viernes, 15 de abril de 2011

Desobedientes


Estamos demasiado acostumbrados a lo literario y prolijo y lindo como para enfrentarnos sin conflicto a los textos que deliberadamente renuncian a ello. Lo literario, lo poético, lo bello y la obediencia son la lepra del arte y de la vida. De ser así deberíamos aceptar que Roberto Arlt, Clarice Lispector, Julio Cortázar, Felisberto Hernández y hasta Franz Kafka escribían mal. Repetían palabras, enlazaban difícilmente una frase con otra, no se preocupaban por la continuidad narrativa, introducían comentarios ajenos a la acción, etcétera. Lepra del arte y de la vida. El mundo es de los desobedientes, de los que se apartan del orden impuesto y aceptado, de los que rompen con un martillito la insufrible capa de hielo que los cubre, de los que actúan, apenas, para poder respirar. Porque escribir (y vivir) es respirar con todo y contra todos.
L.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario