viernes, 29 de octubre de 2010

Jardín secreto


La mayoría de la gente se conforma con existir. No es poco si consideramos que esa palabra condensa la necesidad de respirar, comer, dormir, ir al baño e incluso trabajar. En un sentido más amplio se podría añadir la formación de una familia, visitas a los padres los domingos, fútbol, televisión, vacaciones en verano y obtención, al final del camino, de una buena jubilación. Pero si la infinidad de sentidos que puede albergar una vida humana se limitara a existir (ser algo en vez de nada) qué pobre e inútil sería todo. Cuánto mejor sería concebir los días como un enigma imprevisible, una puerta abierta al pie de una ciudad sin puertas, una pregunta sin resolver. Cuánto mejor sería para nuestra salud física, sexual y espiritual abandonar el estado vegetativo, desconectar el respirador artificial y salir a dar una vuelta, aún riesgosa y temeraria, por el jardín secreto del deseo.
L.

2 comentarios:

  1. sí, tendremos q elegir entre las dos opciones...
    mirta (de regreso).

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  2. quizás el error sea imaginar q existe un más allá del más acá. quizás el más allá esté contenido como un valor agregado en lo q está. no veo nada malo o degradante en lo cotidiano. al contrario. creo q deberíamos sacralizar, dignificar la vida cotidiana. no existe otra vida posible. parafraseando a kundera, la vida está en esta parte.
    melipilla

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