¿Pero cómo salvarse totalmente del posible desencanto?
L.

Falta una semana


El 1° de mayo, día de los trabajadores, expira el plazo para participar del segundo concurso literario de Suspendelviaje. Los que tengan ganas de probarse en la escritura aún están a tiempo de enviarnos sus relatos. Para saber más detalles los interesados pueden ver la columna de la derecha o buscar las bases más abajo. Los textos deben girar en torno a la ambigua idea de amores difíciles. La extensión no debe exceder los tres mil caracteres con espacios. Hay premios en libros y publicación de los escritos ganadores en este blog y en el mensuario de psicología Campo Grupal. Pero el mayor premio de todos reside en el acto mismo de participar. Queda una semana. A escribir que se acaba el mundo.
Andrea y Luis

sábado, 23 de abril de 2011

Tarea

Hay entretenimientos que alejan. Hay distracciones que distraen. Conversaciones repetidas mil veces. Películas. Programas. Desvíos. Tarea del día. Buscar algo que acerque, que no distraiga. Concentrarse, al menos, en una sola cosa.
L.

Detenido y desaparecido


De haber vivido en la Argentina de los setenta Jesús figuraría en las listas de detenidos-desaparecidos. Su cuerpo, casi con seguridad, hubiera sido arrojado medio muerto y torturado desde un avion y hoy sería difícil no sólo adorarlo sino encontrarlo. Lo poco que se sabe de la vida probable, real, de Jesús de Nazareth permite llegar a estas disparatadas conclusiones. El hijo del Hombre estaba del lado de los que él llamaba pobres de espíritu. Los humildes, las putas, los ladrones. Rechazaba a los ricos. Detestaba los rituales burocráticos. Echó a patadas a los mercaderes del templo. Llegó al colmo de defender la dignidad de María Magdalena, una prostituta, evitando que la mataran a piedrazos. Predicó la idea de que el reino de los cielos está acá, en la tierra, y no en otro mundo. Hablaba en primera persona. Asumió el lugar de profeta y actuó como tal. Jesús, en suma, hubiera sido calificado de subversivo por los represores argentinos. María, su madre, daría vueltas y más vueltas en torno a la Pirámide de Mayo. Con un pañuelo blanco en la cabeza lo haría.
L.
La obra que ilustra, Cristo con la cruz a
cuestas, pertenece a El Bosco.

viernes, 22 de abril de 2011

La última tentación I


El Maestro era Jesús, una figura de la que históricamente poco se sabe y que, según la broma reiterada, jamás publicó nada. No se encuentran libros suyos en la feria de la Rural. Ni Sócrates ni Cristo confiaron sus mensajes a la palabra escrita, algo que podría verse como una ironía trágica. Las enseñanzas del Hijo del Hombre –encarnación del Verbo– se reducen a unas pocas aunque significativas parábolas que se transmitieron oralmente. También existieron gestos enigmáticos que los estudiosos del tema no alcanzan a descifrar. El episodio más extraño que ha protagonizado lo comenta Juan en su Evangelio (8,1-8). Luego del incidente de la mujer adúltera Jesús se inclinó y escribió con un dedo unas palabras en la arena. No hay pruebas de que el profeta supiera escribir. El mago y maestro de Galilea, de origen campesino, era quizás un iletrado. No existen datos sobre el misterioso pasaje que anotó para luego borrarlo de inmediato con la mano. ¿Fue su última tentación? ¿Empezó así la pedagogía del silencio?
L.

La última tentación II

Ignorada y secreta


No es fácil encontrar un libro de María Luisa Bombal (1910-1980) en la Feria del Libro. Ayer vi uno en el stand de Chile (la autora nació en ese país) titulado La útima niebla/La amortajada (Seix Barral). Puede ser que haya algún otro, sus obras completas por ejemplo, en el stand de Andrés Bello. Es raro porque María Luisa escribía tan bien o mejor que Virginia Woolf, Marguerite Duras o Clarice Lispector. Pero pocos la conocen. Se la recuerda como una mujer peligrosa e impertinente. Por el amor de un hombre intentó suicidarse y matarlo posteriormente sin éxito en ambos casos. Bombal es la primera escritora latinoamericana que se atrevió a describir un acto sexual con detalles que hoy serían vistos casi pornográficos. Era, además, la autora preferida de Jorge Luis Borges. De uno de sus libros dijo nuestro autor mayor: su prosa es de triste magia, deliberadamente oculta y eficaz. Los que aman la buena literatura, la inolvidable, busquen libros de Bombal en la feria. Búsquenla a ella misma si pueden. Es, o era, muy hermosa.
L.

Andrea dice


Andrea dice que tiene ganas de tener hambre. Yo le digo que coma pero ella prefiere quedarse con sus ganas. Yo le digo que quiero leer. Pero no leo y doy vueltas. Andrea dice que lea y me deje de joder. Andrea dice que ahora sí tiene hambre. Yo no digo nada pero abro por fin un libro y lo subrayo con marcador verde. Ahora sí tengo hambre, dice Andrea. Y me pide que deje el blog de una vez. Eso me obliga a apagar la computadora después de escribir ésto y de paso cerrar el libro recién abierto en la cama y pensar en algo concreto como cocinar, comer, buscar un sitio en el barrio. Y así -dice también Andrea- pasa el tiempo, la vida y todo lo demás.
L.

Maldita Feria


Me había prometido, jurado, ir a la Feria del Libro sin comprar libros esta vez. Tengo demasiados en mi cuarto, en la cocina, en la cama y hasta en el baño. No era mal plan. Limitarme a ver de reojo los stands, comprobar que mis libritos El silencio y Lo inalcanzable estaban bien expuestos (y lo estaban), escuchar el tedioso discurso de Vargas Llosa favorable a un liberalismo inexistente y cínico, sonreír a las bonitas e insinuantes promotoras, tomar fernet con coca y "devolverme" como dicen en Colombia. Ahora veo la montaña de libros que compré y me dan ganas de llorar. Mentira. Miro la montaña con muchas ganas de escalarla, hundirme en ella, hoy mismo, cuanto antes. Paso a detallar el diverso resultado de mi inversión. El nacimiento de la filosofía (Giorgio Colli / Tusquets); Desnudez (Giorgio Agambem / Adriana Hidalgo); Lo crudo y lo cocido (libro sobre mitos del antropólogo Claude Lèvi-Strauss/ Fondo de Cultura Económica); Spinoza Filosofía Práctica (Gilles Deleuze / Tusquets); Poemas de Pavese (Fundarte/ Alcaldía de Caracas); Rayuela, de Cortázar, editada por la Biblioteca Ayacucho; Polémica/ Sor Juana Inés de la Cruz (también en versión bolivariana); dos novelas de François Cheng: La eternidad no está de más y La voz de Tianyi (Losada);  Vida de Cristóbal Colón (Bartolomé de las Casas / Biblioteca Ayacucho); El molino y la higuera, Para un pueblo fantasma, Cartas para reinas de otras primaveras, todos del amadísimo poeta chileno Jorge Teillier. ¿Tendré tiempo en lo que me queda de vida de explorar a fondo todas las tierras conquistadas?
L.

jueves, 21 de abril de 2011

¿Periodismo catártico?


Leo en la revista Crisis que los blogueros ejercemos un periodismo catártico y sin futuro. Interpreto la idea como un grito desesperado e inútil ante la lenta pero probable extinción del periodismo clásico. No es, al menos, lo que intentamos en Suspendelviaje. Si lo que se entiende por catarsis es vomitar libremente lo que sentimos...De ningún modo hacemos eso. Escribir no es expresarse. Escribir es construir algo a partir de una imagen borrosa. Vomitar o eyacular, en cambio, sería un gesto irracional de alivio o liberación. Como si hubiera algo adentro nuestro que pugnara por salir para ver el sol. Suspendelviaje es un espacio de pensamiento que se descubre a sí mismo, se desnuda, en el mismo acto de escritura. No defendemos causas. No emitimos discursos edificantes o destructivos. Simplemente dibujamos en la pantalla ideogramas incomprensibles incluso para nosotros mismos. Pero hay al hacerlo una mezcla de búsqueda y reparación. No sabemos qué nombre darle a eso.
L.

