lunes, 28 de febrero de 2011

Los lazos


Es tan difícil armar un lazo entre dos personas que no deja de asombrar la facilidad con que puede deshacerse. Hay en el mundo muchas caras y pocos rostros. Demasiadas paredes y casi ninguna ventana. Hasta que de pronto ocurre el milagro. Las huellas en la arena se cruzan y el público observa con incredulidad. El acontecimiento -sin embargo- es efímero. Construir una pequeña flor es un trabajo de siglos. Destruirla no lleva más de dos minutos.
L.

Eterno resplandor

El principio del placer


No es la primera vez que este blog rechaza, por ineficaces, las soluciones mágicas a los problemas. Ocurre que a veces el camino más corto es el más inútil. Por eso la tortuga le gana a la liebre en la fábula. Por eso Ulises puede volver a Itaca después de su larguísima odisea. Pensar así obliga a tomar distancia de una ideología dominante conocida como principio del placer. Dicho principio se basa en alcanzar la felicidad por el método que sea. Hemos sabido de torturadores de la última dictadura argentina que disfrutaban de su trabajo. Se aliviaban. Les hacía bien. Es conocido el placer que proporciona a los violadores abusar sexualmente de otro ser justamente porque se resiste a ser abusado. Mucha gente se pone bien mediante la droga y el alcohol. Pero la droga y el alcohol a la larga fracasan como técnicas de felicidad. La anciana protagonista de la última película de Woody Allen compra todas las mentiras que le vende una supuesta vidente. ¿Vale todo? ¿Cuál es la técnica adecuada para ser felices? Si la supiéramos no estaríamos escribiendo en este blog. Pero cualquiera sea el procedimiento elegido seguramente no es sencillo. Y acaso también requiera pagar con trabajo y hasta con una cierta cuota de dolor y sacrificio. 
L.

domingo, 27 de febrero de 2011

Autoayuda


Me llama Romina, una amiga, para decirme que "busca respuestas" y las está encontrando en un conductor de televisión (no pude retener el nombre) que se dedica a la "espiritualidad". Un vecino dice algo similar vinculado a la psicología positiva. Los libros de autoayuda me hicieron bien. Hace años tuve que entrevistar a un cura carismático que atiende en Rosario. Cientos de mujeres van a verlo con fotos de seres queridos (para que las "cure") y con botellas de plástico que luego serán llenadas con "agua bendita". Cuando ironizo un poco, cuando rechazo la autoayuda en todas sus formas, escucho siempre lo mismo. Me hizo bien en momentos difíciles. Una vez hablé con seguidores del pastor Giménez. Varios de ellos me dijeron que dejaron la droga, el alcohol y el delito gracias al pastor. Yo los escuchaba hablar con su risa idiota y por momentos hubiera preferido que siguieran borrachos, drogados y asesinos. Todos -encima- me dicen que no creen en el psicoanálisis. Confían, en cambio, en la espiritualidad. A todos les digo que el análisis no es una religión. Al contrario. Se trata de un espacio de trabajo duro, largo, difícil y de resultados improbables. No hay dios. No hay indicaciones. Hay un paciente que ha decidido trabajar a fondo y en serio con su alma. ¿Y qué otra cosa puede hacerse más allá de eso?
L.

Tan lejos y tan cerca

Hoy empieza 2011


Hoy lunes empieza 2011. Todo lo vivido fue un ensayo de lo que viene. La hora de la verdad llegó. ¿Y qué haremos a partir de marzo? ¿Vamos a esperar que llegue diciembre para decir cómo pasó el año, tan rápido que ni me di cuenta? ¿Vamos a seguir apostando, como hacemos siempre, a que venga alguien a salvarnos? ¿Pensaremos que igual hay tiempo, quizás en 2013 o 2015, para hacer lo que también esta vez postergaremos? Lo mejor será cambiar de táctica. Hoy lunes empieza la dieta, el amor, el riesgo, la entrega y la mudanza. Y si no empieza hoy, bueno, será mañana o pasado.
L.

sábado, 26 de febrero de 2011

Amigos con derechos


Si se suman celulares, perfiles de facebook, ipods, autos rápidos, cuerpos semidesnudos, fiestas con porro, sexo libre y cuento de hadas se obtendrá No string attached, efectiva película estadounidense traducida en la Argentina como Amigos con derechos. Pero la breve lista no resume todo. El film, de apariencia inmoral, observa en todo momento una moral estricta, sacramental, casi puritana. Porque si bien todos cogen con todos hay un punto donde el libertinaje aparente debe ceder a la ideología dominante, esto es, una cosa es divertirse un rato y muy otra el deber ser, o sea, ponerse de novios de manera formal. A esto último apunta claramente la película. Nada del amor loco que defendían los surrealistas. Mucho menos el romanticismo anárquico que proponía Le grand Meaulnes o los chicos del Mayo Francés. Lo que se impone en Amigos con derechos es la pareja clásica, recontraburguesa, que cumpla bien los deberes que la sociedad le impone. No habría que engañarse con tanta espontaneidad, franqueza oral y bombachita veloz. Los aparentes enemigos de Bin Laden son igualitos a él.
L.

