sábado, 30 de octubre de 2010

Dudar de todo


Desconfiar de los que dicen te amo a cada rato. Sospechar de quienes se llenan la boca con palabras simpáticas como poesía, cultura, madre, hijo, familia, educación, moral, dios, bondad, sensibilidad, arte, belleza, democracia, etcétera. Desconfiar de quienes critican a Tinelli porque en Bailando asoman demasiadas tetas y demasiados culos. Ese no es el problema. Desconfiar de los periodistas que hoy se muestran “preocupados” por “la soledad” de Cristina Kirchner. Dudar de los indiferentes y de los que opinan exclusivamente en base a lo que miran por TN. Confiar en el acto y jamás en el discurso. Dudar de todo. También de este blog.
L.

Menos la luz del sol

Los leñadores


Hasta hace tres o cuatro días los leñadores argentinos estuvieron talando árbol tras árbol. Lo hacían con furia desde sus diarios, sus canales, sus jueces, sus campos y sus podridos poderes de siempre. Ahora, sorprendentemente, los lobos de Caperucita se tornaron dulces y comprensivas ovejas. Hablan incluso muy bien del bosque y anuncian, mientras secretamente afilan sus hachas nunca del todo guardadas, la llegada de un nuevo tiempo político. Los leñadores han sido los eternos y verdaderos monarcas de este país trágico. Y como tales se comportan. Hay algo, sin embargo, que ninguno de ellos ha observado con suficiente atención. Aún con troncos débiles, caídos o a punto de caer, el bosque se ha llenado de duendes inesperados. Los leñadores tendrán que cuidarse. El viento del pueblo, una palabra olvidada, ha empezado a soplar entre las hojas.
L.

Lo incompleto


Salvo la muerte ningún acto se realiza totalmente. Ninguno. Tampoco el sexual. Cualquier emprendimiento es imperfecto. Cualquiera. También los exitosos. Queda siempre un déficit, un resto, una especie de agujero sin llenar. Ningún camino puede ser recorrido hasta mucho más allá de la mitad. La inevitable carencia puede ser vista como una desgracia, pero también, o al contrario, como el más preciado motor de la existencia. Si todo estuviera hecho por completo no quedaría nada, ni siquiera eso, por hacer.
L.

viernes, 29 de octubre de 2010

Historia de dos ciudades


Acá son muy políticos, me dice Dora, una amiga de Bogotá. Estábamos caminando por Plaza de Mayo. Eran las nueve de la noche y una multitud todavía hacía fila. Para animar la larga espera mujeres y hombres cantaban, aplaudían, chiflaban. Dora sacó la cámara y empezó a tomar fotos. Me pregunté si alguna muerte en Colombia provocaría semejante manifestación popular. ¡Han ocurrido tantas! Es cierto que algunas generaron más indignación que otras. Pero el duelo fue siempre silencioso y solitario. Intrascendente. Dora y yo seguimos caminando por la plaza. Dejamos atrás banderas, papelitos y cánticos hasta llegar a Puerto Madero. El escenario cambió completamente. Música electrónica en los bares, todo limpito, todo aséptico. Las pocas personas que se movían por ahí parecían maniquíes sonrientes. De pronto sentí que también la indiferencia es una manifestación política. Apagar la tele, doblar el diario, no ir a ningún lado, no moverse. La burbuja apática también significa. Y a veces resulta más violenta que cualquier consigna gritada a viva voz.
Andrea

La historia ataca por sorpresa


La historia, como el amor, ataca por sorpresa. Observadores y protagonistas quedan boquiabiertos. De pronto ocurre algo que, como un viejo y escondido topo, sorprende a todos en el lugar más inesperado. A partir de ahora será mejor pensar menos y cerrar los libros por un tiempo. A partir de ahora habrá que abrir los ojos a la realidad y, como en el amor, dejarse atravesar por ella.
L.

Jardín secreto


La mayoría de la gente se conforma con existir. No es poco si consideramos que esa palabra condensa la necesidad de respirar, comer, dormir, ir al baño e incluso trabajar. En un sentido más amplio se podría añadir la formación de una familia, visitas a los padres los domingos, fútbol, televisión, vacaciones en verano y obtención, al final del camino, de una buena jubilación. Pero si la infinidad de sentidos que puede albergar una vida humana se limitara a existir (ser algo en vez de nada) qué pobre e inútil sería todo. Cuánto mejor sería concebir los días como un enigma imprevisible, una puerta abierta al pie de una ciudad sin puertas, una pregunta sin resolver. Cuánto mejor sería para nuestra salud física, sexual y espiritual abandonar el estado vegetativo, desconectar el respirador artificial y salir a dar una vuelta, aún riesgosa y temeraria, por el jardín secreto del deseo.
L.

jueves, 28 de octubre de 2010

Matamos lo que amamos


Si por la razón que sea abandonamos a alguien, o nos abandonamos a nosotros mismos, estaremos matando lo que amamos. Si renunciamos a un deseo para satisfacer el deseo de otro (novia, madre, sociedad, padre, iglesia, maestro) estaremos matando lo que amamos. Si no nos mostramos dispuestos a sostener un vínculo de amor o como se llame con una obstinación casi desesperada habremos matado -sin querer- aquello que más queremos en la vida.
L.

La mayoría silenciosa


En la Argentina, quizás también en el mundo, existe una mayoría silenciosa y activa. Sus integrantes votan a Menem, apoyan a los militares, sueñan despiertos con cajeros automáticos. Ocurre en la Argentina. Quizás también en el mundo. La mayoría silenciosa conspira en secreto, alimenta una violencia subterránea, ataca a este blog o a quienes lo hacemos, imagina un mundo parecido a los restoranes de Puerto Madero. No quieren negros, bolivianos, peruanos, obreros, angustiados. La mayoría silenciosa está compuesta por gente de bien. Noticias como la muerte de un millón de iraquies luego de la invasión estadounidense no les mueve un pelo. Al fin de cuentas eran gente rara que se vestía raro y hablaba raro. Cuando se enteran de que en este país fueron torturadas y asesinadas jóvenes embarazadas consideran que lo tenían merecido por haberse metido en algo. La mayoría silenciosa suele imponerse en todas partes y por cualquier vía. El futuro les pertenece. Las minorías, en cambio, están condenadas al fracaso. Pero, a diferencia de la mayoría silenciosa, no tienen miedo a ser felices.
L.

Néstor Kirchner


Para todos tiene la muerte una mirada. Y la muerte de un hombre admite infinitas miradas. Este blog suele eludir las cuestiones políticas en general y en particular. Lo real se vuelve difícil, cuando no imposible de ser pensado en profundidad. Sólo diremos lo siguiente. El líder político que ahora es velado en la Casa Rosada encarnó a su modo y con sus limitaciones el ansia de cambio que sigue pujando en una parte significativa de la sociedad. En ese afán defendió los derechos humanos en el país del por algo será, adoptó medidas sociales irrefutables, jugó un papel relevante en la integración regional, ordenó quitar el cuadro de Videla y otros dictadores del Colegio Militar, impuso retenciones a ganancias empresarias, adoptó medidas positivas y enérgicas que luego continuó Cristina (casi maniatada en su intento de democratizar los medios de comunicación, con un parlamento y una corte igualmente hostil) al hacerse cargo de la presidencia. No estamos del lado de quienes ayer descorcharon botellas de champaña en los barrios coquetos de Buenos Aires. Rechazamos a los traidores y a los buitres mediáticos que a estas horas preparan, con probabilidades de éxito, el asalto final. La postura delineada no nos lleva a considerar que Néstor Kirchner haya sido un Che Guevara, un San Martín, un líder maravilloso e impoluto como parecen alucinar ciertos sectores de centroizquierda afines al maquillaje embellecedor de sus ideales de juventud. No olvidamos la nunca aclarada alianza del gobierno con la burocracia sindical. No olvidamos a Mariano Ferreyera si bien todo parece indicar que el crimen no quedará impune como tantos en gobiernos pasados. Tampoco ignoramos la pendiente necesidad de que se adopten medidas tendientes a lograr una verdadera inclusión social de los sectores más desprotegidos. Lo dicho no omite la responsabilidad de la gente misma, y ya no del gobierno, a la hora de luchar hasta el fin por la gestación de un país más justo.
Andrea y Luis

miércoles, 27 de octubre de 2010

Censo explícito


La censista tenía un piercing en la lengua. Me detuve en el detalle mientras respondía. Me preguntó la edad y mentí. Le dije, como Vallejo, que apenas he nacido. Me preguntó si el suelo de mi casa era de tierra o mosaico. Le dije recuerdos, vacío, nada. Me preguntó con quién vivía y vi a mi gato grusswillis dormitando sobre unas revistas viejas. Me preguntó de qué material estaba compuesto el techo de la vivienda familiar. Aproveché para mirarlo por primera vez y observé la madera de bosques lejanos. Me preguntó, por fin, qué esperaba de la vida. Y fue entonces cuando le dije que la esperaba a ella y solamente a ella. La censista del piercing en la lengua cerró la carpeta y dio por finalizado el trabajo.
L.

Poesía y juventud


Los jóvenes (salvo raras excepciones) no leen poesía. Lo compruebo en las aulas donde doy clase a unos doscientos alumnos de entre 19 y 25 años. No voy a ser uno más en la legión de escandalizados frente a la nueva “ignorancia”. Más grave resulta la indiferencia social ante el reciente asesinato de un joven estudiante de 23 años en la Argentina. Aun así, considerando que la poesía comporta una forma de conocimiento interior inigualable, el dato podría ser evaluado como parte de un empobrecimiento de la subjetividad. ¿El alejamiento de la lectura significa también que los jóvenes no escriben? Sé que algunos componen y publican poemas en libros o blogs. Otros lo hacen secretamente como ocurrió siempre. Hubo casos notables en la historia de casi niños que brillaron en el género. El más conocido es el de Arthur Rimbaud, quien a los 22 años revolucionó la lírica moderna. O, más cercano, el ya olvidado Javier Heraud, poeta peruano asesinado con balas de las que se usan para matar fieras en el río Madre de Dios por sus actividades revolucionarias. Tenía 19 años. Miguel Hernández, por último, murió víctima de la cárcel franquista y de la tuberculosis a los 31. Eran otros tiempos y es difícil juzgar si fueron mejores que éste. A veces pienso, eso sí, que los jóvenes de hoy no deberían ser tan viejos. Más aún. Creo que deberían rejuvenecer. Si algunos deciden hacerlo la poesía, escrita o leída, será una buena compañera de camino.
L.

martes, 26 de octubre de 2010

Alguna vez


Escribo como duermo en un barco sin agua que sueña con agua. Navego por lunas de baja marea. El mar se fue tan lejos que no puedo verlo. Ya no. Alguna vez fue playa este páramo gris. Alguna vez la playa fue playa y el bote fue un bote. Y todo fue música en el mundo. Alguna vez entré a un mar de verdad y me dio miedo. Ya no. Alguna vez eran ramas de árboles cansados. De ellas me colgaba queriendo matar algo que fue mío. Una costa de pájaros extremos, tiempos y estrellas de primera magnitud. Y soñaba con eso que ahora se disuelve donde todos los fantasmas se pudren y se ahogan.
L.

Desaparecidos en mi colegio


Hice la secundaria en el Nacional Vicente López. Hasta ahí fui, anoche, para participar de una jornada por la memoria organizada por familiares y amigos de doce estudiantes de esa escuela secuestrados y desaparecidos bajo la dictadura militar. Digo doce y no once porque ayer trascendió el nombre inesperado de Valeria Beláustegui, compañera de quinto año, ahora sumada a la lista. Con Valeria discutíamos todo el tiempo. Pero compartíamos el deseo de cambiar el mundo por vía revolucionaria. El acto se hizo en el mismo patio donde transcurrían los recreos mientras yo permanecía solo, en el aula, dibujando caras en el pizarrón. Anoche casi todo el alumnado siguió la rutina escolar como si nada. Es una pena. Hubieran aprendido más yendo al patio y no quedándose en las aulas dibujando caras en un cuaderno. ¿Hace falta recordar que la tragedia y la gesta de los setenta no ha desaparecido con los desaparecidos? Pude ver en un video una hermosa foto de Leonora, una especie de maga de Rayuela que alcancé a tratar y querer en esos años. La secuestraron junto a su hermana María y nunca más se supo. De regreso a la Capital no encontré lugar en bares y restoranes. Todos estaban llenos con la gente mirando, como hipnotizada o drogada, las emocionantes alternativas de Bailando por un sueño en canal 13.
L.

Peces de papel


Esos días no habrían sido tan buenos sin mi prima Angélica. Cuando entraba en la casa de mi abuela lo primero que yo hacía era buscarla en su habitación. Siempre la encontraba mirando por la ventana como quien espera la llegada de alguien sin saber quién. Ella sonreía al verme. Luego me daba detalles del juego del día. Podíamos ir a la alberca y atrapar los peces de papel que había estado dibujando la noche anterior. Podíamos levantar piedras del jardín para descubrir la extraña organización de los ciempiés. Pasábamos horas y horas construyendo habitaciones, puentes y autopistas que los insectos se negaban a transitar. Y todo así hasta que el frío de la tarde nos obligaba a regresar a casa. Era entonces cuando llegaba el instante preferido y maldito a la vez. Mientras los adultos tomaban el café de las cinco, nosotras nos encerrábamos en el baño para observar clandestinamente las fotos del álbum que mi abuela ocultaba en el estante más alto de la biblioteca. Desfilaban imágenes de gente que no conocíamos. Inventábamos historias sobre fiestas transcurridas hace tiempo, bodas pactadas, traiciones, indecencias. Apenas sentía que la conversación de los grandes estaba a punto de terminar, Angélica pasaba las páginas del álbum con rapidez hasta llegar a su foto preferida: la de una mujer joven mirando por la ventana como quien espera la llegada de alguien sin saber quién.
Andrea

Deseo y consumo


Revistas, afiches callejeros, anuncios de televisión. Todos (también las páginas de Internet) hacen negocio con el sexo. La carne sirve como carnada y mercancía. Los cuerpos expuestos hasta superar el límite de la proctología no valen mucho más que la suma de las partes. Muslos, bocas, nalgas, genitales, senos. Imágenes estéticamente indefendibles resultan primarias y opresivas. La inmoralidad no está en el tema sino en el uso. Los avisos provocan deseos poderosos pero no ofrecen a cambio ninguna forma de satisfacerlos. El corpiño no aplaca la ansiedad erótica que despierta la modelo que lo publicita. El desodorante para hombres no convoca a las féminas que su fragancia promete. El consumidor queda finalmente solo y envuelto por una parafernalia erótica e inútil. Venus vende. Pero no compra amor y, mucho menos, placer y alegría.
L.

lunes, 25 de octubre de 2010

Lisboa cada vez más cerca

Un beso en tres actos


El gesto distanciado y frío de Fernando Pessoa se desarmó por una única vez. El poeta estaba en la oficina acompañado por una empleada llamada Ofelia Queiróz con quien apenas había tenido trato. Hasta el cadete se había ido. Fernando fue a buscar una lámpara de petróleo. La encendió y la puso encima del escritorio. Un poco antes deslizó una cartita sobre el escritorio de Ofelia donde se leía un pedido perentorio: le ruego que se quede. Ella obedeció pero cuando se hizo tarde se puso el saco y se despidió precipitadamente. Entonces Pessoa se levantó, con la lámpara en la mano y, de repente, empujó a la mujer contra la pared. Sin que ella lo esperase la agarró por la ciuntura, la abrazó y, sin decir una palabra, la besó apasionadamente como si estuviera loco. Fue, quizás, el único instante en que el amante visual se tornó desmesuradamente carnal.
L.