Acciones puras


Simples operaciones que hacemos en las mañanas. Calentar agua, abrir la ducha, buscar el jabón, secarnos, vestirnos, hacer la cama. Acciones puras que ejecutamos como sonámbulos, pensando en otra cosa, guiados apenas por un sentido absurdo de la contunuidad. Amadas rutinas sin más sentido que el sentido de concretarlas. La sensación de estar mejor preparados para el viaje de un largo día hacia la noche. Esas acciones ridículas y carentes de ideas o trascendencia alguna, esas, justamente, son las que nos salvan.
L.

Sin palabras

Libros raros en la feria


¿Por qué ir siempre a lo seguro? ¿Por qué no caer de una vez en lo inseguro de altísima y segura calidad? El retrato de Zoe y otras mentiras, por caso. Podés conseguirlo en el stand del Fondo de Cultura Económica. Recuerdos, deseos y mitos que concluyen siempre en el misterio. Sólo el espacio vacío engendra la esencia de la forma creada. Su autor es el mexicano Salvador Elizondo (1932-2006). La ribera, novela de Enrique Wernicke (1915-1968), cuenta la la historia de un hombre que deja todo y va a vivir cerca del río. Wernike es un "maldito" de la literatura argentina. Podés conseguirlo en Capital Intelectual (pabellón verde-stand 1414) donde también pueden obtenerse mis ensayos El silencio y Lo inalcanzable que son rarísimos pero dignos. A quienes les gusta calentarse leyendo libros de calidad deben buscar Hombre sentado en el pasillo y Mal de la muerte de Marguerite Duras (Tusquets); después me cuentan. Hay un libro de Raymond Carver (1939-1988) cuya lectura es casi obligatoria. Se llama Sin heroísmos por favor. Lo más probable es que lo encuentres en el stand de las librerías Guadalquivir. Ahí también hay un libro muy pero muy raro que reúne la poesía completa del autor de Catedral y Tres rosas amarillas. Se llama Todos nosotros. Me lo agradecerás en esta vida y en las que siguen. Es posible que ahí tengan también Prosas apátridas del peruano Julio Ramón Ribeyo (1929-1994). Lo más raro es lo más hermoso.
L.

Diez días...


En diez días expira el plazo establecido para participar del segundo concurso literario de Suspendelviaje. Para hacerlo tenés que escribir un relato de hasta tres mil caracteres con espacios y enviarlo a los mails del jurado (ver columna de la derecha). El tema o disparador es amores difíciles (¿existe el amor fácil?) y el estilo es libre. Habrá un ganador y cuatro finalistas. Habrá premios para todos ellos en libros de buena calidad (a elección) y publicación de los textos elegidos. Auspician esta iniciativa la editorial Capital Intelectual y el mensuario de psicología social Campo Grupal. Nos apoya la escuela Tea y el colectivo Oblogo de la comunidad blogger.
A escribir que se acaba el mundo.

miércoles, 20 de abril de 2011

Clarice Lispector en la feria del libro


Cerca del corazón salvaje y Revelación de un mundo -de Clarice Lispector- son dos libros que recomiendo especialmente para buscar y encontrar en la Feria del Libro. El primero fue publicado por Siruela y el último por Adriana Hidalgo. Cerca del corazón salvaje es la primera novela que escribió la autora brasileña. En ella empiezan a esbozarse el silencio, la renuncia al deseo, el cuerpo como cárcel y a la vez como salvación, obsesiones o temas que irá desarrollando a lo largo de su intensa obra. Revelación de un mundo es un compilado de las crónicas que Clarice escribió durante años en Jornal do Brasil hasta que la echaron. Cualquier página de ese libro abierta al azar es una ráfaga de aire puro. El lector podrá comprobarlo. Yo acabo de hacerlo. Abrí la página 92 y encontré lo siguiente: Ya no sé escribir, perdí el don. Pero ya vi muchas cosas en este mundo. Una de ellas, y no de las menos dolorosas, es haber visto abrirse bocas para decir o tal vez sólo balbucear, y simplemente no lograrlo. Entonces a veces me gustaría decir lo que ellas no pudieron decir. No sé ya escribir y, sin embargo, el hecho literario se volvió de a poco tan sin importancia para mí que no saber escribir tal vez sea exactamente lo que me salvará de la literatura. ¿Qué se volvió importante para mí? Sea lo que fuere será a través de la literatura como podrá tal vez manifestarse. ¿Por qué leo a Clarice? Porque es como si yo misma me hablara. Cualquier otra lectura me ayuda a escapar. Lispector, en cambio, me retiene. Ella, que tanto luchó por encontrar sus propias palabras, encontró las mías.
Andrea