Someone else


Conocer a alguien nuevo -por amor, amistad o ambas cosas- puede ser tan emocionante como el primer encuentro con el mar. Todo resulta encantador y abierto a infinitas posibilidades. Pero ese contacto inicial -también- es como acercarse a la cara luminosa de la luna y descubrir su cara oscura. La parte sombría, arrugada y llena de agujeros nos causa incomodidad y, en ocasiones, hasta ganas de tomar distancia. Nos preguntamos entonces si no nos habremos equivocados. Nos preguntamos si no hubiera sido mejor permanecer solos y seguir soñando con un jardín poblado de flores, duendes y cascadas. No tardamos en saber que conocer a alguien nuevo es aprender a soportar lo diferente, sucio e incompleto del otro y de nosotros mismos. El dilema está planteado. Habrá que elegir.
L.  

Tu parte insegura

Un desenfreno muy antiguo


Continuando la lectura de La Odisea (son quinientas páginas) descubro que  las diosas de hace tres mil quinientos años no tenían inhibiciones morales de ningún tipo. Mientras en Itaca una horda de varones encendidos trataba de seducir a la fiel Penélope, en Egigia la divina Calipso no dejaba de "yacer" (verbo preferido por Homero para decir algo peor) con Odiseo. Lo mismo hacían si podían las ninfas de hermosas trenzas, Hera, Tetis, Nausícaa, Afrodita, Leucoteca y otras divinidades sedientas de mezclar fluidos y encantos con los mortales. Me pregunté a qué podía deberse que en una época tan remota (siglo VIII antes de Cristo) el machismo imperante en Atenas fuera insuficiente para apagar el desenfreno sexual de las mujeres. La respuesta vino demasiado pronto. Todavían no había llegado al mundo la ira de Dios, las iglesias, el Vaticano, la culpa, el castigo y la rara noción de pecado original.
L.

viernes, 25 de febrero de 2011

Para bajar a tierra I


Lo primero es ir al baño, ducharse, vestirse, desvestirse, tomar mate o café, encender la computadora, apagarla, volver a prenderla. A continuación subir la persiana, comprobar si llueve o brilla el sol, caminar en una dirección, después en otra, y finalmente parar en un lugar. Lo segundo es lo anterior a lo tercero. Darle agua a los niños, alimentar al gato y a los peces, comprobar el estado de las goteras en el techo. Es importante no abrir el álbum de fotos. Cerrar todos los cajones y los libros prohibidos. Guardar las botellas de ayer, sacar las de hoy, lavar los platos engrasados y poner la mente en blanco. Pensar en nada y meter la ropa sucia, y a nosotros mismos, en el canasto de mimbre. Entre olores, elásticos rotos y manchas de amor caído alcanzaremos, por fin, la tierra.
L.   

Para bajar a tierra II


Lo primero es leer el diario. No en papel sino en pantalla. Un rato nomás. Los diarios mienten. Pero debemos saber (al menos) si se acaba el mundo. De inmediato cambiar a Suspendelviaje. Pero sin exagerar. Una sobredosis puede ser fatal. El siguiente paso es viajar en tren, subte o colectivo. Celulares, cuerpos apretados, sudor, pornografía barata y admitida socialmente. Después la oficina. Nada más terrenal que eso. Hablar mal de alguien, mirar por la ventana, atender el teléfono, hacer un chiste sobre el culo de la recepcionista. Después mirar vidrieras, cenar, sacar la basura, leer unas páginas de Rayuela. Para bajar a tierra, finalmente, uno puede irse a dormir. Quién sabe. La misma cama que fue un infierno alguna vez puede convertirse, de manera imprevista, en el paraíso encontrado.
L.

Para subir al cielo


La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra. Es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela de caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo. Lo malo es que a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta del zapato.

