Tras el asesinato de Mariano Ferreyra lo único que parece preocupar a la clase media porteña es si andan los subtes, si habrá colectivos, por qué calles se podrá circular, ese tipo de cosas. Los indiferentes rechazan cualquier alteración de la rutina del empleo, la tarjeta magnética y los buenos días. Tampoco se ha mostrado muy sensible José Pedraza, sindicalista de la Unión Ferroviaria, quien emitió un raro comunicado de prensa. Deslindamos toda responsabilidad en los disparos de armas de fuego que, lamentablemente, derivaron en la pérdida de vidas. Eso dice la gacetilla. El adverbio lamentablemente no está a la altura del crimen cometido. La expresión pérdida de vidas es inexacta para no decir sospechosa. Tanta banalidad tendría que alertarnos. De poco sirven ahora frases heroicas del tipo hasta la victoria siempre. Una vida menos es una medida absoluta. No hay punto medio. Se impone el urgente castigo a los asesinos. Cuando cae una flor, advierte el poeta, se estremecen las estrellas.
L.
Estoy totalmente de acuerdo.No entiendo tanta y tan descarada superficialidad.
ResponderEliminarMe da miedo el poder de la banalidad.Me da miedo la costumbre de la impunidad premeditada.
Por suerte todavia entiendo el estremecimiento de las estrellas.
gracias Luis por compartir
Maria Rosa