Masa crítica


No sabía de qué se trataba pero me acabo de enterar. Masa crítica. El concepto se origina en China entre los ciclistas acosados, marginados, por los autos. Es casi imposible pedalear en Beijing sin riesgo de ser atropellado. Un ciclista solo no puede hacer nada. Entonces se junta con otro. Y esos dos esperan a otros más. Y llega un momento en que forman una masa abigarrada, crítica, que combina sus debilidades para avanzar de manera decidida. Entonces paran a los autos. Los desafían. Se imponen. Masa crítica. Buen ejemplo. Deberíamos empezar por ahí.
L. 

The piano

Tres ensayos mexicanos en la feria del libro

Es cierto que los tres ensayos que voy a recomendar se pueden conseguir en librerías. Pero en la Feria del Libro de Buenos Aires, que hoy se abre al público, hay descuento y están todos juntos. Los tres son de Octavio Paz y fueron publicados por el Fondo de Cultura Económica. Hay que buscar, entonces, el stand de esa editorial que incluye uno más chico, y algo escondido, con buenísimas ofertas. Tres ensayos. Se trata de El arco y la lira (dedicado a la poesía), Las trampas de la fe (una biografía luminosa, íntima, de la monja y poeta Sor Juana Inés de la Cruz) y, acaso el mejor de los tres, El laberinto de la soledad. En este último, pieza magistral del ensayo en lengua española, el autor habla de México y el mundo. En sus páginas aparece el lugar del silencio, de la mujer, del sexo, de la muerte. El párrafo que sigue fue tomado de ahí. Para realizarse -dice Paz- el amor necesita quebrantar la ley del mundo. En nuestro tiempo el amor es escándalo y transgresión: el de dos astros que rompen la fatalidad de sus órbitas y se encuentran en la mitad del espacio.
L.
La mujer de la foto es Frida Kahlo.

Con ánimo de amar

Vargas Llosa y sus amigos


Quién iba a imaginar en la Argentina que un narrador peruano de primer orden como Mario Vargas Llosa se reuniría con quienes jamás lo han leído ni lo leerán. Me refiero a esos extraños y oscuros deportistas llamados Duhalde, Macri o De Narváez. Los tres mosqueteros, con toda seguridad, no deben ni haber oído hablar de La guerra del fin del mundo, de La ciudad y los perros, de La historia de Mayta o de Conversaciones en la Catedral. Quienes lo hemos leído y criticamos hoy su derechismo raigal sabemos que lo que restará más allá de las opiniones que esta noche se viertan en la Feria del Libro lo que va a quedar es, como siempre, la obra. Borges admiraba a los militares y hasta saludó a Videla. ¿Pero a quién le importa eso frente a su grandeza? Vargas Llosa critica a lo que llama "democracias payasas" donde incluye a Evo (indio, sucio, negro), a Chávez (loco, feo, enfermo), a Cristina (montonera), a Dilma (guerrillera), al uruguayo Mujica (tupamaro). En cambio ensalza al pinochetista Piñera o al paramilitar y corrupto Uribe en Colombia cuyo triste gobierno, anterior al de Santos, califica de "espléndido". Pero qué buena La fiesta del chivo, pero qué linda La casa verde, pero qué divertida la novela Pantaleón y las visitadoras. Y qué útiles y claras las Cartas a un novelista. Eso quedará del Premio Nobel de Literatura 2011. Eso y nada más.
L.   

martes, 19 de abril de 2011

Djavan en Barcelona

El pasado


La memoria tiene una enorme fuerza de gravedad. Atrae tanto como una mujer desnuda y en lo oscuro. Es inútil tratar de ignorarla. Se la puede negar por un tiempo. Incluso por un tiempo extenso. Pero a la larga la memoria termina ganando la carrera. Y nos chupa hacia adentro como un remolino. Y nos dejamos hundir porque hemos escuchado consejos al respecto. Resistir el remolino significa hundirse y ahogarse. Si en cambio nos dejamos llevar seremos disparados hacia arriba, es decir, nos salvaremos. La memoria salva.
L.