Julio Cortázar / Fragmento de Rayuela

Lo que queda

Lo que queda es con lo que empiezas, leí una vez. ¿Pero acaso queda algo de todo lo vivido y lo sufrido? Veo cien, doscientos, no sé cuántos libros en mi biblioteca. ¿Recuerdo al menos una frase de ese mar de palabras? Visité cien, doscientos, no sé cuántos lugares en mi vida. ¿Pude retener al menos la corteza de un árbol? ¿Y de las cien mujeres? ¿Y de las trescientas clases? ¿Alguna lección aprendida? Lo que queda es con lo que empiezas. Pero...¿y si no quedara nada?
L.

jueves, 24 de febrero de 2011

Caminata en blanco y negro

Simetrías del cuerpo


Julio Ramón Ribeyro observó que en el cuerpo se cumplen extrañas simetrías. Tenemos dos ojos, dos orejas, dos orificios nasales, dos series de dientes numéricamente exactos, dos amígdalas, dos clavículas, dos bronquios, dos pulmones, dos omóplatos, dos tetillas, dos brazos, dos riñones, dos caderas, dos nalgas, dos piernas, dos testículos, dos manos, dos pies, dos juegos de costillas. ¿Quién habrá implantado un orden binario que parece nacido de un pensamiento previsor? ¿Y por qué los dúos conviven con miembros únicos como la lengua, el esófago, el estómago, el corazón, el hígado, la vagina, el pene, el ano? Hombres y mujeres somos una perfecta combinación de lo solitario y lo doble. Por eso a veces necesitamos la soledad, Y por eso, también, la detestamos.
L.

La gran interrupción


El celular o móvil, como lo llaman en España, llegó para quedarse. Está en el baño, en el bar, en el hotel de paso, en las escuelas. Los brazos de todas las personas se doblaron para siempre. Una de las orejas ya no quedará nunca destapada. Las mujeres lo envuelven con los dedos como si se tratara de un miembro deseable. Los hombres sienten que el poder se asienta fuerte en el diminuto rectángulo. Hubo un tiempo que fue hermoso pero se terminó.
El celular -gran interrupción de la vida- llegó para quedarse.
L.

El último ignorante

Cansado de rodearse de gente que sabe todo (porque todos saben todo) el último ignorante decidió cambiar de vida. A partir de entonces ya no comió manzanas sino frutas redondas de carne blanca y cáscara verde, o roja, que al ser mordidas se quiebran ligeramente. No supo qué cosa es el pasto y mucho menos su color. Le preguntaron por el amor y apenas recordó un cuerpo borroso y un camino bajo el sol. Pero ni siquiera entendió el significado del recuerdo. Palabras simples como casa, luna, perro, mujer, muro, teclado perdieron para él todo sentido. El último ignorante ya no tiene ideas sobre nada y sobre nadie. Pero está dispuesto a tenerlas.
L.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Trabajos de amor perdidos


Veo a Lenna derivando por el bosque. La veo soltándose el pelo para volver a sujetarlo. Ella alcanza una rama larga, la libera de espinas y se dirige hacia un claro junto al río nervioso. Un vendaval de flores la protege del mundo y la caminata se desvía. Tal vez haya una cima, un sendero de tablas partidas, el inútil aullido de un perro, un beso imprevisto. Toco la fruta con la lengua y lentamente se deshace. No voy a llorar por un amor acabado, dice Lenna en la partida. Y la veo alejarse y borrarse y perderse entre los árboles.
L.

Besos prohibidos en el cine

Informe sobre ciegos


El amor no es ciego. Al contrario. Abre grandes los ojos y las piernas y los brazos. Lo que cambia es la perspectiva. Eso que para el mundo es la verdad objetiva para el enamorado es lo más artificial. Eso que para los demás es una locura (error, mentira, ilusión) para el amante es lo único verdadero. Los enamorados se desnudan uno frente al otro y cada uno frente a sí. ¿Dónde está la ceguera entonces? Los que no aman -en cambio- raramente observan como deben. Son ciegos de cuerpo y alma. Son ciegos por no entregarse.
L.

El otro cielo I


Hay un cielo bajo del que no podemos prescindir. Es tan necesario como el aire que respiramos. Pero vivir a nivel del mar resulta insuficiente. Eso cualquiera lo sabe. Si el cielo bajo alcanzara no haríamos todo lo que hacemos. No leeríamos libros, no escribiríamos en secreto, no nos enamoraríamos, no tendríamos momentos de angustia y desesperación, no nos atraería tanto lo prohibido. Buscamos entonces el otro cielo, el que está lejos, el que nos justifica. Pero cuando llegamos descubrimos que ahí no se puede vivir. Que tanta maravilla es divina pero también cansa. Tarde o temprano damos con la fórmula ideal. El punto es la mezcla.
L.

El otro cielo II

martes, 22 de febrero de 2011

Una buena razón para escribir


La vida es como si un actor representara su obra sin ensayo previo, es decir, sin posibilidad alguna de practicar antes la obra que intenta ejecutar. En el mundo real nadie puede ensayar para hacer el amor, tener un hijo, convivir, casarse, estudiar, viajar, morir. La gran ventaja de la escritura sobre la vida, por eso mismo, es la posibilidad que ofrece de experimentar con todas o casi todas las versiones posibles de la experiencia. Un texto puede ser reescrito infinitamente. La literatura -resume Kundera- es el espacio privilegiado para los borradores de la vida.
L.   

