Vivir es desviarse, decía Kafka. Y así es en cualquier campo de la vida. Para encontrar las medias hay que buscar las llaves. Para dar con la persona justa -si es que existe- debemos desviarnos, también, de ella. Y cuando torcemos el camino llega un punto en el que ni siquiera sabemos de qué o de quién nos estamos alejando. Cambiar de rumbo es difícil. Pero sin decisiones no hay destino.
L.
El desvío no debe ser forzado. Como tampoco los instantes de quitud. A veces es necesario seguir en una misma dirección y concentrarse. Concentrarse en el movimiento.
ResponderEliminarMargot.
El Malecón de la Habana!!! Abs, e
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