domingo, 26 de diciembre de 2010

No queda más que viento I


Las mujeres no saben qué hacer con sus manos. La ropa les pesa como cadenas y sueñan un sueño de hombres desnudos. Algunas intentan la televisión. Pero el zum zum de las avispas puede más. Otras se ponen a tejer. Pero el vendaval enmaraña las horas y los pliegues del día enloquecen. La música termina de abrumarlas. Algunas se sacan los zapatos, otras golpean en las mesas o disparan insultos al cielo. Debe ser el viento, dicen. Debe ser la lluvia. Pero es la tempestad -vieja puta- que se traga todos los hombres a la vez.
L.

2 comentarios:

  1. buenísima trilogía de textos y música. ¡qué grande el flaco! debe ser así nomás. todo lo que nos queda de 2010 es el viento (que, como el tiempo, no para).
    besos,
    lucía

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  2. Si lloviese pondría mis manos en un libro , les encargaría que hicieran caricias en una espalda de un lindo varón y si ademas hay viento sujetearía mi pelo con ellas y ofrecería mi cara a los dos :viento y lluvía.En cuanto al varón esa sería otra historia

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