Dos besos en ocho meses


Nadie podría acusar al poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935) de haber sido un obsesivo sexual. A lo largo de su vida tuvo una única novia, Ofelia Queirós, un vínculo extenso y singular que se tradujo en pocos encuentros reales. Se contabilizan no más de dos besos en ocho meses. En sus escritos, asimismo, las referencias al tema son complejas y enigmáticas. Con espíritu didáctico redacta, bajo la firma de Bernardo Soares, curiosos consejos para las mujeres mal casadas. A ellas les sugiere traicionar a sus maridos con la mente. La práctica consiste en imaginarse gozando con un hombre A cuando se está copulando con un hombre B. Más allá de estas "indicaciones" Pessoa se muestra escéptico al hablar de amor. Cada uno de nosotros es dos -razona-. Y cuando dos personas se encuentran es raro que las cuatro puedan estar de acuerdo.
L.

La reina


Puso mantas de flores en la cama real, contrató violines de ocasión, incendió un bosque nada más que para ella y echó a todos los perros del lugar. Por fin subió a la torre para ver si alguna estrella rompía el tedio de los cielos cansados. Pero la reina, la única, no llegó.
L.

Vivir sin absolutos


La distancia entre sueño y realidad es enorme. En ese desajuste anida el motor de nuestra angustia vital. Cada cual configura su vida en base a un ideal que alimenta desde la religión, el arte, el deporte, la política o el consumo. También desde raros mandatos que la familia impone. El paso del tiempo, sin embargo, vuelve todo a su lugar. Tarde o temprano descubrimos que la utopía sirve apenas como impulso (horizonte) pero no como territorio. Quisiéramos vivir en el país de nunca jamás pero acabamos viviendo en el de siempre. Tarde o temprano aprendemos a vivir sin absolutos.
L.

domingo, 24 de octubre de 2010

Lo obvio


Todo resulta obviamente obvio. Pasó lo que tenía que pasar, dice la gente. Lo que ocurre es lógicamente lógico. No hay ni puede haber nada que trascienda lo de siempre. El mundo parece saber exactamente de qué está hecha la realidad. Lo real, sin embargo, es siempre extraño e inalcanzable. Lo único obvio es que nada es obvio.
L.

Si viviera



Hay una canción del cantautor cubano Frank Delgado donde se pregunta qué pasaría hoy si el Che viviera. Más pertinente sería imaginar qué haría o pensaría Ernesto Guevara en las actuales condiciones. Si viviera realmente tendría 82 años. Sería tal vez un abuelito cansado de guerrillas que miraría el mundo con justificado estupor. Ya no se ven por ningún lado situaciones revolucionarias al estilo de los sesenta y setenta. Es verdad que no cesaron las luchas parciales ni se apagaron las utopías por completo. En todas partes hay gente que actúa contra la globalización del egoísmo y en defensa de algún grado de dignidad. El imperialismo, debe admitirse, ha triunfado a escala mundial. Y el mal llamado socialismo real se derrumbó. El hombre tomado así, genéricamente, se ha tornado un enemigo de sí mismo y del planeta que habita. ¿Qué cambiaría si el Che viviera? ¿Volvería a montar a Rocinante con la adarga al brazo? ¿Dejaría de mirarnos fíjamente desde remeras y paredes?
L.

Hombre nuevo en un mundo viejo


Che, el hombre nuevo (la recién estrenada película de Tristan Bauer) plantea problemas de muy difícil resolución. De hecho la figura entera del Che es una pregunta enorme por la ética y la coherencia que muy pocos podrían contestar. ¿Dónde está encarnado ahora el hombre nuevo? ¿Quién recuerda ya a los muertos de nuestra felicidad? ¿Qué ha sido de la añorada revolución mundial? El film de Bauer nos deja pensando y no en el pasado lejano. Más bien en el duro presente y sobre todo en el futuro donde Ernesto Guevara sigue tallando, extrañamente y a pesar suyo, un hermoso perfil.
L.

