domingo, 13 de febrero de 2011

Ir al punto


Escribir bien no es llenar sino vaciar. Un buen texto se enriquece cuando se elimina de él todo lo eliminable. La prosa deber sonar como una melodía fluida, rara, perfecta. Eso no depende del uso de palabras bonitas sino de la limpieza extrema. No se trata de escribir duro (sin gracia) sino ceñido e intenso. No se trata de adornar o dar rodeos sino de ir al punto de la manera más directa y llana posible.
L.

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