viernes, 29 de octubre de 2010

Historia de dos ciudades


Acá son muy políticos, me dice Dora, una amiga de Bogotá. Estábamos caminando por Plaza de Mayo. Eran las nueve de la noche y una multitud todavía hacía fila. Para animar la larga espera mujeres y hombres cantaban, aplaudían, chiflaban. Dora sacó la cámara y empezó a tomar fotos. Me pregunté si alguna muerte en Colombia provocaría semejante manifestación popular. ¡Han ocurrido tantas! Es cierto que algunas generaron más indignación que otras. Pero el duelo fue siempre silencioso y solitario. Intrascendente. Dora y yo seguimos caminando por la plaza. Dejamos atrás banderas, papelitos y cánticos hasta llegar a Puerto Madero. El escenario cambió completamente. Música electrónica en los bares, todo limpito, todo aséptico. Las pocas personas que se movían por ahí parecían maniquíes sonrientes. De pronto sentí que también la indiferencia es una manifestación política. Apagar la tele, doblar el diario, no ir a ningún lado, no moverse. La burbuja apática también significa. Y a veces resulta más violenta que cualquier consigna gritada a viva voz.
Andrea

1 comentario:

  1. Andrea, yo apagué la tele y cerré los diarios hace un tiempo. Y aprendí a ver y leer a la gente, a parar las antenas donde antes solo escuchaba noticias masticadas. Apagué el ruido de mi cabeza y empecé a razonar las cosas desde otro lado.
    Claro que, a lo que vos te referís es a otra cosa, y en ese caso, me resulta triste la gente que encapsula sus cerebros.
    Yo creo mucho en mi cambio interno con respecto a esta postura, y me encanta ver como tanta gente volvió a creer en sus propios cambios, cada uno a su manera.
    Estamos despertando, que nadie nos vuelva a vender almohadas...

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