Ulises, el héroe de La Odisea, decidió privarse del bocado para salvar el banquete. Las ninfas, las esclavas que lo bañaban, las nueve musas y la diosa Calipso -todas juntas o separadas- se le entregaban con amorosa y cordial disposición. Calipso, la más linda de todas, lo ató a su cama para gozarlo y no sentirse tan sola en las noches. Hasta le prometió inmortalidad si se casaba con ella. Pero Odiseo, o Ulises que es igual, rechazó la tentadora oferta. Desdeñó la opción de convertirse en dios para experimentar -en cambio- una vida libre, absurda y peligrosa. Mejor ser libre que inmortal, pensó.
L.
L.
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