Un borde muy fino


La amistad y el amor están siempre a punto de caer. La frontera que separa al vínculo entre dos personas es más fina que un cabello. Una palabra mal dicha alcanza para llevar todo al desastre. Un gesto ligero. Un mail escrito a las apuradas. No pensamos en el momento que todo está en riesgo. Olvidamos de pronto que debíamos cuidar cada brizna de hierba como si fuese la última. No lo pensamos. Dejamos gratuitamente que se apague el fuego que tanto costó encender. Y tras el apagón, qué pena, ya es tarde para volver.
L.

Estación Esperanza I

Estación Esperanza II


Cuando pensábamos que ya nada cambiaría en este planeta, cuando ya ni leíamos los malditos diarios, cuando habíamos decidido no ocuparnos más del mundo exterior y sumergirnos en nuestras dudas existenciales, nuestros amores incompletos, nuestras angustias de siempre, apareció en el horizonte la gran revolución egipcia. Creímos al principio que se trataba apenas de una revuelta de blogueros. Pero no fue así. En ese país del norte africano está produciéndose una revolución total. Los de arriba ya no pueden gobernar y los de abajo no parecen dispuestos a tolerar más obstáculos en la conquista de la libertad y la justicia. Habrá que seguir atentamente ese proceso. ¿Quién dijo que todo está perdido?
L.

La plaza del mundo


Dos perros se huelen profundo y hondo en la plaza. Después uno de ellos sube sobre el otro y los demás hacen como si nada. Un hombre de uniforme coloca sillas negras  a un costado. En un banco una pareja hace lo que haría en un cuarto de hotel. Pero, por alguna razón, a los perros les sale más natural. Una joven lee un libro apoyada contra la dura corteza de un árbol. Dos niños demuestran con una piedra que se cumple la ley de gravitación universal. Todo cae hacia abajo en la plaza del mundo hasta que de pronto, alguien, camina y se hunde en la noche para siempre.
L. 

lunes, 21 de febrero de 2011

Taller de escritura


Leo, corrijo, observo textos compuestos por alumnos de un nuevo taller de escritura. Me asombra todo lo que puedo saber de ellos viendo apenas cómo construyen las frases. Ni siquiera importa el tema. Es la forma, la sintaxis, la fuente principal del contenido. No se trata de mostrar zonas prohibidas. Al contrario. La escritura es un streaptease al revés. Los autores empiezan desnudos y terminan vestidos. Algunos se enroscan demasiado en el camino. Se los digo. No deben desnudarse en la escritura sino desanudarse a través de ella. Vacío y plenitud. Y más aún. Claridad para nombrar la noche.
L.

Cuando solo decimos adiós


Vivir es despedirse. La muerte se manifiesta no tanto en una sala de terapia intensiva sino en un sinfín de separaciones menores y casuales. Es una cadena invisible. La primera muerte es el nacimiento. Las demás son pérdidas que se van camuflando de distintas formas. Una calle que se recorre por última vez, un beso apurado y frío, una decisión que parece intrascendente. Anda suelta la muerte por el mundo. Y esto pueden entenderlo solamente las personas que sienten la vida más que nada y que nadie en el mundo.

L.

Silvio instrumental

Arte de lo singular


A diferencia de la experiencia viva todo concepto (llámese hombre, mujer, piedra, casa) tiene el defecto de ser abstracto. El pensamiento artístico, en cambio, sólo se nutre de lo singular en cualquiera de sus formas. Lo singular. Lo concreto. Lo real que además es único y raramente obedece a leyes generales. Lo concreto no se parece a nada. Flaubert decía que cualquier cosa, mirada un tiempo suficiente, se vuelve interesante. Si se aplica a fondo esa teoría se comprenden tantas parejas que desde afuera parecen imposibles y sin embargo existen. ¿Por qué? Porque los dos no se han visto como abstracciones sino como singularidades. Y porque se han mirado lo suficiente como para verse interesantes y deseables.
L.  

domingo, 20 de febrero de 2011

Noticias de un asteroide olvidado


Cuando los amigos de antes se han convertido en fotos de fans o seguidores, cuando solo triunfa la gente importante y apurada, cuando los amantes se separan por facebook, Le petit prince resuena como un trueno que también es un grito del espíritu. Releer hoy El principito es acceder a una proclama incómoda y subversiva. Por algo lo prohibió la dictadura. Por algo el libro sigue guardado en el estante más alto de la biblioteca. Recordemos el mantra. Crear lazos, amar, domesticar, respetar los ritos, no apagar con pastillas la sed de agua real, dejar de contar estrellas como si fueran hamburguesas, pensar en la rosa que sigue esperando por nosotros en el asteroide B612. Allá resiste el principito ahora. Todo está por hacerse y no hay nada que ver. Lo esencial es invisible a los ojos.
L.

