viernes, 17 de diciembre de 2010

La medida del amor


Cuando uno cree haber conocido el amor, o algo que se le parece, no puede retroceder tras haberlo perdido. Quiero decir. Cuando uno supone que por fin dio con algo equivalente a cierta medida imaginaria de lo amoroso, los nuevos vínculos no podrán estar debajo del rasero establecido. Pasa algo parecido con la literatura y el cine. Después de haber leído Pedro Páramo, La vida breve o Rayuela no puedo, a continuación, ni siquiera hojear El código Da Vinci. Después de haber visto Con ánimo de amar (del director chino Wong kar-wai) resulta imposible soportar películas como, por ejemplo, Rambo III. Siguiendo este razonamiento podría concluir que el hecho de haber conocido la supuesta medida del amor, del arte o lo que sea, más que un beneficio es una perfecta maldición.
L.

1 comentario:

  1. ...y qué otra cosa más que una maldición podría ser conocer la medida del amor? ¿Cómo volver a amar después de haber amado tanto? Me niego enfáticamente a conformarme con el vuelo de un abejorro después de haber estremecido mi alma con el aletear de mariposas azules.

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