Ignorar una verdad evidente (por más relativa y parcial que resulte) es una estupidez. Conocer esa verdad y ocultarla es un crimen. Aún así quedaría por resolver una cuestión. ¿Saber la verdad vuelve más feliz a la gente? Hay buenos argumentos para pensar que no. Los que deciden hacerse los tontos, para no decir los boludos, alcanzan una especie reconocible de felicidad. Los que resuelven vivir sabiendo, en cambio, alcanzan una especie reconocible de angustia o tristeza. Esta última opción fue y sigue siendo la elegida por los autores de Suspendelviaje. Pesimismo en la idea. Optimismo en la acción.
Andrea y Luis
una verdad, cualquier verdad, puede desmoronarse en cualquier momento...
ResponderEliminarelena
Creo entender a qué verdad se refieren, por eso los sigo y prefiero vivir sabiendo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
la verdad y el saber no son la misma cosa, Elena; creo.
ResponderEliminarYo estoy del lado de la frontera de los autores de éste blog, y comparto que es algo más triste y angustiosa que la boludez. Pero la sigo eligiendo, claro! también es cierto que ya no tengo retorno. Cuando salís de la isla y ves la isla, ya nada es igual.
EXACTO. Adhiero a esta posición, como dice Dolina "Ser feliz al precio de ser un imbécil, no paga".
ResponderEliminarbesos,
Pao.