martes, 8 de febrero de 2011

Sexo, vida y escritura


Lorena -alumna de un taller de escritura- dice que no hizo los deberes porque su vida está muy tranquila últimamente. No tiene conflictos familiares, no se pelea con nadie, no tuvo sexo, no sale con chicos. Hasta pensó en conseguirse un novio para ver si escribe algo. Dado que es mi alumna le respondí como corresponde. No escribimos porque haya motivos para hacerlo, le dije. Tampoco porque estemos enamorados o enojados o desesperados. Escribimos porque la vida, con o sin amor, con o sin trabajo, con o sin sexo, con o sin viajes, nunca nos alcanza. La escritura es un arte cuya relación con la experiencia es indirecta. Le dije a Lorena que escribir es un oficio lento y esforzado sin horizonte a la vista. El premio consiste en el acto de ejercerlo. Más allá de eso, diría Pavese, la literatura es una defensa contra las ofensas de la vida.
L.

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