Noches de lluvia colorida

sábado, 23 de octubre de 2010

Entre el uno y el dos


¿La pareja debe aspirar a fundirse en un solo y único ser? La pregunta evoca la incierta posesión de lo deseado. ¿Puede alguien poseer a otro? ¿Cómo sería la relación entre un hombre y una mujer convertida en unión total? ¿Puede una pareja transformarse en la fusión de dos mitades como pretende el mito? El amor es asociativo por definición. Pero el goce cristaliza en soledad. Y por más afinidad que exista entre los amantes cada uno compone un mundo singular. ¿Acaso no reside ahí el principal atractivo del acto amoroso?
L

Las respuestas


Si las respuestas se agotaran el mundo se detendría. Pero no se agotan y el mundo se alimenta de la insalvable contradicción. No sabemos qué es la vida. No sabemos qué es la muerte. No sabemos qué es el amor. En esa ignorancia reside el motor de la existencia. Si las respuestas se agotaran el mundo se detendría.
L.

viernes, 22 de octubre de 2010

El pozo mediático


Los 33 mineros rescatados de San José están hartos de la fama y el acoso periodístico. Omar Reygadas, uno de ellos, declaró que estaba mejor adentro de la mina. Mario Sepúlveda recordó su condición de trabajador. "Por favor ayúdenme", rogó, luego de pedir a los periodistas que lo dejaran en paz. Ariel Ticona, Víctor Segovia y Pablo Rojas asistieron a una fiesta organizada por el empresario Leonardo Farkas quien donó a cada uno un cheque por diez mil dólares y una moto. Tratados por el mundo como artistas de circo o monitos del zoo los mineros vuelven a estar en peligro. "Su estado emocional es frágil -dijo un médico a cargo del grupo de rescate-. Si estos hombres se somenten a un intenso bombardeo emocional van a sucumbir". ¿Quién se ocupará de salvarlos en tal caso?
L.

A pedalear que se acaba el mundo


Es hora de prenderle fuego a los autos y andar y andar en bicicleta. Ciudades colapsadas, mentes estresadas, sexos anulados. Eso no es vida. La bicicleta es veloz, inteligente, anarquista y revolucionaria. Va más rápido que el pensamiento y llega primero a todas partes. No ensucia el aire, no ocupa espacio, no hace ruido, es delicada y cautelosa como las hadas y los gatos. Si todos subimos a la bici lo que va a colapsar será el sistema automotor. No hay tiempo que perder. Es ahora o nunca. A pedalear que se acaba el mundo.
L.

La voz


Hay una voz interna o externa que insiste en decirnos algo. No queremos oírla así como nos negamos a ver ciertas cosas. Pero la voz insiste, grita, aparece en sueños, aturde, estalla como una ola echando abajo las paredes. Maldita ola. Malditas paredes. Tarde o temprano, aún así, debemos frenar y escuchar la voz prohibida.
Los oídos no tienen párpados, dice Freud.
L.

Tercer mundo


Cada vez que salgo al mundo real me equivoco, pontifico, denuncio, presento batalla contra raros molinos de viento. El resultado suele ser adverso. Termino en tierra, caído del caballo y sin entender lo que acaba de ocurrir. La consecuencia lógica sería abandonar el mundo real y dedicarme solamente al irreal. Pero con este último tampoco salen demasiado bien las cosas. ¿Habrá llegado la hora de inventarme un tercer mundo alejado para siempre de los otros dos?
L.

jueves, 21 de octubre de 2010

Anestesiados


En algo andarían los treinta mil. En algo andaría Mariano Ferreyra. Seguro que todo se limitó a una lucha entre bandas enemigas. Como si fueran barras bravas. Mejor no ir a ninguna marcha de protesta. Dejar pasar. ¿Qué pareja fue eliminada en Bailando por un sueño? Qué pena que no haya más chilenos en la mina San José. ¿Y el que tenía dos mujeres? Faltan entretenimientos. Algunos días llueve. Otros sale el sol. Un muerto más a quién le importa. Todos moriremos algún día. Además ese chico era del PO, es decir, un subversivo. Como en el 76. Mejor así. Muy buen finde para todos.
L.

Los indiferentes


Tras el asesinato de Mariano Ferreyra lo único que parece preocupar a la clase media porteña es si andan los subtes, si habrá colectivos, por qué calles se podrá circular, ese tipo de cosas. Los indiferentes rechazan cualquier alteración de la rutina del empleo, la tarjeta magnética y los buenos días. Tampoco se ha mostrado muy sensible José Pedraza, sindicalista de la Unión Ferroviaria, quien emitió un raro comunicado de prensa. Deslindamos toda responsabilidad en los disparos de armas de fuego que, lamentablemente, derivaron en la pérdida de vidas. Eso dice la gacetilla. El adverbio lamentablemente no está a la altura del crimen cometido. La expresión pérdida de vidas es inexacta para no decir sospechosa. Tanta banalidad tendría que alertarnos. De poco sirven ahora frases heroicas del tipo hasta la victoria siempre. Una vida menos es una medida absoluta. No hay punto medio. Se impone el urgente castigo a los asesinos. Cuando cae una flor, advierte el poeta, se estremecen las estrellas.
L.

