jueves, 30 de junio de 2011
Satisfacción inmediata
Casi todo lo que ocurre en el mundo está guiado por el deseo de satisfacción inmediata. En ese casi todo puede incluirse la indiferencia generalizada, la infidelidad sistemática, los grandes culos de mujeres que ilustran programas y revistas de quioscos, el probable triunfo de Macri en las elecciones porteñas, las adicciones en todas sus formas, los grandes atracones de comida, la fascinación global por los blackberrys y hasta la eyaculación precoz. Nadie o casi nadie está dispuesto a esperar ni siquiera un poco. La vida es corta, dicen. Hay que vivir el presente, dicen. La vida es ahora, dicen también. Y si la satisfacción no es inmediata que se la coman toda. Y en caso contrario nos vamos ya mismo a dormir que es otra forma placentera de gozar no siendo ni sabiendo.
L.
Lejos del mundo
Sensación de no estar en el mundo. Por la idea de mundo entiéndase diarios, celulares, gritos, carteles, trabajos, cuentas, basuras, ranuras, tapas de revista y asuntos urgentes. Sensación de estar muy lejos, compartiendo las aventuras de Bilbo Bolsón o planeando en el otro cielo que soñó Cortázar. Sensación de lejanía constante. Como quien subiera una montaña sin ganas de bajar. O como quien bajara desde la montaña para ver el lago que parece un ojo. Y quedarse ahí, en la orilla, tirando piedras al agua porque sí. Deseo de vivir sin un sentido claro. Pura y oscura invención. O retirado como los antiguos poetas chinos. O siendo parte de las nubes que el viento hace y deshace como quiere y cuando quiere.
L.
miércoles, 29 de junio de 2011
Parejas normales
Una vecina me dice que no aspira a casarse con su novio pero sí a formalizar. Es la palabra que usó. Formalizar. Dijo que quiere hacer lo que hacen todas las parejas normales. Le dije que tal cosa no existe. En las últimas dos o tres semanas conocí de todo. Parejas con una diferencia de edad próxima a los treinta años. Parejas que se separaron hace tiempo y siguen juntos porque ninguno de los dos tiene plata para alquilarse algo. Parejas por conveniencia económica. Por miedo a la soledad. Por imposición de otros. Por continuar un romance adolescente que ya no es. Por teléfono y por si acaso. De cerca, diría Caetano, ninguna pareja es normal.
L
Carta a Mariana
¿Qué película te gustaría ver?
¿Qué canción te gustaría oír?
Esta noche no tengo a nadie
A quien hacerle estas preguntas.
Me escribes desde una ciudad que odias
A las nueve y media de la noche.
Cierto, yo estaba bebiendo,
Mientras tú oías a Bach y pensabas en volar.
No creí que iba a recordarte
Ni creí que te acordarías de mí.
¿Por qué me escribiste esa carta?
Ya no podré ir solo al cine.
Es cierto que haremos el amor
Y lo haremos como me gusta a mí:
Todo un día de persianas cerradas
Hasta que tu cuerpo reemplace al sol.
Acuérdate que mi signo es Cáncer,
Pequeña Acuario, sauce llorón.
Leeremos libros de astrología
Para inventar nuevas supersticiones.
Me escribes que tendremos una casa
Aunque yo he perdido tantas casas,
Aunque tú piensas tanto en volar
Y yo con los amigos bebo demasiado.
Pero tú no vuelves de la ciudad que odias
Y estás con quien sabe qué malas compañías
Mientras aquí hay tan pocas personas
A quien hacerles estas simples preguntas:
¿Qué canción te gustaría oír?
¿Qué película te gustaría ver?
¿Y con quién te gustaría que soñáramos
Después de las nueve y media de la noche?
¿Qué canción te gustaría oír?
Esta noche no tengo a nadie
A quien hacerle estas preguntas.
Me escribes desde una ciudad que odias
A las nueve y media de la noche.
Cierto, yo estaba bebiendo,
Mientras tú oías a Bach y pensabas en volar.
No creí que iba a recordarte
Ni creí que te acordarías de mí.
¿Por qué me escribiste esa carta?
Ya no podré ir solo al cine.
Es cierto que haremos el amor
Y lo haremos como me gusta a mí:
Todo un día de persianas cerradas
Hasta que tu cuerpo reemplace al sol.
Acuérdate que mi signo es Cáncer,
Pequeña Acuario, sauce llorón.
Leeremos libros de astrología
Para inventar nuevas supersticiones.
Me escribes que tendremos una casa
Aunque yo he perdido tantas casas,
Aunque tú piensas tanto en volar
Y yo con los amigos bebo demasiado.
Pero tú no vuelves de la ciudad que odias
Y estás con quien sabe qué malas compañías
Mientras aquí hay tan pocas personas
A quien hacerles estas simples preguntas:
¿Qué canción te gustaría oír?
¿Qué película te gustaría ver?
¿Y con quién te gustaría que soñáramos
Después de las nueve y media de la noche?
