domingo, 10 de abril de 2011
El pasado que vuelve
Los astrónomos han demostrado como nadie que todo es pasado. Cuando vemos el sol, por ejemplo, lo estamos observando como era hace ocho minutos y medio. Cuando miramos la luna la vemos como era hace un minuto. Cuando alguien nos habla su voz demora en llegar a nosotros una millonésima de segundo. Eso significa que el mensaje oído en tiempo real es, ya, antiguo. Ni qué hablar de las galaxias situadas a millones de años luz de la tierra. Las vemos y quizás no existan. En conclusión. Todo lo que tenemos y habitamos es historia. El presente no existe y el futuro, diría el Indio Solari, ya llegó. ¿Por qué tanta insistencia, entonces, en mirar hacia un adelante inexistente y eventual? ¿Por qué tanto miedo a recordar? Etimológicamente, dicho sea de paso, recordar es despertar.
L.
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