Los anatomistas


¿Queda lugar para el periodismo escrito en la era digital? La pregunta podría extenderse a la literatura. ¿Queda algún sitio para la ficción en un mundo ya grabado, registrado y fotografiado en todas sus partes y hasta sin ropa interior? Las preguntas formuladas admiten una tercera. ¿Queda espacio para soñar en camas cuya función declarada y excluyente es, apenas, dormir? Pero volviendo al periodismo, ¿es posible seducir con palabras y papel a personas que ya experimentaron con la vista y el oído todas las complejidades posibles de lo real? Demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Estamos rodeados de anatomistas, analistas, compiladores de datos, perfectos seguidores e interpretadores de la verdad. Como sea. No podemos prescindir de la invención.
Sin imaginación no hay periodismo ni literatura.
Sin imaginación tampoco hay vida.
L.

Las palabras y las cosas


Sin palabras es difícil, si no imposible, pensar y conocer el mundo con algún grado de certeza. Ni siquiera se podría soñar sin el auxilio del lenguaje. Pero los nombres de las cosas, a la vez, nos alejan de las cosas. Si digo gato el gato real desaparece o se transforma. Si digo manzana pienso en Newton, en cuatro cuadras, en una fruta verde o roja, en el árbol de la vida, en la tentación. Ya no puedo decir nada inocemente. Y si digo amor...para qué hablar. Por esa palabra pueden entenderse tantas cosas que al final no quiere decir nada. El lenguaje nos diferencia de los animales y eso es algo. Pero el lenguaje, a la vez, es fuente de eternos, malditos, malentendidos.
L.

Las bicicletas vencerán


Si algo está decididamente afuera del nuevo orden mundial, eso es la bicicleta. Los ciclistas de alma nos hemos convertido en anarquistas. Negamos una y otra vez las leyes del sistema. La circulación sobre dos ruedas no está legislada y eso nos vuelve impunes y peligrosos. Pero nosotros, con sendas propias o sin ellas, en Buenos Aires o en la Luna, seguiremos pedaleando hasta la victoria. La tarea no es fácil. Los hombres se achancharon y continúan encerrados en autos, camiones, trenes, micros, bares y televisores. Lejos del viento y las estrellas dan la espalda a la calle -fuente de toda razón y justicia- y fueron ganados para una existencia oscura y carente de emoción. Solo por ahora los circunstanciales triunfadores de esta batalla lograron implantar el encierro, el egoísmo y el transporte de mercado como un modo de vida único y excluyente. Pero no será por mucho tiempo.
Las bicicletas vencerán y llenarán el mundo.
L.

lunes, 18 de abril de 2011

La sed


Los caravaneros del desierto mueren, a veces, abrazados por la sed. ¿Pero sed de qué? De camellos, tesoros, mujeres, amaneceres, vino, caricias, delicias. Nada de todo eso apaga el enorme deseo que mata a los caravaneros del desierto. Es algo que no tiene nombre. Es, quizás, la sed de tener sed. Sed del vaso y no del agua, diría Vallejo.
L.

Parte de la religión


Es tan religioso creer en el cielo como en el infierno. Encender velas para el amor o el odio. Adorar dioses paganos o supremos. Hacer procesiones favorables al islamismo, el judaísmo, el catolicismo o el ateísmo. Todas y cada una son religiones muy dignas, respetables e interesantes. Pero religiones al fin. El mundo está lleno de iglesias. ¿No había dicho Nietzsche que dios ha muerto?
L.