Sexo y poesía
A una mujer que se ama no se le escriben poemas. A una mujer que se ama se la coge. Las dos frases no son mías sino del conocido dramaturgo argentino Roberto Cossa. Forman parte de una renovada versión de Yepeto, su ya clásica obra que ahora puede disfrutarse en el teatro Cervantes. La vi el domingo último (recomendable en todo sentido) y me quedé pensando en la idea que esas palabras encierran. Creo que es por completo acertada. Primero porque los buenos poemas carecen de dedicatoria. No se escribe un texto "para" alguien. Simplemente se escribe. Segundo porque si la persona amada está cerca y bien dispuesta no existe ofrenda más preciada que la sexual. Eso, claro, siempre que entendamos la sexualidad como algo más trascendente que el mero intercambio de fluidos. En conclusión. No hay amor sin cuerpo, o, dicho de otro modo, los mejores poemas se escriben, a veces, en la cama.
L.
Lo que resta suma
Ya hemos hablado de la costumbre adoptada en este blog de suprimir posteos de tanto en tanto. Debido al cansancio no lo hicimos anoche. Pero lo haremos en cualquier momento. Partimos de una idea conocida y poco aceptada por la gente. Escribir, como vivir, es más un acto de supresión que de agregados. ¿Para qué decir con cien palabras lo que puede decirse con diez o con dos? Lo que no es esencial debe ser eliminado. Lo que es puro adorno...a la basura. Todo aquello que intenta ser original o poético o bello, toda intención en realidad...a la basura. Escribir un blog o cualquier cosa es un acto de incesante vaciamiento hasta dar con el durísimo hueso de las cosas. En literatura, como en la vida, sólo suma lo que resta. Pero este post ya es demasiado largo. Le sobran un montón de palabras. Habrá que reducirlo o directamente borrarlo esta noche.
L.
martes, 28 de junio de 2011
Viaje sin regreso
La ilusión de volver. La torpe ilusión de pensar que el regreso es posible. Ya la tuvo Odiseo en la Odisea. Pero la ciudad que encontró no era la misma que dejó. Penélope tampoco estaba igual. Los senos caídos, la pena acumulada, los ovillos de lana rodando por el suelo. No hay marcha atrás. Ninguna experiencia vivida es recuperable ni siquiera en partes. La ilusión de volver. La torpe ilusión de pensar que el regreso es posible. Pero incluso si hubiera o hubiese un retorno, ¿adónde volvería exactamente el obstinado viajero?
L.
L.
Bailando por un dueño
En este país nadie se pierde Bailando por un sueño. Canal 13 viene calentando el ambiente desde la mañana. Esta noche habrá carne para todos. Parece que Graciela Alfano se enojó con el conductor. Parece que el compañero de danza de Gisele le tocó el culo. Hubo mucho debate al respecto. Parece que el adagio no salió bien. Pan y circo en el imperio romano. Pan y Tinelli en la Argentina. Nada más importa. ¿Acaso no consiste en eso la felicidad? Bailando por un sueño, no, bailando por el dueño de la opinión pública. La culpa es del principio del placer absoluto. Nadie quiere sufrir. Y el espectáculo de los cuerpos semidesnudos que, encima, bailan solidariamente con escuelas pobres, en fin, resulta maravilloso. Y el dueño del circo argentino acaba ganando mucho más que la pareja ganadora.
L.
Amores no utilizados
En la canción que se reproduce abajo Chico Buarque propone una idea interesante. Dice que los amores no correspondidos no se pierden del todo. Que se quedan escondidos en alguna parte como ciudades sumergidas. El autor supone que en un futuro lejano habrá extraños arqueólogos que hallarán los restos de esos amores mal utilizados. Los tomarán, se los pondrán como vestidos nuevos sobre sus cuerpos desnudos, les darán el uso que los antiguos amantes no supieron darle. Muy hermosa idea. No tan fácil realización.
L.
La cultura no cumple años
Es gracioso leer los suplementos y páginas culturales de los diarios argentinos. Sólo se acuerdan de Ernesto Sábato si se muere o si se cumplirían cien años de su nacimiento. Ahora los periodistas recuerdan a Hemingway porque en un par de días se cumplen cincuenta años de su suicidio. Hoy Página/12 se conmueve con el fallecido escritor santafesino Juan José Saer porque cumpliría 74 o 75 años, no recuerdo bien ni me importa. Siguiendo ese criterio lo único que daría vitalidad y vigencia a un artista es algún aniversario redondo. Una vez pasada la fecha clave ya no importan más ni Tostoi ni Van Gogh ni el surrealismo ni nada. Habrá que esperar otros cien o doscientos años para evocar, con una nota conmovedora, a Shakespeare o a Lennon. Pero la cultura no cumple años. La creación artística nada tiene que ver con el almanaque. Yo, por caso, estuve leyendo anoche un capítulo de Rayuela (¡qué lindo!) sin que eso tenga que ver con ninguna fecha, ninguna necesidad, ningún aniversario. ¿Estoy fuera de moda amigos y amigas periodistas? ¿Debo cambiar a Julio Cortázar por Luis Majul?
