jueves, 21 de abril de 2011

Acciones puras


Simples operaciones que hacemos en las mañanas. Calentar agua, abrir la ducha, buscar el jabón, secarnos, vestirnos, hacer la cama. Acciones puras que ejecutamos como sonámbulos, pensando en otra cosa, guiados apenas por un sentido absurdo de la contunuidad. Amadas rutinas sin más sentido que el sentido de concretarlas. La sensación de estar mejor preparados para el viaje de un largo día hacia la noche. Esas acciones ridículas y carentes de ideas o trascendencia alguna, esas, justamente, son las que nos salvan.
L.

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