Quinientos mineros murieron en Colombia durante los últimos doce meses. Varios millares en toda Latinoamérica. Treinta y cinco solamente en Chile. En agosto de 1992 dos mineros de la hoy famosa mina trasandina de San José sobrevivieron un mes a cien metros de profundidad. Pero las tareas de perforación demoraron dos meses y los rescatistas llegaron tarde. Ambos trabajadores fueron hallados muertos. En estas horas mil quinientos periodistas del mundo entero esperan ansiosos la inminente liberación de los 33 hombres enterrados en Atacama. Cronistas y camarógrafos están dispuestos a lograr un buen titular a cualquier precio. Los sobrevivientes al derrumbe acaban de recibir la noticia de que tendrán que tomar clases para enfrentar a los periodistas una vez en la superficie. Cómo responder, qué decir, qué callar. Informan los diarios que el presidente Piñera “se puso al frente” de un operativo espectacular y mediático. A ningún enviado especial se le ocurrió preguntar a los funcionarios chilenos por la inseguridad reinante en las explotaciones mineras, la falta de medidas de prevención, la responsabilidad política y empresaria por lo ocurrido. Ahora sólo importa el show que algunos ya denominan como el gran carnaval de la mina San José. En pocos días más los mineros volverán a ser sepultados. Pero no por el derrumbe sino por el olvido.
L.
L.
Me alegra que por lo menos ustedes digan algo sobre la triste verdad que oculta el gran circo montado en mi país en torno a la tragedia de Copiapó. Obviamente nos alegramos por el rescate que ocurrirá en pocas horas. Pero no olvidamos eso que ustedes han recordado oportunamente en este maravilloso blog.
ResponderEliminarRita, desde Concepción, Chile.
Muchas de las razones que llevaron a los mineros a este pozo parecen ya haber sido sepultadas. Evaluación de riesgos, capacidad de reacción frente a imprevistos, probabilidad de ocurrencia de escenarios adversos. Responsables ocultos tras el anhelado éxito del rescate que sin duda todos esperamos. No parece improbable que el olvido cubra parte de la historia . El ahora me hace dudar del después.
ResponderEliminarGraciela B
Todo esto que está pasando con los mineros de Chile me recordó al libro periodístico de Gabriel García Marquez, cuyo título completo es Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre.
ResponderEliminarMuy bueno, Luis. Uno no puede dejar de sentir alegría al ver que estos hombres salieron sanos, pero mientras miro la transmisión, pienso que hay tantas personas por rescatar en el mundo, todos los días, a cada minuto, sin necesidad de montar ese cápsula ni nada similar. Un abrazo.
ResponderEliminar