Al leer no buscamos ideas nuevas sino confirmaciones de las que ya teníamos. Lo mismo pasa cuando viajamos y también en el amor. Más que conocimiento deseamos disfrutar otra vez de lo ya visto. Mejor malo conocido que bueno por conocer, dice la gente. Y si bien vivir es desviarse, ese desvío se convierte en un rodeo destinado a recuperar el mismo sendero que recorrimos toda la vida.
L.
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