L.
Con ánimo de amar I
¿Quién no quiere enamorarse? ¿Quién? ¿Quién no desea volver a sentir ese vacío extraordinario que se produce en el fondo de cada cual cuando se ama? Ese misterio, esa angustia, ese no saber qué hacer con las manos, los zapatos y los días. ¿Quién no piensa en volver a caminar por la orilla loca y rara y temblorosa? ¿A quién no le gustaría hoy, por ejemplo, saber que puede cruzarse en una esquina del tiempo con aquel o aquella que forma parte de lo más esperado y soñado sobre la tierra? Vivir con ánimo de amar. Siempre. ¿Y lo demás no vale nada? Lo demás...que se lo coman todo.
L.
Cualquier sentido es mejor que ninguno
¿Cómo conservar el eje en un mundo que, si alguna vez lo tuvo, lo ha perdido para siempre? Es quizás la pregunta que todos deberíamos hacernos. Si no hay sentido en la historia, en la política y aún en la vida diaria, ¿cómo no perderse en la infinidad de caminos y caminitos del mapa? En eso deberíamos pensar. Una opción podría consistir en sumarse a la locura generalizada, es decir, formar parte de ella, enriquecerla, potenciarla. Total, por cuatro días locos que vamos a vivir...La otra opción, la más difícil y resistida, sería nadar contra la corriente, no aceptar las cosas como vienen, rebelarse modestamente ante los mandatos sociales, históricos, familiares y políticos. Dicho así parece mucho. Pero habría que empezar por algo. Dar con cierto orden al menos interior. Frenar. Pensar. Andar más lento. Actuar responsablemente ante cada pequeño hecho que nos toca. Cualquier sentido es mejor que ninguno, dijo o decía Nietzsche. Y así es. Cualquier sentido es mejor que ninguno.
L.
domingo, 26 de junio de 2011
Duelo y producción
En estado de duelo escribí y publiqué tres libros (La carne, Lo inalcanzable y El silencio), me convertí en maestro y también en editor. El duelo generado por la pérdida de alguien no es sólo pérdida. Bien mirado es también un beneficio. Entender que en la pérdida empieza la ganancia y que en la ganancia empieza la pérdida es básico. No siempre se observa el lado productivo del dolor. La pasión, triste o alegre, puede traducirse en obra. También puede aplastar. Depende de cómo se den las cosas. Freud escribió un maravilloso artículo sobre el tema llamado Duelo y melancolía. Yo, de puro atrevido, agregaría una palabra más al título original.
Duelo, melancolía y producción.
L.
sábado, 25 de junio de 2011
La palabra enferma y cura
Si no damos con las palabras necesarias para decir lo que nos pasa estamos en riesgo de repetir infinitamente lo que nos pasa. Pero si damos con esas palabras y las usamos apenas como un discurso de justificación de lo que nos pasa volvemos al estado de riesgo.
La palabra enferma y cura.
L.
La palabra enferma y cura.
L.
Lo inalcanzable
Fue la expresividad de las manos de Dios y del hombre en La creación de Adán lo primero que despertó mi atención. Por eso, a los 13 años, decidí decorar mi carpeta de religión con una enorme reproducción de esa pintura que, por instinto de supervivencia, no me atreví a mostrar demasiado. Dicen que el ocio es el primer paso al pecado. Y lo confirmé. La clase de religión era tan aburrida que tuve tiempo de sobra para observar con atención el cuadro de Miguel Ángel. Así llegué a ese recóndito espacio donde yacía, aún sin vida, el sexo del hombre. Y así permaneció en mi mente. La curiosidad fue luego enriquecida por la literatura, las películas, una que otra escultura griega. El pene se convirtió para mí en metáfora de lo inalcanzable. Era una promesa no del todo clara de vida y plenitud. Pasados unos cuantos años esa figura habría de surgir, real y palpitante, en una calurosa noche cartagenera. Descubrí que, desnudo, el miembro masculino ostenta una expresividad más contundente que las manos de Dios y del hombre dibujadas en el mural del Vaticano. Lo acaricié entonces con sed atrasada. Con la misma dulzura y tristeza de quien tiene conciencia de muerte.
Andrea
¿Qué une a las parejas?
Se supone que una pareja debería estar unida sólo por amor. La formulación puede sonar ingenua o acaso romanticona. Pero así es. Modernamente se usan otras expresiones como construir juntos (metáfora ligada a la albañilería), proyecto común de convivencia, matrimonio feliz, compartir momentos y cosas así. ¿Pero qué une a las parejas en realidad? Antes de responder habría que despejar lazos de cierta importancia como los hijos, la costumbre, el miedo a la soledad, la conveniencia económica (qué lindo barrio cerrado, qué linda casa, qué buena camioneta cuatro por cuatro, qué lindo viaje a Miami Beach) o un fuerte vínculo sexual. Esto último no debe ser descartado ya que su importancia es tan limitada como indudable. ¿Pero cómo responder a la pregunta inicial luego de haber enumerado tantos y tan habituales factores? Freud decía que lo principal es la sorpresa y que cuando la sorpresa se acaba empiezan los problemas. En fin. Si no es el amor, ¿qué une a las parejas?
