jueves, 17 de febrero de 2011
Amor, deber y placer
Los japoneses separan el círculo del deber, en donde ubican a las mujeres con las que se han casado y tienen o tendrán hijos, del círculo del placer. Este último está compuesto por las geishas. La esposa lo ve natural y hasta puede ayudar al marido a encontrar una geisha adecuada. El esquimal ofrece su mujer al viajero para que de noche duerman juntos. Si el visitante se niega el dueño de casa se ofende y le pega con un palo. Para los esquimales lo normal es pensar que si un hombre llega helado adonde no hay calefacción el mejor modo de aclimatarse es el cuerpo humano. Ofrece entonces a su mujer dado que esa opción resulta mil veces preferible a que el viajero se acueste con otro hombre, el marido, o con una foca. Ambos casos pueden ser mal vistos desde una concepción moral amasada por tal o cual época o sociedad. Pero no habría que olvidar que la moral es una construcción histórica ambigua y muy cambiante.
L.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario