Dice Bradbury que hay solo dos cosas con las que uno puede acostarse: una persona y un libro. Dos cosas nada más. Podría añadirse otra similitud. Tanto la persona como el libro pueden leerse varias veces de atrás para adelante y de adelante para atrás. Y otra coincidencia más. Tanto el libro como la persona se abren para nosotros. Hay una diferencia importante. Las personas no entran en la biblioteca. Y no pueden cerrarse tan fácil como un libro.
L.
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