jueves, 30 de diciembre de 2010

Viajar para quedarse


No viajamos para conocer nuevos lugares sino para reencontrarnos con un sitio conocido. En eso los viajes recuerdan al descubrimiento amoroso. No hay tal descubrimiento, tampoco novedad, sino un reconocer en el otro al mismo o a la misma de siempre. Hay un retorno. Se admiran sólo los paisajes que ya admiramos y olvidamos. Amor y viajes componen un signo inconsciente y remoto. De niño te conocí -dice Silvio Rodríguez- entre mis sueños queridos/por eso cuando te vi/ reconocí mi destino. Eso que parece dedicado a una mujer podría aplicarse a los lugares y los viajes.
L.

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