Para todos tiene la muerte una mirada. Y la muerte de un hombre admite infinitas miradas. Este blog suele eludir las cuestiones políticas en general y en particular. Lo real se vuelve difícil, cuando no imposible de ser pensado en profundidad. Sólo diremos lo siguiente. El líder político que ahora es velado en la Casa Rosada encarnó a su modo y con sus limitaciones el ansia de cambio que sigue pujando en una parte significativa de la sociedad. En ese afán defendió los derechos humanos en el país del por algo será, adoptó medidas sociales irrefutables, jugó un papel relevante en la integración regional, ordenó quitar el cuadro de Videla y otros dictadores del Colegio Militar, impuso retenciones a ganancias empresarias, adoptó medidas positivas y enérgicas que luego continuó Cristina (casi maniatada en su intento de democratizar los medios de comunicación, con un parlamento y una corte igualmente hostil) al hacerse cargo de la presidencia. No estamos del lado de quienes ayer descorcharon botellas de champaña en los barrios coquetos de Buenos Aires. Rechazamos a los traidores y a los buitres mediáticos que a estas horas preparan, con probabilidades de éxito, el asalto final. La postura delineada no nos lleva a considerar que Néstor Kirchner haya sido un Che Guevara, un San Martín, un líder maravilloso e impoluto como parecen alucinar ciertos sectores de centroizquierda afines al maquillaje embellecedor de sus ideales de juventud. No olvidamos la nunca aclarada alianza del gobierno con la burocracia sindical. No olvidamos a Mariano Ferreyera si bien todo parece indicar que el crimen no quedará impune como tantos en gobiernos pasados. Tampoco ignoramos la pendiente necesidad de que se adopten medidas tendientes a lograr una verdadera inclusión social de los sectores más desprotegidos. Lo dicho no omite la responsabilidad de la gente misma, y ya no del gobierno, a la hora de luchar hasta el fin por la gestación de un país más justo.
Andrea y Luis
Andrea y Luis
Estoy total y completamente de acuerdo con este post.
ResponderEliminarTodavía no tengo más para decir, sólo que siento un profundo respeto y me alejo absolutamente del periodismo cuervo que está rondando en algunos lugares.
A.