L.
viernes, 24 de junio de 2011
Redes rigurosamente vigiladas
Atención a todos. La empresa Global News, una de cuyas filiales se instaló en la Argentina, admitió públicamente que ya tiene acceso a los contenidos de todas las redes sociales. Cualquier texto escrito en Facebook o Twitter, en el chat más íntimo y caliente o en mails y blogs disparatados como Suspendelviaje, está siendo leído en este mismo instante por espías muy bien entrenados. Cualquier político, empresario o asesino que necesite información vertida por cualquiera de esos formatos la obtendrá por una módica o no tan módica suma. En otras palabras. El ojo de Gran Hermano está controlándonos a todos mediante una suerte de ejército electrónico. El objetivo declarado es manipular a la opinión pública, detectar sus inclinaciones, anticiparse a los movimientos revolucionarios tipo Egipto, etcétera. Atención a todos. Se acabó para siempre la privacidad virtual. Los que quieran mantener secretos, es un consejo, tendrán que volver a los papelitos escritos a mano, las cartas, los sonidos guturales, las citas en baños públicos y demás estrategias de la vida privada vigentes en la antigüedad.
L.
jueves, 23 de junio de 2011
Palabramor
Por aburrimiento (es de noche, hace frío, llegó el invierno, etcétera) busco en internet la etimología de la palabra amor y encuentro sin muerte como significado de origen. Sin muerte. No está mal. El amor visto como pulsión, metáfora o ilusión de vida. Leo un poco más abajo y encuentro algo que dice Platón en el Fedro. Amamos lo que no poseemos. Tampoco está mal. La idea de amor como posesión parece mas relacionada con la propiedad privada que con el sentimiento. Seamos, además, honestos. Ningún hombre posee a una mujer. Ninguna mujer posee a un hombre. Hay apenas encuentros fugaces donde cada cual es un enigma inalcanzable. Y eso, quizás, es el verdadero motor del deseo.
L.
Escritura y experiencia
Borges no bebió, no copuló, no bailó, se volvió ciego. Hemingway bebió, copuló a los 50 con adolescentes, bailó, no se volvió ciego y una vez, hace medio siglo, se pegó un tiro en la cabeza. Haber experimentado tan poco en un caso y tanto en el otro no son causa del extraordinario talento de ambos autores. Sus libros están bien escritos y punto. Esto último debería ser entendido por tantos escritores mediocres que se abocan al relato de sus aventuras sexuales, políticas, sociales y espaciales. Tener buenas historias para contar no garantiza nada en este campo. No tenerlas tampoco. La calidad y la disposición a pegar el culo en la silla y escribir sin pausa hasta quemarse las pestañas es casi todo lo que importa. Pero, qué pena, ni siquiera eso asegura la conquista del cielo.
L.
miércoles, 22 de junio de 2011
Las cosas
Las cosas no siempre llegan a tiempo. A veces vienen por anticipado, es decir, cuando no estamos preparados. O después. O cuando estamos listos pero es demasiado tarde. Puede ocurrir también que lleguen en el momento justo. Pero ni siquiera eso garantiza nada. Tarde o temprano algún desajuste va a producirse. Lo único cierto, en conclusión, es que las cosas finalmente llegan. Y que una vez encontradas, qué pena, no sabemos qué hacer con ellas.
martes, 21 de junio de 2011
Contra la educación
El objetivo de la educación ejercida habitualmente por padres, licenciados y maestros apunta a domesticarnos y adaptarnos. Obedecer las órdenes fue y sigue siendo un signo de buena educacion. La institucion escolar nos entrena para reprimir hasta las ganas de ir al baño. También para olvidar lo que somos y repetir como loros la palabra loro. Los maestros deberían enseñarnos lo contrario, es decir, educarnos para desaprender uno a uno los buenos modales y estimular en nosotros la fidelidad al deseo y la verdad. Los malos educadores, en cambio, nos imponen la hipocresía como estilo y la resignación como sistema de vida.
L.
domingo, 19 de junio de 2011
Si yo hubiera o hubiese
Si yo le hubiera dicho. Si no hubiese ido. Si hubiera o hubiese hablado. O callado. O besado. Vivimos pensando que en el pasado cometimos un error grave. Algo decisivo y fatal. En caso contrario no hubiera ni hubiese pasado lo que pasó. Otro gallo cantaría si evitábamos a tiempo la equivocación. Todo sería mejor ahora de haber aplicado ligeras correcciones de tiempo y lugar. Solemos pensar que la vida no da segundas oportunidades. En la primera debíamos hacer ésto, aquello y lo de más allá. Si yo hubiese o hubiera actuado. El sí dubitativo no admite potencial. Hubiera o hubiese. El tiempo verbal de la neurosis. La gramática del fracaso. Suponemos que debemos pagar las consecuencias por no haber hecho lo que se esperaba de nosotros. Pero no es así. No hubo ni hay error. En su momento hicimos lo correcto. Y ahora también.
