sábado, 30 de octubre de 2010

Los leñadores


Hasta hace tres o cuatro días los leñadores argentinos estuvieron talando árbol tras árbol. Lo hacían con furia desde sus diarios, sus canales, sus jueces, sus campos y sus podridos poderes de siempre. Ahora, sorprendentemente, los lobos de Caperucita se tornaron dulces y comprensivas ovejas. Hablan incluso muy bien del bosque y anuncian, mientras secretamente afilan sus hachas nunca del todo guardadas, la llegada de un nuevo tiempo político. Los leñadores han sido los eternos y verdaderos monarcas de este país trágico. Y como tales se comportan. Hay algo, sin embargo, que ninguno de ellos ha observado con suficiente atención. Aún con troncos débiles, caídos o a punto de caer, el bosque se ha llenado de duendes inesperados. Los leñadores tendrán que cuidarse. El viento del pueblo, una palabra olvidada, ha empezado a soplar entre las hojas.
L.

3 comentarios:

  1. hace tiempo que vengo oyendo el viento del pueblo, como vos decis.saben que el poder está podrido.todo por igual.en todos por igual.

    Maria Rosa

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  2. la idea de "todos por igual" es peligrosa. hay gente q dice que a ferreyra lo mató "el sistema". si aceptamos esa idea los asesinos concretos quedan liberados de culpa. bush no es exactamente igual a obama. macri no es exactamente igual a cristina aunque en tal o cual aspecto puedan coincidir. no distinguir los matices, en horas como esta, puede resultar una desgracia, justamente, para el pueblo. coincido fervorosamente con el post.
    mariana

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  3. Tenés razón Mariana.También el concepto de pueblo y el lugar desde una habla me parece peligroso y muy lejos de mi intención es parecerlo y muchísimo menos serlo.Gracias Mariana.

    Maria Rosa

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