No se arreglan solos para nada. Ni para freir un huevo, ni para hacer el amor, ni para dejar de hacerlo, ni para separarse, ni para conseguir pareja. Son vida/dependientes. Se aferran a los padres, al novio, a la novia, a un sexo, a una teta, a una carrera, a una droga, a un trago fuerte, a una lapto, a cualquiera que pueda ayudarlos en algo. Las mujeres esperan a un príncipe francés que las salve del desastre. Los hombres buscan una segunda madre o una asistente. Hombres y mujeres quieren un salvavidas. Esto último tendría sentido si al menos se hubieran animado a meterse al mar. Pero no.
L.
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