lunes, 21 de febrero de 2011

Cuando solo decimos adiós


Vivir es despedirse. La muerte se manifiesta no tanto en una sala de terapia intensiva sino en un sinfín de separaciones menores y casuales. Es una cadena invisible. La primera muerte es el nacimiento. Las demás son pérdidas que se van camuflando de distintas formas. Una calle que se recorre por última vez, un beso apurado y frío, una decisión que parece intrascendente. Anda suelta la muerte por el mundo. Y esto pueden entenderlo solamente las personas que sienten la vida más que nada y que nadie en el mundo.

L.

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