La soledad del blog


¿Por qué ya nadie comenta los posteos de este blog? Sabemos que nos visita un promedio de 150 personas al día. ¿Por qué nadie dice nada a favor, en contra o en el medio? ¿Será cierto lo de los 150 o se trata de una broma de mal gusto inventada por nuestro contador? No hay dudas. Debe ser esto último. No entra nadie en Suspendelviaje. Ni uno. Mejor. Ahora que lo sabemos diremos, por fin, la verdad.
L.

sábado, 19 de febrero de 2011

Basada en hechos reales


Parece que las películas son más valiosas si se basan en hechos reales. Al menos eso se lee al pie de los afiches publicitarios que se ven en los cines. Basada en hechos reales, dice en letras muy grandes como si eso fuera una probada garantía de calidad. Algo parecido sirve de fundamento a novelas y pinturas pésimas. También a muchas crónicas periodísticas que se presentan como totalmente objetivas y explícitas. Varios blogueros, escritores famosos y redactores de perfiles de Facebook se jactan de lo mismo. Lo que escribo, dicen, es la pura verdad. ¿Pero eso a quién le importa? Obras capaces de cambiar la vida de cualquiera (el Quijote, La Odisea, Hamlet o Pedro Páramo, entre otras) no se basan en "hechos de la realidad". ¿Será por eso que son inolvidables?
L.

La última tentación de Ulises


Ulises, el héroe de La Odisea, decidió privarse del bocado para salvar el banquete. Las ninfas, las esclavas que lo bañaban, las nueve musas y la diosa Calipso -todas juntas o separadas- se le entregaban con amorosa y cordial disposición. Calipso, la más linda de todas, lo ató a su cama para gozarlo y no sentirse tan sola en las noches. Hasta le prometió inmortalidad si se casaba con ella. Pero Odiseo, o Ulises que es igual, rechazó la tentadora oferta. Desdeñó la opción de convertirse en dios para experimentar -en cambio- una vida libre, absurda y peligrosa. Mejor ser libre que inmortal, pensó.   
L.

Bach para un sábado lluvioso

El que no aprende nunca


El que no actúa se pone a salvo de equivocaciones. Quien evita el fuego no se quemará. El que no ama no sufre. El que no aprende nunca toca el fuego, ama y actúa. De él será el reino de los cielos.
L.

jueves, 17 de febrero de 2011

Fotografía


En un día frío, tregua del verano, busqué la cámara y llegué al mar. Caminé hasta la escollera y ahí los encontré. Eran tres. Quizás cuatro. Estaban cubiertos de fango. Carcomidos por los peces. ¿Hombres o mujeres? No sé. Lo que quedó en el negativo se borró en la memoria. Las sirenas me alertaron. Ya todo el pueblo sabía. Subí por el médano y atravesé el bosque. Pensé que el mar no es refugio para el pecado. Sólo es fiel a su eterna oscilación. El mar vomita lo que no es del mar. Envuelve, prueba, abandona. Deja en la intermitencia de su orilla lo que nadie quiere ver.
Andrea

La luna y la verdad


Las jóvenes irlandesas veían en la luna el rostro de su futuro amor. Los puritanos de Boston a un duende maléfico. Los nativos de Samoa a una anciana hilando nubes. Los chicos de hace treinta años a la sagrada familia rumbo a Egipto. Galileo, el más grande escritor en lengua italiana de todos los siglos, prefirió hablar con precisión ascética de lo que alcanzó a vislumbrar con su humilde telescopio. Puede entenderse la devoción lunar de los poetas. Pero...¿por qué negarle valor poético a los mares llenos de arrugas y agujeros? ¿Por qué oponerse a la luna real? Repensar la luna. Repensar la verdad.
L.

Amor, deber y placer


Los japoneses separan el círculo del deber, en donde ubican a las mujeres con las que se han casado y tienen o tendrán hijos, del círculo del placer. Este último está compuesto por las geishas. La esposa lo ve natural y hasta puede ayudar al marido a encontrar una geisha adecuada. El esquimal ofrece su mujer al viajero para que de noche duerman juntos. Si el visitante se niega el dueño de casa se ofende y le pega con un palo. Para los esquimales lo normal es pensar que si un hombre llega helado adonde no hay calefacción el mejor modo de aclimatarse es el cuerpo humano. Ofrece entonces a su mujer dado que esa opción resulta mil veces preferible a que el viajero se acueste con otro hombre, el marido, o con una foca. Ambos casos pueden ser mal vistos desde una concepción moral amasada por tal o cual época o sociedad. Pero no habría que olvidar que la moral es una construcción histórica ambigua y muy cambiante.
L.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Las mujeres


Dice Abelardo que una gran virtud de las mujeres es la de hacernos recordar, de algún modo, que venimos de su vientre. Hasta cuando hacemos el amor con ellas se ocupan de subrayarlo. Se diría incluso que en el fondo desean volver a meternos adentro. Bien en el fondo. Resulta imposible odiarlas o querer prescindir de su compañía. Pero, como también dice Abelardo, tampoco puede negarse que dan miedo.
L.

