sábado, 30 de octubre de 2010

Lo incompleto


Salvo la muerte ningún acto se realiza totalmente. Ninguno. Tampoco el sexual. Cualquier emprendimiento es imperfecto. Cualquiera. También los exitosos. Queda siempre un déficit, un resto, una especie de agujero sin llenar. Ningún camino puede ser recorrido hasta mucho más allá de la mitad. La inevitable carencia puede ser vista como una desgracia, pero también, o al contrario, como el más preciado motor de la existencia. Si todo estuviera hecho por completo no quedaría nada, ni siquiera eso, por hacer.
L.

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