El cubrimiento de América


En su diario de viajes Cristobal Colón anotó varias veces (seis o siete) que los hombres y mujeres que encontró por estas tierras iban "desnudos como su madre los parió". Eso valía para ambos sexos. Las mujeres, subrayó, "cobijan su natura con telas de algodón". Eso en Cuba y Santo Domingo pero no en otras islas donde unos y otras no cubrían sus naturas con nada. Colón le escribió a la reina para prometerle que los adelantados se encargarían de salvar esa ofensa con ropas adecuadas como efectivamente hicieron más tarde. El descubrimiento de América fue por lo visto un cubrimiento. Y un desnudamiento en cuanto a cultura, oro, vida y demás riquezas.
L.

domingo, 17 de abril de 2011

Observar


Para escribir no es necesario salir a buscar aventuras. Para vivir tampoco. Las cosas suceden sin llamarlas. Una espera activa y atenta es suficiente. Observar fijamente una rosa, decia Alejandra, hasta pulverizarse los ojos. Con eso basta y sobra.
L.

Un poco de sol

Domingo de ramos


Dicen que Jesús va a llegar. Lo hará esta misma noche. En tal caso habrá que esperarlo con ramos en las manos. En este domingo voraz / deshabitado. No es mala idea. Esperar a Jesús y buscar la salvación. O, también, escribir algo en el blog. Algo como ésto. Y poner punto final. Y elegir una foto que provoque y esperar el milagro. Esperarlo con ramos en las manos. Sálvate a tí mismo.
L.

Distancia, tiempo, fugacidad

Cuando veo la luna la veo un segundo atrás. No sé, no puedo saber, cómo es ahora. Cuando veo el sol lo veo hace ocho minutos y medio. Quizás ya no está donde creo verlo. La luna está situada a un segundo luz de la tierra. El sol a ocho minutos y medio luz de nuestro planeta. La estrella Alfa Centauro se ubica a cuatro años luz de Buenos Aires. Cuando la veo estoy viendo su pasado. Cuando alguien viene ya empezó a venir. Si hay viento las hojas ya lo sabían. Cuando un amor comienza ya había empezado. Por eso va a durar menos de lo deseado. Distancia, tiempo, maldita fugacidad. 
L.

sábado, 16 de abril de 2011

Abismo


De Ulises había aprendido a tener el coraje de tener fe. ¿Fe en qué? En la propia fe, pues la fe puede ser un gran susto. Puede significar caer en el abismo. Lori tenía miedo de caer en el abismo y se aferraba a una de las manos de Ulises mientras la otra mano de Ulises la empujaba hacia el abismo. Pronto tendría que soltar la mano menos fuerte y caer. La vida no es cosa para jugar porque en pleno día se muere. La más apremiante necesidad de un ser humano es convertirse en un ser humano.

El año del sol quieto

Buenos Aires amanece brillante y sola. Un  poco de brisa. Un sol quieto. El servicio meteorológico anuncia lluvia de mariposas a la tarde, un beso a las seis, un adiós a las siete. Ninguna alegría alcanza para ser feliz. Ninguna tristeza le gana al instante que es todos los instantes. Habrá que insistir hasta que el mundo se acabe. Pero el mundo no se acaba. Todo siempre está por empezar. El servicio meteorológico anuncia lluvia de estrellas a la noche.
L.

viernes, 15 de abril de 2011

Redes antisociales


Las redes sociales se parecen por momentos a la casa de Gran Hermano. La gente se quiere y se odia falsamente. Y todos compiten no se sabe por qué. Algunos, para marcar una diferencia, se borran de la cajita de seguidores. O se agregan. Otros leen algo que les gusta y levantan la manito o ponen su foto. Los mensajes en el muro marcan una especie de puntaje. Hay juegos o encuestas para matar el tiempo. Pobre tiempo, ¿por qué matarlo? Facebook, twitter, blogs...Un mundo raro. Incomprensible. Las redes sociales son básicamente antisociales. No hay contacto real ni cuerpo real ni amistad real ni amor real. ¿Qué hay entonces? Nadie sabe. Para ser coherentes con estas ideas antipáticas deberíamos eliminar este blog (otra red social). De acuerdo. Pero antes... el concurso.
L.

Dependientes




No se arreglan solos para nada. Ni para freir un huevo, ni para hacer el amor, ni para dejar de hacerlo, ni para separarse, ni para conseguir pareja. Son vida/dependientes. Se aferran a los padres, al novio, a la novia, a un sexo, a una teta, a una carrera, a una droga, a un trago fuerte, a una lapto, a cualquiera que pueda ayudarlos en algo. Las mujeres esperan a un príncipe francés que las salve del desastre. Los hombres buscan una segunda madre o una asistente. Hombres y mujeres quieren un salvavidas. Esto último tendría sentido si al menos se hubieran animado a meterse al mar. Pero no.
L.

