viernes, 22 de octubre de 2010

Tercer mundo


Cada vez que salgo al mundo real me equivoco, pontifico, denuncio, presento batalla contra raros molinos de viento. El resultado suele ser adverso. Termino en tierra, caído del caballo y sin entender lo que acaba de ocurrir. La consecuencia lógica sería abandonar el mundo real y dedicarme solamente al irreal. Pero con este último tampoco salen demasiado bien las cosas. ¿Habrá llegado la hora de inventarme un tercer mundo alejado para siempre de los otros dos?
L.

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