Está de moda entre algunos periodistas e intelectuales decir que están hartos de hablar de la dictadura, de los setenta, de un pasado pisado y al parecer superado por el advenimiento del blackberry. Ya fue, dicen. Hablemos mejor del presente que es más divertido. Tal vez debieran ser más cautos. Estamos al mismo tiempo demasiado cerca y demasiado lejos de los hechos como para borrarlos del alma tan rápidamente. La barbarie nazi y todas sus consecuencias (por poner acaso el ejemplo más extremo) sigue afectando nuestra conciencia en todos los campos imaginables. ¿Están agotados los análisis posibles de Auswitch o la Escuela de Mecánica de la Armada? La vida posterior a la barbarie es o debería ser una intensidad tal que hiciera de la apatía una actitud deshonesta. Ocuparse de la historia reciente no significa negar la historia presente. Pero seamos honestos. No existe en la memoria ningún lugar tranquilo.
L.
Creo que como sociedad estamos obligados a revisar el pasado inmediato porque somos el emergente directo de él. ¿O somos acaso una generación espontánea?
ResponderEliminarLo que me parece aborrecible es que quieran capitalizar la barbarie para su propio beneficio, que para justificar disparates nuevos usen la carta de ser las "víctimas de un pasado nefasto" porque lejos de merecida justicia hacen un jueguito que se parece muchísimo a la manipulación.
Y muchas veces a los que nos negamos a olvidar y repitimos una y otra vez NUNCA MAS nos quieren hacer creer que si no estamos con ellos somos unos vendepatrias o pechofrío.
Revisar la historia, si. Manipularla para beneficiarse, no.
Miles de jóvenes asesinados por defender una patria mejor no se lo merecen.