lunes, 2 de diciembre de 2013
Fantasmas
El éxito indiscutible y a esta altura irreversible de las tecnologías digitales hace creer a muchos incautos que ahora vivimos en un estado de comunidad estrecha, infalible y definitiva. Parecería que las distancias fueron abolidas y que todos estamos más cerca que nunca. Dos preguntas surgen de inmediato. La primera. ¿Estamos realmente más cerca? La segunda. ¿La distancia en general es algo que debería ser evitado? Estas preguntas pueden resultar pueriles, cuando no molestas, pero no dejan de ser legítimas. ¿De dónde habrá salido la idea que que la gente puede comunicarse mejor en los tiempos actuales? El mismo interrogante, pero aplicado a las ya imposibles cartas de amor, fue formulado a principios del siglo XX por Franz Kafka. Su primera conclusión fue desalentadora. Los besos que se envían por vía epistolar -dijo el autor de La metamorfosis- son bebidos en el camino por los fantasmas, es decir, no llegarán nunca a destino. Luego, en carta a Milena, su amante de entonces y de siempre, contraatacó sin apartarse de la metáfora inicial. Los fantasmas no morirán de hambre...Pero nosotros pereceremos.
L.
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