Todas las cartas de amor son ridículas

La peor pregunta


La peor pregunta es para qué. Para qué escribir, para qué tener hijos, para qué enamorarse, para qué separarse, para qué estudiar, para qué viajar, para qué ésto, aquello y lo de más allá. La respuesta no podría ser más desalentadora. Para nada. El mundo no necesita que ninguna línea sea escrita, tampoco requiere de nuevos habitantes, enamoramientos, estudios, acciones y pensamientos de ninguna especie. Si aún así algo de todo eso existe o persiste se debe exclusivamente a nuestro deseo de hacerle un lugar. Conclusión. La mejor respuesta a la peor pregunta es el deseo.
L.

Vivir en otra época


Me dice Andrea que le hubiera gustado vivir en mi época. Le digo que no existe nada llamado mi época. Pero es inútil y ella insiste. En tu época, dice, había sueños de un mundo mejor, la gente creía en la posibilidad de cambiar algo y ahora nadie cree ni en su propia sombra. Le digo que no exagere pero mientras hablo pienso en qué época me hubiera gustado vivir. Le digo a Andrea que me hubiera gustado vivir en su época, es decir, ahora. Y así todo y todo así.
L.

El jardín de Paula

martes, 15 de febrero de 2011

Todo sigue


Una compañera de trabajo atiende el teléfono. No sé con quién habla pero oigo su voz. Y dice. Todo continúa. Y dice. Las vacaciones son lindas. Y dice. Lástima que se terminan y entramos en la rueda. Y dice. No podemos salir hasta el año que viene. Y dice. Por suerte sigue todo igual. Y dice. ¿Los chicos bien? No escucho más nada.
L.

Todo cambia


La vida es posible porque no está hecha. Todo está siempre por hacerse. Lo mismo podría decirse del arte en general. Y también de las personas. Hombres y mujeres no "son" debido a que cambian de manera constante. Solo "es" lo que ha muerto. Lo que vive no es. La literatura, aún la de muy alta calidad, es a lo sumo un borrador. Un buen libro es el mejor borrador que se haya escrito. La versión definitiva de algo, cualquier cosa, no existe ni existirá jamás. 
L.

Lila canta en Lisboa

La mentira artística


Para poder decir una verdad cualquiera, por mínima que sea, el arte debe mentir con total irresponsabilidad. Eso lo entienden mejor los pintores y los poetas que los narradores. Picasso, por ejemplo, necesitó dibujar a veces una manzana en lugar de una boca en el rostro plano de una mujer. No lo  hizo para hacerse el vivo sino para seguir cierta rutina de formas y tonalidades. Ninguna melodía de Mozart es cierta, es decir, no refleja objetos, muebles y ni siquiera pensamientos. Los zapatos de Van Gogh no son zapatos. ¿Por qué entonces debemos soportar, en literatura, cine o teatro, una escena larga y anodina donde varias personas se sientan a tomar café? ¿Qué tiene que ver esa burda copia de lo real con lo que verdaderamente importa en la vida? La mentira artística es casi la única aproximación a la verdad que va quedando en este mundo.
L.

lunes, 14 de febrero de 2011

La señal


Se siente en el aire que el verano se despide. Lo hace lento pero lo hace. Y con él se despiden también las vacaciones o la sensación de estar de vacaciones. El futuro inminente se percibe sobre todo en la piel de las mujeres. La marca blanca, difusa, de un bretel ausente, brilla como sendero delgado en el tiempo. Mujeres que hasta hace poco estaban casi desnudas en la playa ventosa esperan ahora el colectivo o el subte o se ponen al día en el supermercado. Algo tan insignifcante como eso. La marca pálida y leve de un bretel convertida en el raro anticipo de un verano que se aleja.
L.

