No esperes más, decías, no pierdas tu tiempo. ¿Y qué debería hacer para ganar el tiempo? No hay respuesta para eso, decías, ninguna respuesta para lo invisible. Pero no pierdas más las horas, decías, no sigas en esa actitud pasiva del que no está dispuesto a actuar, del que prefiere ahogarse en la voz hueca de los otros. No es hueca la voz de los otros. Al menos es un sonido, compañía, una especie de música de fondo, algo así. Date un baño y salí, decías, dí tu palabra y rómpete, insistías, imitando al poeta, falseando como siempre las cosas. Yo trataba de justificar el lento desmoronamiento de los días. Cambiá de actitud, repetías, no dilapides en tonterías el tiempo escaso que te queda. Ir al encuentro es la mejor manera de esperar.
L.
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