Un día perfecto


Era un día perfecto. Estábamos con Diana en la playa de Quequén, es decir, la de mi infancia, es decir, el jardín de los jardines que no se bifurcan. Ella se había tendido boca abajo y, lo de siempre, me pidió masajes y crema en la espalda. Lo hice como de memoria. Desaté el corpiño o como se llame eso que llevan las mujeres para cubrirse los pechos. Pasé la crema demoradamente y con cierto grado de perversión. El sol resultaba aplastante. Diana se relajó tanto que se durmió en segundos. Yo no supe qué hacer. Las manos llenas de crema y arena, un calor insoportable, una mujer dormida a mi lado. Fue entonces cuando vi entrar en escena a una desconocida que me pareció ver, como al pasar, en el hotel. Dejó sus cosas y se metió al mar. Antes se acomodó la bombacha o como quiera que se llame eso que las mujeres se ponen abajo. Entró al océano. Pensé en seguirla, hablarle, seducirla. La desconocida me parecía excepcional en todos los aspectos. Y fue entonces, también, cuando Diana despertó y me propuso que fuéramos a comer. Era, había sido, un día perfecto.
L.

Desobedientes


Estamos demasiado acostumbrados a lo literario y prolijo y lindo como para enfrentarnos sin conflicto a los textos que deliberadamente renuncian a ello. Lo literario, lo poético, lo bello y la obediencia son la lepra del arte y de la vida. De ser así deberíamos aceptar que Roberto Arlt, Clarice Lispector, Julio Cortázar, Felisberto Hernández y hasta Franz Kafka escribían mal. Repetían palabras, enlazaban difícilmente una frase con otra, no se preocupaban por la continuidad narrativa, introducían comentarios ajenos a la acción, etcétera. Lepra del arte y de la vida. El mundo es de los desobedientes, de los que se apartan del orden impuesto y aceptado, de los que rompen con un martillito la insufrible capa de hielo que los cubre, de los que actúan, apenas, para poder respirar. Porque escribir (y vivir) es respirar con todo y contra todos.
L.    

jueves, 14 de abril de 2011

Autoayuda

Los mensajes positivos, la psicología positiva, el optimismo forzado y estúpido. Uno se cansa de todo eso. Uno se aleja un poco de las máscaras felices. Uno se refugia en el lado oscuro de la luna. Ahí la vida es más tranquila. En cualquier agujero encantado se puede dormir y soñar. Y no están prohibidos los malos pensamientos.
L.

Lo mejor


Discutíamos en el taller acerca de lo mejor. Lo mejor, dijo el médico, es conservar la salud. No, intervino el imprentero, lo mejor es tener plata. Dinero y salud redondeó un tercero satisfecho. Aparecer en los diarios, avanzó una voz lejana. Lo mejor es el amor, dijo la estudiante en voz baja. Lo dijo mientras comía una manzana. El psicólogo estuvo de acuerdo. Ninguna felicidad es más feliz que la amorosa. No, terció el escritor. Lo mejor es el sexo. El sexo y el amor. El sexo, el amor y la familia. La estudiante objetó. El amor sólo trae sufrimiento. Todo muy lindo al principio pero después. Se generó un clima raro. La estudiante se quitó las botas. El médico fue al baño. El imprentero contempló un tatuaje de la estudiante. Quise decir algo pero ya era tarde. El más hermoso de los mares es aquel que no hemos visto, dije citando a un poeta de Turquía. Y lo mejor de todo aquello que tengo que decirles todavía no lo he dicho.
L.

Independientes


Están los independientes, los buenos, los puros, los que no se casan con nadie. Solamente se acuestan con la verdad. Y a veces ni eso. No se quieren comprometer. Desean mantener distancia y equidistancia. Se ubican en el centro o al costado o lejos de todo y de todos. Nunca se inclinan por algo o por alguien. Son independientes, limpitos, sanitos. No se casan con nadie. No se juegan por nada. No responden mails. Pero ni así se salvan.
L.

No todo fue naufragar