domingo, 13 de febrero de 2011

Una larga fila de colombianos


Entre junio de 2006 y diciembre de 2010 la fiscalía de Colombia documentó la escalofriante cifra de 173.183 homicidios y 34.467 desapariciones forzadas cometidas por grupos paramilitares en la última década. Pero hay más "números" a considerar: 74.990 comunidades desplazadas, 3.557 menores de edad reclutados, 3.532 extorsiones, 3.527 secuestros, 677 casos de violencia contra mujeres. Pese a que el informe fue publicado por el diario colombiano El Espectador el 13 de enero del presente año, la vida en el hermano y hermoso país siguió como si nada. Ni un editorial de prensa ni un pronunciamiento de la Iglesia ni una disculpa de las Fuerzas Militares ni un murmullo de las ONG. Silencio total. El periodista Alfredo Molano calculó que si todas las víctimas juntas fueran fusiladas una a una la fila se extendería por alrededor de 170 kilómetros. Es la distancia que hay desde Bogotá a Tunja. O de Cali a Popayán. O de Medellín a Honda. Y si se metieran todos los desaparecidos en un mismo sitio se formaría un pueblo tan grande como Yarumal, en Antioquia, Zarzal, en Valle, y Guaduas en Cundinamarca. No se oyen estos datos en las fiestas de Bogotá, Santa Marta o las playas próximas a la bella Cartagena de Indias. Apenas y solamente se habla de las muertes producidas por las Farc.
L.

Ir al punto


Escribir bien no es llenar sino vaciar. Un buen texto se enriquece cuando se elimina de él todo lo eliminable. La prosa deber sonar como una melodía fluida, rara, perfecta. Eso no depende del uso de palabras bonitas sino de la limpieza extrema. No se trata de escribir duro (sin gracia) sino ceñido e intenso. No se trata de adornar o dar rodeos sino de ir al punto de la manera más directa y llana posible.
L.

sábado, 12 de febrero de 2011

Día de los enamorados II


¿Habrá que estar enamorado para celebrarlo? ¿Habrá que tener ganas de enamorarse? ¿Habrá que haber estado enamorado alguna vez? Y en el caso de tener pareja...¿habrá que regalarle un chocolate? ¿Pasar la noche en un hotel con jacuzzi? ¿Compartir una cena romántica y vivir momentos mágicos? Una publicidad de Sprite dice que en el día de San Valentín hay que ser rápido, es decir, todo lo contrario de lento. El mensaje es confuso. Las preguntas de este post también lo son. Hay tiempo hasta la noche para responder.
L.

Odisea como reality


La Odisea -novela fundante de la literatura universal- puede leerse como un perfecto reality. Atenea, Zeus, Poseidón (o Posidón), Calipso, Polifemo y otros dioses son espectadores que votan por teléfono la permanencia o no de Ulises en la casa. Los movimientos heroicos de Odiseo son seguidos paso a paso por las divinidades olímpicas cual si se tratara del argumento de The Truman Show. Los televidentes de hace tres mil años intentan digitar los pasos de Ulises. No saben, sin embargo, que el célebre viajero tiene cierto margen de libertad individual. No se deja seducir por las sirenas o las ninfas ninfómanas, no permite que los cíclopes lo devoren, reacciona con inteligencia cada vez que alguien intenta frenar su regreso a Ítaca. En este punto el Gran Hermano de Homero (que no es Simpson) supera ampliamente a los patéticos programas ideados para voyeurs. Odiseo, como Truman, consigue romper la red divina y prefiere el mundo real a la fama. Conviene, en suma, apagar la tele y encender el maravilloso y muy aleccionador poema homérico.
L.

Palabra

Erotismo y literatura


El erotismo, un clásico de Georges Bataille, coloca a la literatura directamente en el lugar del mal. Lo más oscuro y voluptuosamente siniestro de la vida iría a parar, según esa visión, al infinito universo de la palabra escrita. Dentro de ese marco la composición erótica sería algo así como la demostración de una hipótesis. Por algo la narrativa del sexo empieza y termina en el cuerpo, materia sensual pero definitivamente corruptible y mortal. Y por algo, también, los franceses denominan al orgasmo pequeña muerte. Porque por más fuerte y decidida que sea la intención de un amante o un autor en el camino de recrear la ilusión de que el sexo puro existe, queda siempre, como flotando encima de las palabras y los actos ardientes, la sensación evidente de un mundo incompleto.
L.

viernes, 11 de febrero de 2011

Verdades imprevistas


Las verdades más profundas asoman en los actos más triviales. Jamás en las declaraciones solemnes. Menos en las entrevistas de los diarios, la radio o la televisión. Tampoco en los discursos realizados “para que la gente entienda”. Las verdades más vivas aparecen en las horas muertas. Un bostezo del héroe, una mueca horrible de la mujer fatal, un insulto imprevisto, un gesto al pasar. Lo más sucio y visceral de una persona se revela en el accidente. Jamás en la continuidad. Casi siempre en el acto y raramente en las palabras. Pero ni ellas se salvan. Se empieza cediendo en el lenguaje -advertía Freud- y se acaba cediendo en los hechos.    
L.