Los hechos


El único remedio contra la locura es la inocencia de los hechos. Detrás de su apariencia cristalina la frase, citada por la poeta Alejandra Pizarnik, es compleja. Si la locura encierra un desajuste entre realidad y percepción la normalidad se alojaría en cierta armonía verificable entre mundo exterior e interior. El tema quedaría resuelto a no ser por el detalle de que nadie puede jactarse de ser un espejo perfecto y capaz de reflejar la vida como es. Quién pudiera mirar las cosas con ojo desnudo y libre de conceptos y preconceptos. Quién pudiera observar la vida con el asombro de la primera vez. Ningún hombre está a salvo de que un aduanero le revise la valija y encuentre un calzoncillo sin lavar. Ninguna mujer puede ocultar eternamente sus olores más íntimos y graves. No hay armonía posible en la calle amenazada, oscura y sinuosa. ¿Cómo sobrevivir a la contradicción? ¿Cómo conservar la calma y algún grado de pureza en un mundo que se deshace a gritos y balazos?
El único remedio contra la locura es la inocencia de los hechos.
L.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El huevo de la serpiente I


El asesinato de Mariano Ferreyra enrarece aún más el ambiente argentino. Vuelven antiguos ecos de todavía más antiguas mafias y complicidades. Uno quisiera dejar de leer diarios (también cómplices/también mafiosos), uno desearía desaparecer o convertirse en piedra, luna, mesa o caballo. Pero la maldita realidad golpea a la puerta y, qué pena, habrá que abrirla sin demora.
L.

El huevo de la serpiente II


No sé si el problema del narcotráfico se solucionará combatiendo la producción o el consumo. Lo que sí puedo decir es que hasta ahora los países productores de droga son los que más han asumido la responsabilidad y las consecuencias que trae ese delito. Además de la desigualdad social, el cultivo y tráfico de cocaína ha sido uno de los principales insumos del conflicto colombiano. Los efectos perversos de la guerra contra las drogas -liderada por Estados Unidos, principal país consumidor- no son alentadores. Bosques destruidos, gente desplazada, mutilada y asesinada, funcionarios corruptos. Los colombianos hemos tenido que cargar con la mala y falsa fama de ser todos narcotraficantes y eso se percibe desde las bromas pesadas que hacen ocasionalmente los ignorantes de buena fe hasta las requisas humillantes a que nos someten los policías gringos en cualquier aeropuerto de cualquier ciudad del mundo. Eso sería apenas tolerable si se percibiera algún equilibrio en las responsabilidades, si Estados Unidos admitiera que hay ciudadanos norteamericanos que trafican con drogas en su propio territorio, que han surgido mafias en Miami, Nueva York y Los Ángeles, que existen funcionarios corruptos en la DEA y de todas las fuerzas policiales americanas…Todo sería apenas tolerable si además de fumigar las selvas de Colombia también se fumigaran, como sugirió en su estilo Gabriel García Márquez, las oficinas de Manhattan.
Andrea

Contactos


Pasame tu celu, dice alguien. Te dejo mi mail, dice otro. ¿Te vas a acordar? Por si acaso estoy en faceboock, en twitter, en el msn, en todas partes. Es tiempo de contactos. La gente anota números en papelitos, en las pantallas, en la cabeza. Si es de noche mejor. Ríos de cerveza en el medio, oscuridad, porro, entusiasmos de momento y amor amortiguado. Cuando sale el sol números y mails son olvidados como las palabras y las cosas. Somos miles de millones pero nadie conoce a nadie, dice Bradbury. ¿Te vas a acordar?
L.

Alucinaciones


Con no poca frecuencia una persona equis me escribe diciendo que le encanta escribir, que la poesía, la narrativa o la escritura en general es su "asignatura pendiente", que necesitaría algún tipo de guía de mi parte para cristalizar el deseo. Todo sigue bien hasta que de pronto digo de acuerdo, le propongo a la persona equis que me envié algunos textos y que empecemos a trabajar, no sé, el martes próximo. Es suficiente que diga esas palabras mágicas para que la persona equis se borre definitivamente. Ocurre con no poca frecuencia. El placer de alucinar es más fuerte que el de concretar. Sucede también en el amor, el trabajo, el estudio, la vida.
L.

martes, 19 de octubre de 2010

Utilidad de lo inútil


Casi todas las cosas que dan placer (amor, juego, luna, océano, música, pensamiento) no se vinculan a resultados prácticos. Dan placer y son completamente inútiles. La vida se sostiene justamente en esas nubes invisibles pero ciertas. Sólo en ellas y nada más que en ellas. Amor, juego, luna, océano, música, pensamiento. Y también en las puertas dibujadas al pie de una ciudad sin puertas.
L.

Los perdedores


Heráclito murió envuelto en caca y devorado por los perros. Mozart fue enterrado a los 33 años en una fosa común. El artista Egon Schiele murió de gripe a los 28 años. Kafka sólo gozaba con putas en los hediondos prostíbulos de Praga. No podía tener sexo con las mujeres que amaba y murió tuberculoso a los 41 años. Jamás recibió premios. El escritor italiano Cesare Pavese sufría de eyaculación precoz y se mató en un hotel de Turín. El poeta portugués Fernando Pessoa salió segundo en el único concurso al que se presentó. Borges era ciego. Van Gogh no vendió un solo cuadro y se pegó un tiro en un campo lleno de cuervos. Los escritores estadounidenses Carver, Hemingway y Cheever fueron alcohólicos incurables. Virginia Woolf se metió en un lago con piedras en los bolsillos. Alfonsina Storni no usó piedras pero se hundió en el mar. Perelman, el matemático más brillante de este siglo, rechazó un premio de un millón de dólares y vive con su madre, humildemente, en un estrecho monoambiente de San Petersburgo. Pobres. Todos son y fueron tóxicos, enfermitos, impotentes, anticuados, locos, torpes, inútiles, idiotas, perdedores.
L.

