La primera vez no es lo que importa. Lo que importa es la segunda. Es en la segunda y no en la primera cuando entendemos. Vivimos la primera ingenuamente y sin darnos cuenta. Pero el verdadero asombro nace del eterno retorno a la escena inicial. No surge del conocimiento sino del reconocimiento, es decir, de la memoria.
La segunda vez es la primera. Y la tercera es la vencida.
L.
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