Egipto y el mundo


La dimisión forzada y forzosa de Mubarak a la presidencia de Egipto abrió una situación inesperada en ese país gobernado por largas opresiones. Más allá de cómo se den los futuros acontecimientos políticos ahí (Occidente ya mueve sus fichas para asegurar la continuidad del rais por otras vías) la caída del faraón significa una contundente victoria del pueblo egipcio. Una esperanza para el mundo también. No todo está escrito en la historia. Ningún podrido poder puede eternizarse sin pagar por ello. La gente en la calle todavía tiene opción a decir su palabra y cambiar, así sea parcialmente, el estado de cosas. Una flor nueva acaba de nacer en El Cairo. Habrá que tomar debida nota del acontecimiento.
L.

¿Felices los otros?


Solemos pensar que los demás la pasan bien. Nosotros no. Los demás sí. Sobre todo si son ex parejas. Seguramente ellas o ellos están viajando por las islas griegas, ya tuvieron sexo varias veces y en las posiciones más exóticas, ya se disponen a tomar sol felizmente en una playa nudista y exclusiva. Nosotros, en cambio, seguimos en la puta ciudad, trabajamos todos los días, cargamos la pesada cruz y no resucitamos nunca. Pero no es así. Ni felices los otros ni infelices nosotros. Todos pagamos peaje en la autopista del sur. Nadie -ni siquiera los elegidos- se salva del odioso trámite.
L.

Mujeres de Atenas

La mujer absurda


No siempre la mujer debe actuar como mujer. A veces necesita ser hombre, niña, flor, pez, nave espacial. La mujer absurda puede ser madre sin pensar por ello que su misión terrestre se ha cumplido. También puede escribir, cantar, ser amante, bloguera, ama de casa, juez o ingeniera civil. Puede, también, ser obrera de la construcción. La mujer absurda renuncia a ser princesa. No tolera que su hombre sea también su padre. No se casa jamás con torturadores y defiende la justicia en todas sus formas. La mujer absurda no enloquece si un día no llega al orgasmo. Pero se vuelve intolerante, casi explosiva y oscura, si se frustra en el amor.
L.

El hombre absurdo


Anteriormente se pensaba que la vida, para ser vivida, debía tener un sentido determinado. Ahora se piensa con razón que, por el contrario, se la vive mejor gracias a que no tiene sentido, es decir, porque es absurda, es decir, porque el significado está en manos de cada cual. Vivir una experiencia es aceptarla plenamente sin pensar en la posteridad. El hombre absurdo se deja tomar por su tiempo y actúa en vez de esperar. No hace grandes planes. Poco importa para él cómo se presenten las cosas. Le importa, sí, qué hacer con ellas.
L.

jueves, 10 de febrero de 2011

Amor sin lugar


Las demandas de amor no son el amor. Son demandas. Las canciones de amor son canciones. Los actos de amor son una mezcla de acciones físicas y espirituales. Las cartas de amor son cartas. El día de los enamorados es un llamamiento colectivo al dios ausente. El discurso amoroso es discurso. Bautizar una relación sexual como hacer el amor es, también, absurdo. Se supone que el amor ya está hecho. Y si hay que hacerlo no existe. Y si no existe, ¿por qué no admitirlo? Conclusión. El amor no tiene nombre ni tiempo ni lugar.
L.

Desde afuera del mundo


Tengo la sensación, a veces, de estar afuera del mundo. No me jacto del alejamiento involuntario. Al contrario. Lo padezco. Pero así me siento. Veo una mujer que camina en la vereda como si corriera. Habla por celular como si en eso se le fuera la vida. No la entiendo. ¿Cómo puede sostener una conversación tan larga? Veo gente en los bares. Hombres y mujeres ríen y gesticulan durante horas. No los entiendo. No sabría cómo participar de algo así. Un colectivero y un motociclista se están matando en la calle. Nadie interviene. No entiendo el sentido de la escena. Escribo una vez más en este blog. No sé por qué lo hago o si soy yo quien lo hace. Sensación de ajenidad, ser otro, vivir en otra parte y hacer como si estuviera acá.
L.

Fruta fresca de Colombia

Erotismo y pensamiento


Estrechamos un cuerpo en nuestros brazos, lo abrazamos, llegamos a momentos de increíble intimidad. Creemos, por fin, haber llegado al fondo del fondo. Pero no sabemos jamás qué pensamientos se generan en el otro con el cual nos vinculamos. En la unión erótica sucede con frecuencia que la corriente de pensamiento transcurre lejos, sí, en otra parte. Debajo de la sonrisa de satisfacción, goce o agradecimiento sexual puede esconderse la verdad del aburrimiento, la indiferencia o incluso la repulsión. Pero, ¿para qué hablar de eso?
L.