L.
sábado, 18 de junio de 2011
El mejor cuento del mundo
Nunca pensé que hubiera un cuento mejor que todos los demás. Gabriel García Márquez, sin embargo, lo eligió hace años entre centenares o miles de ellos. Es el mejor, exageró siguiendo su estilo. El relato se llama Gato bajo la lluvia y es, en verdad, bueno y acaso muy bueno. Fue escrito por Ernest Hemingway de cuyo suicidio, dicho sea de paso, se cumplen cincuenta años el 2 de julio próximo. No creo que sea el mejor de todos los cuentos ya que semejante graduacion no puede hacerse, casi, sobre nada. Además cada uno tiene sus gustos literarios. Mis preferidos siguen siendo El hombre que ríe (Salinger), Nadie encendía las lámparas (Felisberto), Tres rosas amarillas (Carver), Amor (Clarice Lispector), El beso (Chéjov), La playa (Pavese) y algunos más. Gato bajo la lluvia, el mejor cuento del mundo, narra una historia habitada por no más de cuatro personajes. Entre ellos una esposa insatisfecha y un gato marrón que se protege de la lluvia bajo una mesa. El relato tiene la virtud, ya señalada por Cortázar, de crear un micromundo cerrado en sí mismo y de invitarnos a espiarlo como sigilosos voyeurs. No hay mucho más para decir. Quienes lo deseen pueden leer el mejor cuento del mundo cliqueando en el lugar respectivo y, si tienen tiempo y ganas, comentarlo al pie de la lluvia, la esposa y el gato.
L.
viernes, 17 de junio de 2011
Nada más queda
De un amor, si fue amor, no queda nada. Inútil escuchar viejas canciones (nuestro tema), recordar bares donde se dijeron cosas olvidadas, besos, viajes, puentes de frágiles cañas. Todo va decantando y se evapora. Primero se borra un nombre, después el otro, luego desaparece hasta la corteza del árbol donde un corazón fue dibujado. Y hasta el árbol cae. La línea se reduce a un punto ciego. Y el estampido inicial, como las estrellas muertas, traga su propia luz. Porque de un amor, si fue amor, no queda nada.
L.
Volver a las fuentes
Daría la impresión de que ya estamos recuperados. Que el agotamiento de ideas y palabras ya pasó. O que por nuestras venas corre sangre nueva. No es así. La crisis del blog continúa. Pero decidimos hacer algo en vez de nada. Estamos rescatando viejos textos que nos gustaban. Volvemos a leerlos con atención y si nos parece los subimos nuevamente luego de hacerles un minucioso tratamiento de reducción, ampliación, mejoramiento y destruccción. Si en el medio aparece algo nuevo, como pasó ayer con vendiendo escrituras o distancia, no lo dejamos pasar y lo publicamos. No es nuestro objetivo conquistar nuevos lectores. Sabemos que unos cuantos pueden abandonarnos con razón y vamos a entenderlos. Pero así son las cosas. Encuentros, despedidas, nuevos encuentros. El blog es por sobre todo un cuaderno de notas. Más que eso. Un campo de experimentación. La intención es volver sobre las viejas anotaciones de batalla y ver, como pasa también con las personas, si resistieron el paso del tiempo. Y si no resistieron el vebo es suprimir.
L.
jueves, 16 de junio de 2011
La prueba
La verdadera prueba de amor viene después. No en el acto sino después. No en el encuentro de los cuerpos sino en el momento inmediatamente posterior. Ahí se pone en juego la categoría de la relación. Si había algo más se notará. Si no había también se notará. La verdadera prueba de amor viene después.
L.
L.
Distancia
Leo en un libro de astronomía que Andrómeda, la galaxia más cercana a la tierra, está situada a dos millones de años luz de distancia. Eso significa que cuando la vemos por telescopio, y yo la vi no hace mucho, la estamos observando como era hace dos millones de años, es decir, cuando el hombre recién aparecía sobre la tierra y sobre el reino animal. El dato me confunde. Pienso en mi pasado. Dos millones de años luz. Andrómeda brilla en el espacio negro con sus brazos espiralados. Mi pasado no brilla. Es opaco.
L.
