El mundo andaría mejor sin ideas generales y lejos de las grandes panorámicas. Qué lindo. Un mundo sin definiciones donde solo haya lugar para la singularidad de un zapato, de un beso, de una frase hecha y otra desecha. Singularidad de una noche, una mujer, un hombre, una estrella especial. Qué bien andaría todo si cambiáramos la piedra dura por el agua blanda, el todo por la parte y la parte por la partecita. Qué lindo sería. Pensar las cosas en sí mismas y sin ideas generales y tan lejos de las grandes panorámicas.
L.
Totalmente Luis!
ResponderEliminarQue bueno que hayas regresado al blog.
O.
Lo que pasa es que las ideas generales que forman los conceptos se nutren de lo particular semejante. Me recuerda la idea al alfabeto de Tlön, Uqbar y Orbis Tertius. Creo que allí Borges había inventado ese lenguaje singular pero era complicado comunicarse.
ResponderEliminarGraciela B