viernes, 11 de febrero de 2011

La mujer absurda


No siempre la mujer debe actuar como mujer. A veces necesita ser hombre, niña, flor, pez, nave espacial. La mujer absurda puede ser madre sin pensar por ello que su misión terrestre se ha cumplido. También puede escribir, cantar, ser amante, bloguera, ama de casa, juez o ingeniera civil. Puede, también, ser obrera de la construcción. La mujer absurda renuncia a ser princesa. No tolera que su hombre sea también su padre. No se casa jamás con torturadores y defiende la justicia en todas sus formas. La mujer absurda no enloquece si un día no llega al orgasmo. Pero se vuelve intolerante, casi explosiva y oscura, si se frustra en el amor.
L.

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