Vendiendo escritura
Ya no sé cómo "vender" la escritura en mis clases de narrativa. Muchos de mis alumnos, incluidos los que dicen amar la literatura, no leen ni escriben. O lo hacen apenas con onomatopeyas del tipo tkm por blackberry. Admito que la buena escritura es inútil. No se come, no garantiza la felicidad (al contrario), a veces duele. El mundo se la puede pasar lo más bien sin Rulfo sin Vallejo sin Yourcenar sin Lispector. Hay cosas más divertidas. Pero en mis clases me veo obligado a "vender" lo que enseño y amo. La cosa nada tiene que ver con la cultura general, concepto horrible, sino con algo inexpresable y raro que no cabe en un post. Cuando me quedo sin argumentos digo que un mail con faltas de ortografía o mal redactado deserotiza. Esto último preocupa con razón a más de uno. Cuando estoy al borde de la desesperación cito a Kafka. La escritura es más pobre pero más clara que la vida. Los argumentos son insuficientes. Pero alguno o alguna, siempre, pisa el palito.
L.
Nada está en su sitio
No es blanco el cielo sino ligeramente pálido, tirando a gris. Faltaría un azul para la conjunción de nubes y pájaros y aire. Nada está en su sitio últimamente. El sol es verde o menos que eso. Y la luz se cansa de alumbrar lo que no está. Algo respira y tiembla. Es una silueta extraviada en sí misma. Es ella y las flores que abre o cierra para mí. O es la otra. O nadie. Y la luz no se cansa, nunca, de alumbrar.
L.
Subterráneos
Todos tenemos un plan subterráneo que conduce a regiones imprevistas, sucias, inmorales, políticamente incorrectas. No sabemos que lo tenemos pero siempre está ahí. Nada podemos hacer para frenarlo. La sociedad nos empuja hacia un plan de superficie. Es el que anotamos en la agenda, el que empapela toda la ciudad, el aceptado por la familia y el poder. Pero es inútil. Detrás del muro se oye una música irresistible como la que oyó el Buda en su castillo. Y hacia ahí vamos aunque no sepamos que vamos. Es cierto que podemos perder el equilibro. Sufrir. Pasarla mal. Pero el plan subterráneo enferma para bien. Ya es hora de aceptar y entregarnos.
L.
Mutaciones
No nace un hombre para ser marido, novio, periodista, mujeriego, militar, goleador, ejecutivo, torturador. Una mujer no nace para ser esposa, novia, madre, puta, estudiante, cantora, periodista, secretaria o analista. Un hombre y una mujer no nacen para esto, aquello o lo de más allá. No hay destino. Extraños deportistas se encargan -sin embargo- de convertirlos en esto o en aquello. Para realizar la obra de rara mutación los ejecutores cuentan con la resignada complicidad y obediencia del hombre y la mujer.
L.
lunes, 13 de junio de 2011
Los dioses ya no hablan
Cuando los españoles llegaron a América se produjo entre los aborígenes locales una especie de raro cortocicuito. La presencia de extraños desesperados por el oro y la conquista desconcertó a los pueblos originarios. Atahualpa llegó a suponer que algo se había interrumpido en el puente celeste. Los dioses ya no hablaban. Incas y aztecas no entendían los caballos, los cañones, las cruces que azotaban el destino. Este blog no tiene nada que ver con la historia que muy brevemente se acaba de contar. Pero, por la razón que sea, nos está pasando algo demasiado parecido. Los dioses ya no hablan. Hay un mensaje oculto en el silencio general. Y debemos escucharlo, también, enmudecidos y a la espera de tiempos mejores. Está llegando la hora exacta de suspender el viaje.
L.
viernes, 10 de junio de 2011
Tormenta
Maldije la lluvia que azotando mi techo no me dejaba dormir. Maldije al viento que me robaba las flores de mis jardines. Pero tú llegaste y alabé la lluvia. La alabé cuando te quitaste la túnica empapada. Pero tú llegaste y alabé al viento.
Lo alabé porque apagó la lámpara.
Lo alabé porque apagó la lámpara.
Farenheit 2011
Cuando Ray Bradbury escribió Farenheit 451 en los años cincuenta del siglo pasado no pudo imaginar un presente tan raro como el de hoy. Los lectores y críticos, en tal caso, habrían pensado que estaba loco. El narrador estadounidense prefiguró un mundo donde la gente caminaría por la calle con unos aparatitos en las orejas (no les dio nombre), describió una época del futuro lejano donde las pantallas de los televisores serían casi tan grandes como una pared, arriesgó que la lectura y la tenencia de libros estaría prohibida y abolida por el cuerpo de bomberos, en fin, muchas cosas que de una u otra manera ya están ocurriendo bajo nuevas y sofisticadas formas. Lo que no pudo anticipar el autor de Remedio para melancólicos es que la gente ya no se miraría a los ojos en las oficinas y transportes públicos. Eso pude comprobarlo yo hace un rato. Mis compañeros de trabajo no se saludan ya entre sí. O están mirando las computadoras grandes o las chiquitas de los celulares. Parecen zombies o drogados. En autos, colectivos, aviones y trenes nadie está donde parece estar. Todos o casi todos tienen aparatitos en las orejas (no hace falta nombrarlos) y miran fíjamente sus teléfonos móviles buscando quién sabe qué. Todos o casi todos sonríen de manera extraña cuando leen mensajes llegados desde otros planetas. Pero están tan solos que dan pena. Después mis alumnos se quejan cuando hablo a favor de la ficción. O cuando les doy a leer cuentos "incomprensibles" de un tal Julio Cortázar. Ellos, o algunos de ellos, sólo encienden velas para el presunto dios del mundo real. Pero se equivocan. ¿Acaso no es una ficción perfecta y absoluta esta loca novela en que vivimos y que Bradbury no se animó a escribir?