La prueba


El amor no se prueba en los momentos de exaltación sino en los de chatura. El amor se prueba no tanto en el cruce de los cuerpos sino antes y sobre todo después. No tanto en las fiestas sino en una caminata de a dos por una calle oscura y sin gracia. El amor se prueba en la desesperación, en la tristeza, en la inseguridad. Cuando llueve y no para. Cuando las palabras se tornan gastadas y sucias monedas. Ahí se prueba el amor. Ahí y en ninguna otra parte.
L.

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Dar al público lo que pide?


Me dice una alumna que al público hay que darle lo que pide, o sea sangre, cadáveres, culos, asados, gritos, sexo, tetas operadas, pornoshow espectacular. ¿No sería mejor imaginar formas novedosas de elevar el gusto del público? En vez de rebajar la oferta, ¿no habría que entrenar mejor a la demanda? La idea de dar al espectador lo que quiere serviría incluso para justificar el fascismo dado que, con frecuencia, "es lo que la gente pide". No creo que el pornoshow social, cultural y político sea la única opción posible. No hay que rebajarse ni rebajar. Hay que redoblar la apuesta por una vida digna de ser vivida. El eterno debate, además, se acabará cuando se garantice a toda la población el acceso libre a la cultura.
L.

Estado de presencia


Lo más difícil es estar acá. Parece extraño pero es así. Nadie está en el lugar que dice o cree ocupar. Los ojos están listos para buscar algo indefinido en la pantalla del celular o la computadora. Y si no es ahí será en la ventana. Y si no es en la ventana será en viajes o recuerdos. ¿Por qué tanto rechazo al suelo que justamente ahora, aquí, pisan los pies? ¿Qué buscan todos más allá de las fronteras?
L.

La revolución francesa


Un millón de manifestantes en las calles, rebelión estudiantil, huelga obrera general en todo el país contra la reforma de Sarkozy que pretende retrasar la edad legal de jubilación de 60 a 62 años. De aprobarse la reforma crecerá el desempleo sobre todo entre los jóvenes. Y la injusticia social se multiplicará a niveles desconocidos hasta ahora. ¿Nueva revolución francesa? ¿Vuelve Mayo del 68?
Y pensar que Carla Bruni cantaba tan lindo...
L.

Trescientos mineros en el hoyo


Una misa en honor de los 33 mineros de Atacama terminó en una protesta masiva contra el gobierno chileno. Los periodistas del mundo ya se fueron (terminó el show), los 33 rescatados dejaron de actuar como estrellas de rock o Gran Hermano, el ministro de Minería Laurence Golborne ya no llora de emoción. Tampoco lo hace el presidente Piñera. Unos trescientos empleados de la empresa propietaria de la mina San José reclaman por el pago de sus salarios atrasados. O sea. Ya no son 33 sino 300. Portaban carteles donde se leía el gobierno nos tiene como el hoyo (culo) / Piñera para el show / Los 33 estamos mal en la superficie. Jimmy Sánchez, el más joven de los rescatados, abandonó la misa para expresar su apoyo a sus compañeros. También lo hicieron Alex Vega y el boliviano Carlos Mamani. "Hay dinero para la farándula pero no para pagar nuestros salarios", se quejó el sindicalista Javier Castillo. Lástima que no había un solo periodista extranjero para registrar sus palabras. Lástima que, ahora, la opinión pública conmovida hasta recién por el milagro de Atacama haya perdido todo interés en la cuestión.
L.

Silencio en el amor


Desconfiar de las parejas que hablan y hablan sin parar. En especial de aquellas que se mandan mensajitos de celular el día entero. También de las que se dicen te amo a cada instante. Te amo, te necesito, te adoro, no puedo vivir sin vos. Dudar de la fortaleza de un vínculo sostenido por ese río interminable de palabras.
Los amantes de verdad hacen el amor sin nombrarlo.
L.

domingo, 17 de octubre de 2010

Canciones prohibidas los domingos


Ciertas canciones deberían prohibirse los domingos. Son insalubres. Tóxicas. Peor si se oyen a las seis y media de la tarde. O a las siete cuando empieza a oscurecer. Sus compositores deberían estar presos y los cantantes procesados. ¿Quién les dio permiso para entrar a casa justamente hoy? Ciertas canciones como ciertos recuerdos y ciertos conciertos deberían prohibirse los domingos.
No es el día ideal. Y el agua del mate, para colmo, ya está fría.
L.

¿Sexo sin misterio?


