martes, 5 de octubre de 2010

Contra la educación


El objetivo de la educación tradicional fue y sigue siendo domesticarnos y adaptarnos. Si no queremos decir buen finde o mi más sentido pésame (porque nos parece una estupidez) nos educan para hacerlo. Obedecer fue y sigue siendo un signo de buena educación. La institución escolar nos entrena para reprimir hasta las ganas de hacer pis. También para olvidar lo que somos y repetir como loros la palabra loro. Los maestros dignos de ese nombre deberían enseñarnos lo contrario, es decir, educarnos para desaprender uno a uno los buenos modales y estimular en nosotros la fidelidad al deseo. Los malos maestros (en cambio) nos imponen la hipocresía como estilo y la resignación como sistema de vida.
L.

6 comentarios:

  1. Durante varios años abandoné mi educación para ir a la escuela, dijo alguien...
    M.

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  2. A propósito de este tema y de tan acertado post, les invito a disfrutar esta maravillosa intervención en la que se asegura que la "escuela mata la creatividad". Ese sitio de conferencias (TED) es altamente recomendable. Traducido a varios idiomas.
    http://www.ted.com/talks/ken_robinson_says_schools_kill_creativity.html
    Otra maravillosa intervención sobre la (mala) educación que recibimos es esta: http://www.ted.com/talks/lang/eng/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story.html
    Un lufar inteligente al alcance de todos. Saludos,

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  3. El sistema educativo actúa a veces como una fábrica. Produce personas en serie, uniformes y obedientes. El milagro ocurre cuando, en medio de esa rigidez, aparece alguien que se separa, se rebela y surge como ser independiente.
    De ellos siempre me acuerdo...
    G.

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  4. Las cárceles, los manicomios y las universidades son situos de normalización. ¡Entra joven enérgico!¿Sale adulto alienado?
    La resistencia espiritual tiene que ser ferrea para sostenerse. ¡No cometas adultez!

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  5. No creo que los buenos modales sean una carga tan pesada como para producir adultos alienados. Tal vez el problema sea que sólo son forma y no ameritan sacrificar por ellos el fondo de un tema tan vasto como la educación que debería orientarse a que el ser humano pudiera ver claramente qué quiere ser y cómo lograrlo. Las ciencias duras no pueden prescindir de un método estructurado de enseñanza. La lucha por el pensamiento libre la veo más en lo individual y mantener alerta el espíritu crítico, también frente a un maestro.
    Graciela B

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