L.
Trenes
La mujer quedó triste. Se había enamorado de un idiota y se casó con otro idiota. Habría sido más conveniente haberse quedado con el mismo. Entonces la desilusión hubiese acontecido –irremediablemente- y ella no se quedaría, como ahora, mirando trenes desde el balcón. Buscando el puerto o el casi. Una mujer tiene derecho a ser tocada por todos los hombres para no vivir con la expectativa de que alguno, quién sabe dónde y cuándo, la tocará mejor. De ese modo podría saber por fin en qué se convierten sus entrañas cuando añoran algo que se resiste a ser nombrado.
Andrea
jueves, 9 de junio de 2011
El mar dentro del mar
Yo le dije cómo era y fui honesta. Es sucia la ciudad a medianoche. Su nombre es más potente que la verdad de los edificios blancos cada vez más impersonales. Antes los arquitectos los firmaban, le dije. Ahora son anónimos como un celular. Una célula, pienso. El inicio es tan estéril y a la vez tan fecundo. El origen debería llamarse de otro modo. Mar. El cuerpo humano está conformado por cientos de mares que en un momento dado dejan de reproducirse y mueren como pájaros en invierno. Hay muchas palomas en esta ciudad. Y es lógico. Es tan sucia. Sobre todo a medianoche. Pero es lindo caminar entre cartones, papeles y cáscaras de naranja. Todo con tal de llegar al puerto dentro del puerto. A la célula dentro de la célula. Al mar dentro del mar.
Andrea
Ser feliz ahora
Natalia, una vecina llegada de la ex Unión Soviética, me dice que quiere ser feliz ahora. Ahora quiere decir ahora. No mañana o pasado. Natalia es dueña de un maxiquiosco y laverrap situado a dos cuadras de mi casa. Me dice que en cualquier momento le agarra un infarto y todo se acabará para ella. Me dice que quiere viajar como lo hacía antes (fue funcionaria oficial en Angola y otros países), hablar más con sus hijos y su marido, comer las comidas típicas de su país, recuperar la emoción adolescente, volver al primer amor. Me dice Natalia que a ella le gusta el pan con manteca. No pan solo. Tiene que ser con manteca. Si no es con manteca prefiere que se lo coman otros. Quiere viajar, amar, emocionarse. Cree que nunca volverá a tener lo que tuvo en el pasado. Nunca. Y yo, claro, no sé qué decirle. Y no sé porque yo también quiero ser feliz ahora.
L.
Vivir el presente
La idea del tiempo sostenida por la filosofía china niega la posibilidad de vivir aquí y ahora. Desde esa visión el pasado ya no es y el futuro aún no es. El tiempo es eso que tiende a no ser ya, un lugar enigmático donde no importa casi lo eterno sino lo constante que es acción y no secuencia muerta. Los clásicos no hablan ni de comienzo ni fin sino de fin/comienzo. ¿Cómo vivir en el presente si éste es tan solo un punto ciego y sin extensión, un instante sin ahora posible que busca unirse pronto a lo que no es ni será?
L.
Fragmento de mi ensayo El silencio/Lo invisible en la vida y el arte.
miércoles, 8 de junio de 2011
Noticias de ayer
Los blogs que pretenden competir con los diarios no tienen futuro. Hay demasiadas formas de desinformarse rápidamente. No hacen falta los blogs para eso. ¿De qué deberían ocuparse entonces? No sé. Pero no de las noticias que son, además, viejas de tan conocidas. Tampoco deberían ser usados como confesionarios eróticos, amorosos, resentidos, apasionados, etcétera. Algunas chicas mandan cartas a sus ex. No me parece. Sé que no soy quién para decir cuál es o debería ser la utilidad de un blog. Dudamos todo el tiempo sobre el sentido de Suspendelviaje. ¿Hablamos de actualidad? ¿No decimos nada de lo que pasa aquí, allá y en todas partes? ¿Nos dedicamos solamente a la psicología, a la filosofía o a la cruda intimidad que se cocina bajo la ropa interior? Qué facil es decir lo que no hay que hacer. Qué difícil pensar en lo que debería hacerse.
L.
martes, 7 de junio de 2011
Luz ajena
Los periodistas y los antropólogos viven de los otros, comen de los otros y celosamente vigilan (estudian) a los otros. Se parecen a las viejas que espían a sus vecinos o a los adolescentes que miran a las chicas mientras se bañan. Nos jactamos con frecuencia de saber todo sobre todos. Pero nada o casi nada, qué pena, sobre nosotros.