Escucho por la radio una larga entrevista de Matías Martin y sus compañeros a una tal Claudia Ciardone, supuesta novia de un tal Ricardo Fort, extraña criatura mediática parida por Tinelli y otros buscadores de talento. Las preguntas que se escuchan son propias de voyeurs enfermitos. Si a Claudia le gusta por atrás, si practica el sexo oral, qué posiciones utilizan ella y Fort para satisfacerse, si se masturba y cómo, etcétera. La intimidad como espectáculo. El sexo banalizado y vulgarizado hasta el fin. Ciardone responde puntualmente y en detalle a todas las preguntas. Al finalizar el programa parecería que el sexo ha sido desacralizado por completo. Ahora lo sabemos todo. Ubicación de los huecos, kamasutra ilustrado, caminos directos, bloqueados e indirectos. ¿Fin de los enigmas? No. Pobreza espiritual de un periodismo que luego se queja de la delincuencia y la corrupción de políticos y afines. No es así la vida. Las preguntas referidas al cuerpo o a lo que sea carecen, por suerte, de respuestas finales. Sólo el misterio nos hace vivir.
l..

sábado, 16 de octubre de 2010

La lección de Atacama


Varios lectores de este blog se enojaron con nosotros cuando en vez de sumarnos al circo generalizado denunciamos las injustas condiciones de vida y trabajo de los mineros chilenos, el tinglado mediático que se montó en torno a ellos, el aprovechamiento político a cargo del régimen de Piñera, etc. Resultó ser que éramos unos pinchaglobos amargados en momentos de la "gran emoción" sentida por gente que jamás demostró el menor interés por la explotación cotidiana de los trabajadores en Chile y el mundo entero. Leo en los diarios que los mineros se están dedicando ahora a vender entrevistas, que no dicen la verdad, que quieren sacarle tajada a la tragedia, que empiezan a pelear entre ellos como perros desesperados. Un vocero del grupo pidió, casi rogó, que termine el acoso periodístico sobre los 33 hombres y sus familias. Unos pocos mantienen una actitud digna frente a los medios y la opinión pública. A estos últimos les aconseja el diario español El país que se nieguen a responder preguntas de la prensa y que vuelvan a la mina como forma de no caer nuevamente en un pozo sin salida. De acuerdo. Pero el paso siguiente en la mina sería no aceptar condiciones inhumanas de labor, retomar la tradición combativa del pueblo trasandino, esa que alcanzó su máxima expresión bajo el gobierno de Salvador Allende a quien Chile le debe la nacionalización del cobre.
L.

Borrachos de amor


Después de cinco o seis vasos de vino cualquiera baila como un rey en una fiesta. Después del séptimo o el octavo uno le dice cualquier cosa a una total desconocida. Se anima incluso a acompañarla al baño y a la cama doble. Con tres o cuatro botellas de cerveza uno declara amores que no siente, pasiones imbéciles, audaces propuestas que luego no podrán concretarse. Cuánto mejor sería que la heroica desinhibición llegase a grandes tragos de lucidez y no por obra de estimulantes artificiales. El alcohol desembriaga -dice Yourcenar-. Después de unos sorbitos de coñac ya no pienso en tí.
L.

Detrás de los que no se fueron

Elogio de la incomprensión


No entender el mundo (vida, amor y muerte) es el principio fundamental. La humanidad está enferma de mentes brillantes. Las almas ordenadas organizan todo. Pero clasificar no es entender. Los profesores dictan cátedra. Los políticos bajan línea. Demasiada claridad en lo oscuro. Alegría de no entender ni el sentido último de un beso. Insondable misterio del sexo. Ventajas de no saber. Ventajas de escribir en este blog sin para qué ni para quién.
L.

viernes, 15 de octubre de 2010

Palabras


Las palabras antiguas y comunes son las más ricas. Ellas no tienen la culpa de haber sido olvidadas o deformadas. Somos nosotros quienes olvidamos su agudeza y valor testimonial. Son voces humildes y labradas a través de largas vigilias y experiencias. Se parecen a cantos rodados. Están gastadas y pulidas como las piedras que brillan cuando el mar las toca y resisten como perras la desintegración. Con ellas debemos acostarnos cuando todo a nuestro alrededor pierde poco a poco su sentido.
L.

La historia reciente


Está de moda entre algunos periodistas e intelectuales decir que están hartos de hablar de la dictadura, de los setenta, de un pasado pisado y al parecer superado por el advenimiento del blackberry. Ya fue, dicen. Hablemos mejor del presente que es más divertido. Tal vez debieran ser más cautos. Estamos al mismo tiempo demasiado cerca y demasiado lejos de los hechos como para borrarlos del alma tan rápidamente. La barbarie nazi y todas sus consecuencias (por poner acaso el ejemplo más extremo) sigue afectando nuestra conciencia en todos los campos imaginables. ¿Están agotados los análisis posibles de Auswitch o la Escuela de Mecánica de la Armada? La vida posterior a la barbarie es o debería ser una intensidad tal que hiciera de la apatía una actitud deshonesta. Ocuparse de la historia reciente no significa negar la historia presente. Pero seamos honestos. No existe en la memoria ningún lugar tranquilo.
L.