L.
Luz propia
Debe existir alguien que no sea nuestra sombra. Tampoco nuestro reflejo o complemento. Alguien que brille con luz propia. Un ser en sí mismo. Alguien que nos deje en completa libertad. Alguien que nos obligue o nos impulse a ser plenamente lo que somos.
L.
Sin decisiones no hay destino
El otro cielo, uno de los relatos más intensos y perturbadores de Julio Cortázar, alude al asunto planteado más abajo (encuesta). ¿Podemos amar a varias personas al mismo tiempo? ¿Se puede estar en muchos lugares a la vez? El protagonista del cuento mencionado padece las consecuencias de esa duda existencial y legítima. Su pasión se instala en el cuerpo y el alma de una prostituta, Josiane, que vive en otro tiempo y lugar. Su pareja estable es Irma, una novia formal, previsible, casi institucional. Irma vive en este tiempo y en este lugar. Con Irma no se puede hablar de lo que importa. Con ella se casa el hombre finalmente y Josiane desaparece de la escena. El conflicto parece no tener solución. Mujer soñada versus mujer real. Más en general estaríamos frente a una polaridad de amplio espectro. Una persona real difícilmente alcanzará el plano de los sueños. ¿Qué hacer entonces? Algunos resuelven el dilema a través de la poligamia sistemática. Pero la técnica impide conocer al menos a alguien en esta vida tan breve y efímera. Somos miles de millones pero, seamos honestos, conocemos a muy poca gente en profundidad. ¿Hasta qué punto puede sostenerse la existencia sobre la base de la dispersión y la multiplicación infinitas? No es fácil responder. Pero hay algo ineludible. En algún tramo de la encrucijada hay que elegir un camino y jugarse por él hasta el fin. Las consecuencias de la ambigüedad son demasiado conocidas. Hay que elegir.
Sin decisiones no hay destino.
L.
lunes, 6 de junio de 2011
Encuesta
El corazón (ya se sabe) es un músculo muy elástico. A veces no es fácil concentrarse. Pero los que no se concentran corren el riesgo de perder tesoros de valor incalculable. Como sea. Esto es una encuesta. Los interesados pueden responder al pie del post con su nombre real o de manera anónima. La pregunta es terrible. ¿Es posible amar a dos o más personas al mismo tiempo? La consulta no incluye el afecto por familiares directos, en fin, las aclaraciones están de más. Se está hablando de amor, sexo, etcétera.
L.
Concurso
Los que aún no leyeron los textos ganadores del segundo concurso literario de Suspendelviaje pueden verlos en un blog creado con ese fin. La dirección es http://suspendelconcurso.blogspot.com
La ganadora y los finalistas pueden visitar la web de Capital Intelectual (www.editorialcapin.com.ar) y elegir libros. Luego arreglamos la forma de entrega. Los textos serán publicados, además, en el mensuario de psicología Campo Grupal.
L.
La ganadora y los finalistas pueden visitar la web de Capital Intelectual (www.editorialcapin.com.ar) y elegir libros. Luego arreglamos la forma de entrega. Los textos serán publicados, además, en el mensuario de psicología Campo Grupal.
L.
domingo, 5 de junio de 2011
Papeles
Intento inútil de ordenar papeles. Cajas llenas de papeles meados por el gato. O por mí mismo. No recuerdo bien. Eran papeles importantes hace años. Hace cien años mi vida dependía de esos recortes, de esas cartas, de esos apuntes de enorme valor teórico y práctico. Ahora ni siquiera sirven para envolver huevos. Tampoco para equilibrar las patas de la silla. Voy a aprender a vivir sin ellos de una maldita vez. Llega la hora de la síntesis. Habrá que dejar ya de pulir el hueso y tocar la médula. Es domingo. Día ideal para memoria y balance. Noche ideal para tocar la médula.
L.
Consecuencias
Las consecuencias de no atender el llamado del deseo son notorias. Las más imperceptibles tienen que ver con la angustia y la tristeza. Las más evidentes se relacionan con dolores de espalda, sobrepeso, enfermedades diversas. Seguir la ley del deseo es desde todo punto de vista saludable. Pero lo dicho hasta aquí funciona siempre que el principio del placer no ignore o niegue el principio de realidad.
L.
sábado, 4 de junio de 2011
Cinco minutos de amor
Una pareja, cualquier pareja, pasa cinco minutos de gloria tan hermosos como inolvidables. Antes y después de ese raro deslumbramiento pasan algunas cosas que nadie puede anticipar. Los diálogos no se resuelven de la mejor manera. El sexo roza el dolor físico y espiritual. Siempre hay otro u otra dando vueltas. Casi siempre hay un hotel patético, una pelea sin escape, un final abierto hacia un largo encadenamiento de situaciones imprevistas. Una pareja, cualquier pareja, no tiene solución. Pero todos los trabajos y angustias que se viven entre dos tienen una justificación gloriosa en esos cinco minutos, sí, inolvidables.
L.
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